LOS PARTIDOS OPORTUNISTAS Y LA FARSA ELECTORAL

LOS PARTIDOS OPORTUNISTAS Y LA FARSA ELECTORAL 1 Acudiendo al llamado de sus amos explotadores, sin vergüenza alguna, los jefes de los partidos oportunistas MOIR, PCC, PST, PCC (ml), se sumaron a la farsa electoral y se afanan por convencer al pueblo de acudir a las urnas a respaldar a alguno de los candidatos que se disputan quien aplastará al pueblo desde la presidencia los próximos cuatro años.

Esos falsos partidos obreros y comunistas, alegan para justificar sus desatinos y complicidad con las clases parásitas y el imperialismo los más ridículos argumentos desnudando su esencia como agentes y destacamentos de la burguesía en el seno del movimiento obrero.

Jorge Robledo el jefe del MOIR, en defensa de su manguala con Sergio Fajardo, cínicamente declara: «… el único colombiano que está en condiciones de ganarle o a Vargas o a Duque en una segunda vuelta se llama Sergio Fajardo. Entonces, si se quiere vencer a los mismos con las mismas, hay que mirar hacia la candidatura de Fajardo que es, entre todos los candidatos, el que menos resistencia genera en Colombia. Es de lejos el único que podría unir a los colombianos para derrotar a las grandes maquinarias».

Su declaración es un vil engaño a los trabajadores, no solo por sembrar ilusiones en que es posible cambiarle la cara a la podredumbre estatal, sino porque oculta a conciencia que Fajardo hace parte de una de las «grandes maquinarias» como lo es el Grupo Empresarial Antioqueño, beneficiario de las masacres en Montes de María, superexplotador de los trabajadores y uno de los dueños del capital monopolista financiero que estrangula la sociedad; una actitud de complicidad criminal con uno de los grupos dueños directos del poder que rige los destinos políticos del país.

El falso Partido Comunista Colombiano, más conocido como el partido mamerto en un lacónico y cobarde llamado insiste en el trillado camino de no ver más allá de la posibilidad de algunas reformas que tendrían su expresión máxima en un gobierno popular y una nueva Asamblea Constituyente y por eso, así como se ha arrastrado a la cola de la burguesía por más de 50 años ahora lo hace por el demócrata burgués Gustavo Petro: «Rescatar las conquistas laborales que les han sido arrebatadas a los trabajadores por las mafias politiqueras de los gobiernos de turno, por el derecho a la defensa de la negociación colectiva, por un salario digno para todos los colombianos, por una educación gratuita y de alta calidad, por otro nuevo modelo de sistema de salud, para que se termine la discriminación en la atención y se dejen de morir los pacientes en las puertas de los hospitales. Si queremos una anhelada paz con justicia social, debemos votar masivamente por Gustavo Petro para presidente. Por ello hacemos un llamado grande a la clase trabajadora de nuestro país a que nos movilicemos el 27 de mayo».

Por su parte, los jefes del tal Partido Comunista de Colombia (ml), convertido en una caricatura del partido mamerto, continúan en la vieja cantinela de apoyar candidaturas consensuadas que contribuyan a establecer un gobierno popular y marchar a una Asamblea Constituyente Popular. Es decir, con otra palabrería, repetir lo que hicieron en los años 80 del siglo pasado. En consecuencia, también apoyan a Petro sembrando la ilusión en que se puede cambiar la maquinaria que somete al pueblo con los mismos mecanismos de esa maquinaria que defiende los intereses de los explotadores.

Y los más pérfidos oportunistas, como siempre, son los trotskistas del PST, pues son los únicos oportunistas que en teoría hablan de la necesidad de la revolución y de abolir la propiedad privada y la explotación, así como del carácter del Estado e incluso a pesar de decir correctamente que «no creemos que Gustavo Petro vaya a resolver ningún problema de fondo…» aun así, «llama a votar críticamente por Gustavo Petro en las elecciones del 27 de mayo« (negrillas del original).

Es decir, Petro es un demócrata burgués anticomunista que no resolverá ningún problema de fondo, sin embargo, lo respaldan. ¿Acaso se volvieron locos? ¿Por qué apoyan a un anticomunista? Porque en el fondo sus declaraciones sobre la revolución son mera retórica para engañar incautos, sus declamaciones contra el Estado burgués es palabrería politiquera también, porque toda su aspiración, junto con la del Moir y los falsos partidos comunistas es conquistar, del Estado burgués terrateniente y proimperialista, garantías para que «en futuras elecciones podamos levantar candidatos propios sin vernos obligados a llamar a votar por quien no llena plenamente nuestras expectativas ni representa clara y abiertamente nuestros intereses contra los intereses de los patronos y el imperialismo».

Como se puede observar, todos los jefes de los partidos oportunistas, se dicen así mismos defensores de Marx y de Lenin pero en realidad son renegados del marxismo. Se hacen llamar revolucionarios pero en realidad son vergonzosos reformistas y apologistas de la mutilada y falsa democracia burguesa o dictadura de los capitalistas; se ponen el remoquete de socialistas y comunistas pero en realidad son defensores de la propiedad privada y la explotación asalariada.

