Imperialistas y reaccionarios fuera de Venezuela

Imperialistas y reaccionarios fuera de Venezuela 1

El pueblo de Venezuela tiene que luchar por no dejarse dividir entre dos bandos reaccionarios que se disputan el control político y económico del país. Ni Maduro con su caricatura de revolución mal llamada socialista, ni Guaidó con su papel de marioneta del imperialismo yanqui, ninguno de ellos representa los intereses de las masas trabajadoras venezolanas; por tanto, el camino de las masas es otro muy distinto al de terciar por uno de esos bandos reaccionarios que están coludidos con bloques imperialistas enemigos de los pueblos del mundo y que representan distintas facciones de la burguesía y terratenientes locales.

Los 20 años que lleva el chavismo en el poder son más que suficientes para dejar en claro su falta de intenciones de resolver tan siquiera los interés más básicos de la sociedad, un gobierno que no puede resolver el hambre, el desempleo, el analfabetismo, la salud, la producción de su propia comida, etc., no puede ir más allá y crear una sociedad que eleve la vida del ser humano a niveles acordes con el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la producción. El régimen del falso socialismo del Siglo XXI, ha mantenido al pueblo venezolano en condiciones miserables.

Un pueblo que goce de una revolución basada en el poder armado de obreros y campesinos no solo se mantiene unido y se fortalece todos los días, sino que rápidamente muestra ante el mundo progresos imposibles de ver en las más “avanzadas” sociedades burguesas, y ese no es el caso de Venezuela; allí no son las masas las que tienen el poder, y mientras el poder esté en manos de una minoría, su Estado y su gobierno no dejarán de ser burgueses y reaccionarios.

Pero, pretender que la solución está en manos de una burguesía tanto o más reaccionaria que la bolivariana, es además de ingenuo, pueril y ridículo; un burdo y amañado engaño que se multiplica cuando detrás de esta patraña está el imperialismo yanqui, que ha dado pruebas a montones de las consecuencias nefastas para las masas cuando meten sus garras asesinas y destructoras en otros países con la manoseada bandera de la “paz” y “democracia”.

Hoy, hay una amenaza inminente de intervención militar directa en Venezuela por parte del imperialismo yanqui, esa condición obliga a las masas trabajadoras venezolanas y a los pueblos del mundo a cerrar filas para oponerse drásticamente ante esa posibilidad. Una política de alianzas se pone a prueba para los comunistas y todos los revolucionarios que deben ocupar un lugar de vanguardia en este round de la lucha de clases. Por eso, es pertinente recordar lo que expresa la Propuesta de Formulación de una Línea General para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional al respecto del problema nacional en la fase del imperialismo:

“El proletariado no apoya el movimiento nacional por el solo hecho de ser antiimperialista, lo apoya y se alía con él, a condición de que sea un movimiento antiimperialista verdaderamente revolucionario, que no se oponga a la lucha obrera contra el capital, no impida su lucha y organización independientes, ni coarte la agitación y propaganda de su Programa en la educación y organización revolucionaria de las grandes masas populares, en especial de los campesinos para establecer con ellos una sólida alianza de clases”.

Oponerse a la intervención imperialista en Venezuela es una tarea de primer orden en las actuales condiciones; pero no porque debamos considerar a los países como entidades completamente autónomas e independientes unos de otros, lo cual es ya en la época del imperialismo una idea falsa y superada por la misma internacionalización de la economía, que ha entrelazado todo el planeta en una enorme telaraña que impide la autonomía nacional. La vieja consigna burguesa de la autodeterminación de las naciones no solo es vieja por anacrónica, sino además es reaccionaria pues se basa en la añoranza del pasado, de quien ilusamente sueña con el capitalismo en su primera etapa donde las naciones podían ser autónomas, libres y soberanas. Romper la dependencia económica, política y social respecto al imperialismo, no puede hacerse en el marco de la estrecha revolución burguesa, que no puede existir a menos que esté fuertemente encadenada a los designios del imperialismo; romper con la atadura del imperialismo solo puede hacerse en la medida que sea fundida con una verdadera revolución socialista, y no una caricatura de socialismo como lo es lo que pregonan los chavistas en Venezuela.


Al respecto, la Propuesta de Formulación…, claramente expresa que: “El problema nacional de la fase imperialista del capitalismo, sólo puede resolverse a condición de derrocar a la burguesía. Caducó el antiguo movimiento nacional fundado en la lucha de las clases burguesas nacionales entre sí. Ésta es la época del nuevo movimiento revolucionario antiimperialista, como parte de la Revolución Proletaria Mundial, que en los países oprimidos feudales y semifeudales resuelve el problema nacional de conjunto y en relación con la revolución antifeudal, esto es, como parte de la Revolución de Nueva Democracia dirigida por el proletariado; en los países oprimidos capitalistas lo resuelve de conjunto y en relación con la revolución anticapitalista del proletariado, como parte de la Revolución Socialista”.

Por eso, las masas y los revolucionarios, establecemos una alianza tácita con todo el que se oponga a la intervención imperialista en Venezuela, pero lo hacemos por razones muy distintas a las de algunos sectores de la burguesía y pequeña burguesía venezolanas, pues somos claros de que el auténtico antiimperialismo solo puede serlo en la medida que vaya ligado a la lucha por la revolución proletaria

Es un antiimperialismo mutilado aquel que solo ve a Estados Unidos como peligro para el pueblo venezolano, y es una posición igualmente reaccionaria la que en aras de confrontar el belicismo asesino de los yanquis, apoya al gobierno de Maduro en Venezuela y por ahí derecho le salva la vida a los demás imperialistas igualmente responsables por participación o por omisión. Una cosa es que se haga una alianza temporal para oponerse al peligro inmediato de una intervención militar directa, y muy otra que se le pretenda lavar la cara y mostrarla como progresista a la falsa revolución que pregonan los chavistas, quienes han condenado a la inmensa mayoría del pueblo venezolano a vivir en condiciones miserables y sometidas a un régimen minoritario incapaz y sobre todo desinteresado de empujar una auténtica revolución. Con esa postura de muchos llamados de izquierda en Colombia y otros países, se vuelven a fin de cuentas cómplices del reaccionario gobierno de Venezuela.

Las masas trabajadoras y los auténticos revolucionarios del mundo, debemos oponernos con firmeza a la intervención militar directa en Venezuela, y unirnos al pueblo venezolano para que en las actuales circunstancias levante en alto las banderas de la revolución proletaria, para que los comunistas avancen en la construcción de un poderoso Partido comunista revolucionario en ese país, dirigiendo al proletariado en alianza con los campesinos hacia la toma y destrucción del actual Estado mal llamado socialista, y sobre la base del auténtico armamento general del pueblo construyan un verdadero Estado gobernado por obreros y campesinos y le den verdadera rienda suelta a la construcción del Socialismo.

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