El 19 de mayo se realizó la Cumbre social, política y popular convocada por las centrales sindicales CUT y CGT, apoyada por las fuerzas que respaldan al gobierno, en la perspectiva de, según los convocantes, “buscar un plan de acción que logre canalizar la indignación popular que hoy se siente en el país”.
A la cumbre asistieron el Ministro de Trabajo, la exministra de esa cartera, representantes de los distintos partidos y movimientos comprometidos con el gobierno; además de ellos, asistieron representantes y algunas delegaciones de otros partidos, y movimientos políticos y sociales. A los primeros se les permitió hablar sin control de tiempo alguno. A los segundos solo se les permitió expresar alguna idea, dándoles inicialmente dos minutos que posteriormente fueron recortados a uno. Es una vieja práctica maniobrera que busca imponer desde el comienzo mismo su posición prefabricada, pero dando la apariencia de ser un evento democrático. Una réplica de la mutilada democracia de los ricos, contrario a la democracia directa del pueblo donde los asistentes deciden con su voz y voto desde la mesa directiva del evento hasta la declaración y conclusiones de este. Aun así algunos llamaron al evento no solo cumbre, sino Asamblea Nacional Popular.
La declaración «aprobada» en la cumbre anunció un plan de acciones que contempla un paro de 48 horas los días 28 y 29 de mayo, un nuevo paro el 11 de junio junto con caravanas hacia las 4 ciudades capitales más importantes del país, y reuniones, asambleas, encuentros, etc. por sectores y a todos los niveles, como las más importantes.
A la par con la declaración de la cumbre donde plantean como objetivos, las reformas sociales, Consulta popular ya, respaldo al gobierno de Gustavo Petro, denuncia de las élites oligárquicas y el gran empresariado, fue radicada una nueva Consulta Popular, que incluye 4 preguntas más referidas a la salud. Se trata de dos acciones para presionar que el Senado agilice el trámite de la reforma laboral revivida y para que resuelva sobre la nueva Consulta. En lo hechos, significa presionar al Senado con la movilización popular, abriendo dos posibilidades de concretar algo en corto tiempo, bien sea la aprobación de la reforma laboral −que ya según las últimas noticias se hace inaceptable para el gobierno dados los recortes que le hicieron en la Comisión 4a del Senado− y si esto no funciona obligar al Senado a pronunciarse sobre la nueva Consulta Popular. Con la aprobación satisfactoria de cualquiera de las dos iniciativas o del hundimiento de ambas, los partidos amigos del gobierno buscan ganar ascendencia sobre el pueblo con miras a las elecciones del año entrante.
A pesar del reducido tiempo otorgado a los asistentes, la cumbre fue elocuente del sentir de varios sectores exigiendo la preparación de un Paro General Indefinido que afecte realmente la ganancia de los ricos explotadores, llamando a levantar nuevamente las exigencias del levantamiento popular y a impulsar las Asambleas Populares como expresiones del verdadero Poder Popular.
Igualmente, se hicieron sentir las críticas al gobierno, las denuncias a las burocracias de las centrales sindicales y demás dirigentes de la Coordinadora Nacional por el Cambio −antes Comité Nacional de Paro− frente a sus traiciones en el levantamiento popular del 2021 e inconsecuencias actuales.
Algunos jóvenes les recordaron a miembros del gobierno la persistente persecución y perfilamiento de sus compañeros, la no liberación de los detenidos, el no desmonte del asesino ESMAD, la impunidad frente a los criminales, los problemas de desempleo y falta de oportunidades para estudiar… en fin, las promesas incumplidas por parte del gobierno.
De forma mesurada y amable criticaron a los burócratas de las centrales sindicales por lo que pasó en el 2019, 2020 y 2021: las trampas que urdieron en el 2019 en Asamblea Nacional Popular que se iba a realizar en el teatro Jorge Eliécer Gaitán, las jugadas de la CGT sesionando en CAFAM e impidiendo el ingreso de las posiciones críticas, los acuerdos incumplidos en la Concha Acústica, sus «órdenes» de desmovilizarse pocos días después de iniciado el levantamiento con el cuento de que el paro había sido aprobado solo para el 28 de abril, la posición reaccionaria de algunos cuando llamaron a judicializar a los jóvenes poniéndose claramente del lado del uribismo, además de las críticas a no tenerlos en cuenta en los actuales momentos cuando fueron ellos quienes entregaron su vida y su libertad por el pueblo.