Esa actitud de complicidad con los capitalistas, ese arrastrarse a la falsa democracia de los ricos los convierte en traidores del proletariado y a sus partidos, en destacamentos de la burguesía en el seno de la clase obrera:

• Porque a conciencia los jefes de los partidos oportunistas engañan a los trabajadores difundiendo la mentira de que el Estado burgués, terrateniente y proimperialista colombiano, es un órgano imparcial que se encuentra por encima de las clases y al cual se puede moldear para servirle al pueblo, ocultando que esa es una máquina burocrático militar corrupta que aplasta y asesina a los oprimidos, y ocultando que ese Estado es un instrumento de explotación en manos de los capitalistas y al servicio exclusivo de sus intereses de clase.

• Porque a conciencia esos señores engañan a los trabajadores ocultándoles que en la república democrática, el capital ejerce su poder mediante la compra directa de los mandatarios o la corrupción de los funcionarios o nombrándolos directamente por parte de los grupos monopólicos del capital financiero, el rey del capital en esta época del imperialismo.

• Porque a conciencia esos falsos comunistas y revolucionarios les ocultan a los trabajadores que la omnipotencia del capital es más segura en las repúblicas democrático burguesas, porque en ellas, con su farsa de elecciones, con el voto universal, con sus instituciones parlamentarias y de control, con la participación de los jefes oportunistas al estilo de los Robledo o los Caicedo, y con la participación de toda suerte de reformistas como los Alexander López o los Petro, con la participación de esa «oposición», los capitalistas cimientan su Poder, al decir de Lenin, «de un modo tan seguro, tan firme, que ningún cambio de personas, ni de instituciones, ni de partidos, dentro de la república democrática burguesa, hace vacilar este Poder».

• Porque a conciencia esos miserables sirvientes de las clases dominantes le ocultan al pueblo que en el capitalismo el llamado sufragio universal y las elecciones en general son un arma de dominación de la burguesía para velar su dictadura sobre la inmensa mayoría trabajadora.

Son perros falderos de las clases dominantes encargados de difundir el engaño de que las elecciones en el capitalismo pueden ser un medio capaz de expresar realmente la voluntad de la mayoría de los trabajadores y de garantizar su efectividad práctica, cuando ya el pueblo advierte espontáneamente su falsedad, y no solo por la evidencia de la compraventa de votos y el fraude en cada farsa, sino por la corrupción y la podredumbre generalizada de las instituciones del Estado, así como por el padecimiento cotidiano de la salvaje opresión de los gobernantes.

Son agentes de la burguesía disfrazados de obreros, de revolucionarios y de comunistas atravesados en el camino de la lucha revolucionaria del pueblo colombiano llamándolo a ponerle emplastos al Estado de los explotadores, desviando a los obreros y campesinos de su tarea histórica de destruir esa máquina putrefacta y prolongando la agonía de un sistema moribundo que solo puede sobrevivir en esta época de los monopolios, a cuenta de estrangular la sociedad y destruir la naturaleza.

Todos esos oportunistas a pesar de hablar de lucha, de movilización de las masas de «paro cívico nacional» en el fondo buscan reemplazar la idea de la lucha de clases por la de la conciliación, trabajan por erradicar la idea de la necesidad de la destrucción violenta del Estado burgués y la revolución proletaria, insisten en la descabellada idea de una supuesta transición pacífica cambiando únicamente a las personas en el Estado de los explotadores sin hacer una revolución, por ir quitándole gradualmente el poder económico a los explotadores; una ilusión y un camino que le ha costado a la clase obrera millones de muertos.

Por fortuna, las fuerzas del proletariado revolucionario avanzan en su reorganización y se disponen a disputarles la dirección de las organizaciones proletarias y campesinas a esos señores que por ahora cabalgan sobre el movimiento obrero, desnudando la verdad sobre la falsa democracia burguesa y el carácter reaccionario del Estado colombiano, como expresa el Programa de la Revolución en Colombia:

«El Estado en Colombia es de carácter burgués, está en manos de la burguesía, los terratenientes y sus socios imperialistas, como máquina de opresión y dominación al servicio exclusivo de sus intereses de clase, y como arma de explotación de las clases oprimidas. Es un Estado burgués terrateniente y proimperialista, que durante toda su existencia ha utilizado la violencia reaccionaria para defender los intereses de clase de una minoría explotadora, ahogando en sangre todo grito de rebeldía de las masas trabajadoras».

Por fortuna, la parte más avanzada de la clase obrera que no se propone ponerle remiendos a la sociedad sino cambiar radicalmente la situación de miseria y el sufrimiento del pueblo colombiano, trabaja por transformar la abstención electoral mayoritaria de las masas populares, todavía espontánea, en lucha revolucionaria contra el Estado, por unir y generalizar la lucha de los trabajadores para conquistar sus reivindicaciones inmediatas mediante la Huelga Política de Masas, por el boicot a la farsa electoral y en la perspectiva de la destrucción violenta del viejo Estado de los explotadores, convencida de que en esta época, en donde el reino de la reacción política ha desplazado al de la vieja libertad política burguesa, la cual ya no es posible remozarla, ni «ampliarla», ni hacerle «aperturas» o «constituyentes populares» y por eso plantea sin ambages:

«La tarea inmediata de la Revolución Socialista en Colombia, es destruir el poder político de la burguesía, los terratenientes y los imperialistas. Destruir con la violencia revolucionaria de las masas, el Estado opresor y explotador, destruirlo con todo su ejército –militar y paramilitar–, con toda su policía, con todo su aparato gubernamental de politiqueros y funcionarios, con todos sus jueces y carceleros, con todos sus curas, brujos y pastores».

Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
26 de mayo de 2018

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