El capitalismo imperialista roba el agua a los pueblos del mundo 

El capitalismo imperialista roba el agua a los pueblos del mundo  1

La escasez de agua en Colombia y en el mundo es uno de los problemas más apremiantes de nuestro momento. El acceso al agua se encuentra acaparada por las multinacionales que, bajo el sistema del capitalismo imperialista la transformó en una mercancía. No es una cuestión ambiental o técnica, sino una manifestación de las contradicciones que viven enraizadas dentro del sistema capitalista imperialista, que prioriza la máxima ganancia sobre las necesidades humanas. 

No toda el agua existente en el planeta está disponible o es apta para el consumo humano, pues el 97.5% está conformado por agua salada y el 2.5% por agua dulce, que a su vez se encuentra distribuida en los glaciares y casquetes polares (68.7%); en las aguas subterráneas (30.1%); y en lagos, ríos y otras fuentes superficiales (1.2%). De esta agua dulce la industria utiliza el 20%; la agricultura, el consumo humano y otros usos el 80%. El agua es entonces un recurso indispensable para la vida, bienestar y el desarrollo de los pueblos del mundo. Sin embargo, «dos mil millones de personas aún no tienen acceso a agua potable y al menos 40 % de la población mundial sufre de escasez del líquido» (ONU Agua).

La dominación del capitalismo imperialista hace que su distribución y acceso sean profundamente desiguales. A través de sobornos, las multinacionales compran los gobiernos lacayos a cambio de la concesión del agua, pues para ellos es una mercancía más, amarrada a las leyes del mercado. Esto ha llevado a la privatización del agua en diversas regiones, desterrando a comunidades locales, empeorando la crisis de acceso y comprando terrenos a bajo costo, por ejemplo Coca-Cola en Colombia ha utilizado testaferros para la compra de terrenos para la extracción del agua.

Como cualquier otro recurso natural, el agua es explotada bajo el capitalismo imperialista para maximizar la acumulación de capital. Este sistema vampiresco se basa en sobreexplotación y el agotamiento de los recursos naturales, mientras a grandes sectores de la población los deja sin acceso a agua limpia y segura, como sucede con Coca-Cola en Luxemburgo; Tesla con sus gigantescas factorías en Brandeburgo y otras ciudades alemanas. En todo el mundo la escasez es evidente, de hecho “En San Cristóbal Méjico están literalmente sin agua, una persona consume dos litros de Coca-Cola al día, mientras haya agua el NEGOCIO va bien” la “chispa de la vida” ha secado también pozos en la India y las denuncias de la extracción de agua en La Calera por parte de este monopolio, mientras los bogotanos padecen racionamientos de agua, no se han hecho esperar. El control del agua por las grandes empresas es una forma de dominación, opresión, hambre, miseria y represión que pretende perpetuar su dominación sobre todas las naciones del mundo.

Estas industrias son solo una pequeña muestra de que, por encima de la vida misma, está la ganancia, en el que se involucran otras empresas que dominan el suministro y la gestión del agua a nivel mundial, por ejemplo: Veolia Environnement (Francia): Líder mundial en la gestión del agua, opera en más de 100 países. Suez (Francia): Similar a Veolia, controla gran parte de la distribución de agua en varios continentes. Nestlé (Suiza): Gran embotellador de agua con marcas como Pure Life y Perrier. Coca-Cola (EE.UU.): Con marcas como Dasani y Ciel, domina el mercado de agua embotellada. PepsiCo (EE.UU.): Con su marca Aquafina, es otro gigante en el agua embotellada. Danone (Francia): Propietario de marcas como Evian y Volvic.United Utilities (Reino Unido): Una de las mayores empresas de agua en el Reino Unido.American Water Works (EE.UU.): Proveedor de agua más grande en Estados Unidos. Thames Water (Reino Unido): Mayor proveedor de servicios de agua y alcantarillado en el Reino Unido. China Water Affairs Group (China): Gestor principal del agua en China. Entre muchas otras.

A pesar de la aparente abundancia de recursos hídricos, el mundo enfrenta una crisis del agua marcada por una distribución abismalmente desigual. Según Mongabay.org, 6.6 de cada 100.000 niños mueren por enfermedades diarreicas causadas por el consumo de aguas sin tratar, el cáncer y demás enfermedades gastrointestinales están al orden del día. A esto se suma que muchos acueductos municipales no cuentan con los elementos necesarios para los análisis y la potabilización del agua, las cabeceras municipales adolecen de la investigación físico química del agua, las microcuencas de los ríos como las de Chingaza en Cundinamarca están a merced de la deforestación, ganadería, negligencia administrativa que no saben que responder; monopolios como el del azúcar a través del monocultivo en el valle del Cauca le han quitado el agua a una población aun sin calcular, a la vez que los ingenios no respetan los treinta metros de ronda hídrica sobre el rio Cauca. Las regiones rurales y las comunidades indígenas y afrodescendientes a menudo se ven privadas de acceso al agua potable, por ejemplo, en la parte costera y cordillera occidental muchos afloramientos de agua se encuentran contaminados por mercurio, acetona etc., mientras que los centros de producción acaparan el recurso hídrico.

Las comunidades rurales colombianas que dependen directamente de los recursos naturales para la subsistencia, se enfrentan a las grandes empresas que entran a arrebatar buscan explotar esos mismos recursos para obtener ganancias. En muchos casos, la militarización de las regiones ricas en agua y biodiversidad- caso de la Isla Gorgona- han llegado a reprimir y a desterrar las comunidades locales, que resisten la privatización y explotación de sus territorios. Además, el cambio climático, exacerbado por el modelo capitalista de producción, ha intensificado los problemas relacionados con el agua en Colombia. Sequías prolongadas e inundaciones más severas afectan desproporcionadamente a las comunidades pobres, abandonadas por el comité ejecutivo del capital y que se hace llamar gobierno. En contraste, las élites y las grandes empresas cuentan con los medios, permisos, recursos para proteger sus intereses y continuar explotando los recursos hídricos en su beneficio.

El agua no es una herencia de los antepasados, tampoco es un milagro. Es urgente rescatarla de las manos de quienes se la arrebatan al pueblo, y devolvérsela a las nuevas generaciones, porque en ultimas es a ellos a quienes le pertenece, se necesita dar el paso a la movilización consciente y organizada, desde la vereda, barrio, la oficina, el taller, etc.

Es imperioso la creación del poder popular en todas partes, para la recuperación del vital líquido para la garantía de vida de la humanidad en el planeta, incluir esta reivindicación en las tareas de las asambleas populares, y seguir elevando el nivel de conciencia de las masas, porque este fenómeno hace parte de la degradación y destrucción de la naturaleza a manos del capitalismo imperialista, causa profunda que debe ser enterrada una vez los obreros y campesinos consoliden su Estado sobre las ruinas del podrido Estado burgués.

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