Pero no fueron únicamente los jóvenes quienes manifestaron su inconformidad, los campesinos e indígenas de Amazonía Verde −quienes se encuentran acampando en la Plaza de Bolívar en la capital desde el 12 mayo− reiteraron su apoyo al presidente Petro, pero así mismo reclamaron con valentía frente a los incumplimientos y abandono, exigiendo “garantías para la vida, respeto a los derechos humanos y el cese inmediato de hostilidades contra las comunidades” pues la paz total del gobierno, se ha convertido en guerra total para ellos que convierte en ficción las promesas de tierra, la financiación de sus proyectos y la protección del medio ambiente.
Esto fue la cumbre en resumidas cuentas, donde aparece nuevamente la lucha inevitable entre el camino erróneo de persistir en buscar acuerdos y la conciliación con los enemigos por arriba en las instituciones del Estado, utilizando la lucha popular solo como forma de presionarlos; y el camino correcto de la lucha directa contra los enemigos y por el conjunto de las reivindicaciones populares que no han sido resueltas; sin confiar en el Congreso que ha demostrado estar de espaldas al pueblo, ni en las demás instituciones del Estado que sirven a los intereses de los ricos explotadores.
Por eso, independiente de los cálculos y los deseos de las clases dominantes y sus representantes políticos, e independiente de lo que piense Petro y sus seguidores, el hecho incuestionable es que sigue creciendo la indignación popular contra el Congreso y demás instituciones del Estado, a la par con la inconformidad con el gobierno que habla mucho y hace poco, que en los discursos del presidente en la plaza pública enfrenta duramente a los ricos explotadores, pero en los hechos busca tranzar a toda costa acuerdos para mantener intacta la institucionalidad burguesa enemiga del pueblo.
Y es justamente la indignación creciente del pueblo y su actividad cada vez mayor la que puede decidir el rumbo de los acontecimientos, si los comunistas y revolucionarios comprenden el momento y se disponen a disputarle la dirección del movimiento obrero y popular al reformismo.
Por consiguiente, es hora de preparar y organizar un Paro General Indefinido de verdad, donde sean las Asambleas Populares construidas de abajo hacia arriba, unidas alrededor de sus reivindicaciones e intereses las que decidan cuándo y cómo van a parar el país.
Y preparar el Paro General Indefinido no puede hacerse al margen de las luchas y las manifestaciones que están realizando los trabajadores del campo y la ciudad, luchas que necesita de la unidad cada vez más firme y amplia, que solo puede alcanzarse con la explicación paciente de ir más allá de la agenda del gobierno Petro en el Congreso; de explicar la podredumbre estatal burguesa y la naturaleza corrupta y antipopular de la misma; de convencer de la necesidad de establecer una nueva forma de gobierno y de Poder desde abajo y cómo las Asambleas Populares demostraron su posibilidad de construirlo en el 2019 y sobre todo en el levantamiento del 2021.
Forjar la unidad del pueblo desde abajo exige además de la unidad de los revolucionarios y comunistas, de los dirigentes más leales y defensores de las aspiraciones inmediatas de la clase obrera, las comunidades campesinas, los pueblos indígenas, las juventudes, las mujeres… en fin de todas las organizaciones y movimientos sociales del pueblo. Unidad alrededor del acuerdo sencillo de impulsar las Asambleas Populares, unidas alrededor de un Pliego de exigencias o Plataforma de lucha a conquistar con el Paro General Indefinido.
Los comunistas por su parte tienen además la obligación de continuar explicando las limitaciones del reformismo y cómo la lucha actual es parte inseparable de la preparación de las fuerzas de los explotados y oprimidos para las batallas futuras y decisivas que darán el triunfo definitivo que hará posible acabar para siempre con toda forma de opresión y explotación.
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)