
El responsable de los feminicidios es el capitalismo imperialista y su Estado burgués que enfrenta al hombre y la mujer como si fueran enemigos. Por esa razón queremos crear conciencia en las mujeres y en los hombres pertenecientes a la clase obrera sobre la necesidad de fortalecer la organización del Movimiento Femenino Revolucionario que ayude a repeler tan horribles matanzas en contra de las mujeres, y sería lo más justo porque es el pueblo quien pone las víctimas.
Las escandalosas cifras de feminicidios cada año en Colombia van en aumento, en el año 2024, 886 mujeres fueron asesinadas, es decir más de dos por día. La Secretaría Distrital de la Mujer informa que «ha acompañado 2.748 casos de representación desde enero de 2024 hasta febrero de 2025, que corresponden a: medidas de protección ante Comisarías de Familia (40 %), delito de violencia intrafamiliar (35 %), feminicidios y homicidios (5 %), Asuntos de familia (2 %) y otros delitos (18 %).» Las denuncias que se reciben a diario de mujeres en riesgo de feminicidios en su mayoría son ignoradas, lo que hace al Estado aún más culpable y cómplice del aumento de feminicidios. Entre el primero de enero al tres de abril del 2025, los medios de comunicación burgueses reportan 123 feminicidios, lo que demuestra claramente que, a diario en Colombia, por lo menos hay una mujer víctima asesinada.

No queremos dejar pasar en vano el repudio y dolor que sentimos por el asesinato de nuestras hermanas de clase y el de Yesika Paola Chávez Bocanegra, víctima de feminicidio el pasado 22 de abril en Bogotá donde su expareja, subteniente de la Policía, le propinó diez disparos, por el hecho de no querer volver a formalizar la relación de pareja con él. Las autoridades y sus superiores ya estaban enterados de tal situación, pero en ningún momento fue cuestionado por su proceder y seguía prestando servicio para las fuerzas del orden burgués, demostrando que no salvaguardan la seguridad del pueblo, manto con que se cubren los mayores vejámenes de esta entidad al servicio del capital en descomposición.
Como si fuera algo de nunca acabar, el 4 de mayo pasado fue hallada Yuliana Catherine Vargas Giraldo de 35 años asesinada a tiros en su casa. A su lado, fue encontrado muerto la pareja de la víctima, John Jair Becerra Valoyes de cerca de 50 años y que era un militar retirado.

Dos casos en las mismas circunstancias que involucran a agentes al servicio del Estado burgués. Victimarios que deciden suicidarse después de asesinar a sus parejas. Lo que nos permite preguntarnos, ¿a qué clase de adoctrinamiento son sometidos los agentes del orden de los explotadores?
Las familias de las víctimas no alcanzan a reponerse de su consternación y tristeza, para que se sume una nueva familia a vivir esa horrenda realidad de lamentar el homicidio, muchas veces impune de un ser querido, crímenes en los que las palabras se quedan cortas para definirlos y lo más aterrador es que los medios de comunicación de la burguesía los reportan como si fuera un suceso más; un claro ejemplo fue el intento de feminicidio de dos mujeres en la Universidad del Valle sede Palmira, donde el 8 de mayo un hombre armado dentro del claustro les disparó y luego se suicidó; y así reporte tras reporte y en concreto ¡no hay justicia!
Esto que está pasando en contra de las mujeres se debería declarar como calamidad pública, ya que las escandalosas cifras muestran que van en aumento, es como una guerra declarada a las mujeres. Se necesita la acción colectiva del pueblo organizado para detener estos aberrantes hechos de machismo en los que resultan asesinadas las mujeres. Y la mejor forma es organizar el Movimiento Femenino Revolucionario que sea capaz de enfrentar esta situación mediante la organización colectiva de las mujeres contra los feminicidios y por sus derechos. Ese es el llamado a todas las compañeras de las masas populares, a que se organicen y logren detener esa violencia generalizada contra la mujer.