
Compartimos las opiniones del camarada Miguel Hernandez haciendo un analisis de los desaciertos y los puntos débiles del gobierno Petro.
El presidente Petro, entregó la paz total a algunos de sus compañeros de lucha que en el pasado hicieron parte del M19, pero que hoy no tienen ninguna coherencia colectiva y pasan por una grave descomposición ideológica y política; como le pasa a Otty Patiño que más parece un delegado de la CIA o de la alta inteligencia de la fuerzas armadas que un alto comisionado para la paz de este gobierno; o como le pasó al señor Danilo Rueda que actuó más como delegado de las disidencias de las Farc que como alto comisionado para la paz, cometiendo graves errores que los pagó el Estado y el gobierno de Petro.
El comportamiento de Otty Patiño con el Frente Comuneros del sur demuestra que se alió con la inteligencia del Ejército para infiltrar ese frente del ELN y enfrentarlo a la dirección; conseguido el objetivo de retirarlos del ELN, luego los trabajan para que hagan parte de un frente paramilitar en el sur de Colombia. Lo mismo está pasando con el Frente 33 de las FARC donde Otty Patiño hace acuerdos con el Ejército para darle cobertura y respaldo, utilizando la disputa territorial que mantiene con el ELN, por lo que puede pasar, con ese frente de las FARC, lo que pasó con el Frente Comuneros del sur.
En conclusión el presidente desaprovechó la oportunidad para proponer un proceso de paz serio y todo indica que no tenía una política clara al respecto. Al ELN y a las disidencias de las FARC no les importo la paz, el ELN porque siguió fortaleciéndose económicamente para sus intereses y, las disidencias como fuerzas mercenarias del narcotráfico, siguieron fortaleciendo con su accionar el control territorial armado para defender el narcotráfico, impulsando una guerra intensa de disputa territorial por el impuesto del gramaje. Pero lo más extraño es la actitud del gobierno del presidente Petro, pues mientras en los territorios hay un enfrentamiento militar, en las ciudades entrega puestos, oficinas y aprueba proyectos económicos y sociales a las disidencias
A nivel del gobierno el presidente Petro no tuvo confianza en el pueblo; como demuestra el hecho de que la mayor parte de los ministerios se los entregó a partidos tradicionales como al Partido Liberal, al Conservador, de la U, a Cambio Radical, al Partido Verde y a otros partidos o movimientos que dicen ser de izquierda pero que actúan como los partidos tradicionales a quienes les interesa el poder y el capital pero no están por acciones y cambios verdaderamente democráticos y a favor del pueblo.
El actuar en todos los ministerios ha sido obstaculizar que los recursos lleguen a los territorios para realizar algunas transformaciones; la mayoría de los ministerios han hecho operación tortuga para no ejecutar el presupuesto, esperando que la derecha llegue y encuentre los recursos para distribuirlos y convertir los dineros públicos en dineros privados; otros sectores siguieron haciendo lo que siempre han hecho, desviando los recursos y entregándoselos a las fuerzas corruptas. La mayoría de esos ministerios no han cumplido con el mandato del presidente, ni han ejecutado el plan de desarrollo.
El presidente Petro, como buen caudillo, se encargó de los discursos para decirle de una forma didáctica a la gente lo que quería oír pero aislado de las acciones prácticas de ejecución, de desarrollo y de transformaciones en los territorios.
El presidente no ha confiado en el pueblo, ya que en los tres años transcurridos jamás ha consultado al pueblo sus decisiones, siempre las decisiones las ha tomado solo, no ha contado con las organizaciones sociales del campo y de la ciudad; cuenta con las organizaciones sociales para pedir el respaldo por medio de la movilización, para tranzar por arriba con los enemigos, convirtiendo la movilización del pueblo en una acción vacía, porque no se han producido en la práctica cambios reales para las comunidades. Los cambios han estado floridos en los discursos del presidente pero sin aplicación en los territorios, y si no se hacen cambios a partir del territorio pues es imposible desarrollar transformaciones.
La mayoría de los funcionarios de este gobierno, se presentaron ante las comunidades desenfocados, sin una política y directrices claras y concretas, no dominaban los problemas, ni mucho menos las salidas, hubo muchos que cuando se presentaron a los territorios a negociar con las organizaciones sociales fueron despachados de los territorios por su incapacidad y falta de poder de decisión.
Como no hay directrices y una política central de gobierno, cada institución actúa por su cuenta pero no hay coordinación, coherencia, política, administrativa y cada ministerio es una isla, lo que ha ocasionado que sean muchas las comunidades las que los han obligado con la movilización a sentarse para que se coordinen y tomen decisiones.
Además de esto, en algunas comunidades y organizaciones sociales en las que el gobierno de Petro confió utilizaron muy mal el poder en el gobierno, como pasó con algunas organizaciones del pueblo Nasa, a las que el presidente les dio posiciones en el gobierno, y terminaron dejándose llevar por la descomposición del sistema capitalista con la corrupción, como lo hizo Giovani Yule como Director de la oficina de Restitución de tierras y Nelson Lema como Viceministro de la igualdad, que terminó destituido por acosador y corrupto. Otras organizaciones tomaron estas posiciones para hacer clientelismo y politiquería llenando las oficinas de familiares, amigos y seguidores.
Durante los tres años que han transcurrido del gobierno Petro han sorprendido los escándalos en el Palacio de Nariño con sus familiares, amigos y funcionarios, minando su prestigio.
La aprobación del Decreto ATEA es otro desacierto del gobierno Petro, ya que entrega la administración de los recursos naturales del Cauca y del Valle del Cauca a una organización como es el CRIC, privatizando la administración de los recursos naturales, cuando estos deben ser administrados con la participación de todas las comunidades que integran el territorio y el mismo desarrollo de la sociedad nos lleva a que el territorio debe ser común, gobierno común y administración común; la privatización no es el camino para los pueblos del mundo.
Un aspecto sobresaliente en este gobierno es el cambio constante de sus ministros y altos funcionarios, que no ha permitido una estabilidad administrativa, cortando los procesos lo que no produce resultados y no contribuye a la construcción de una verdadera política de gobierno; la mayoría de sus funcionarios apenas permanecen conociendo el cargo y sus funciones, pero no alcanzan a ejercer o a ejecutar.
Esta forma de gobernar no permite crear equipos colectivos que generen procesos de gobierno y crean todas las condiciones para que se desarrolle el caudillismo administrativo y no una política colectiva de gobierno.
A pesar de que todas las reformas que presentó el presidente Petro son liberales, que en esencia servían para darle otra cara al Estado burgués terrateniente, la derecha se opuso rotundamente porque los sectores más reaccionarios del país no están de acuerdo con aprobar y reconocer las más mínimas reivindicaciones de los trabajadores de la ciudad y del campo; por eso la derecha se ha valido de todas las estrategias para hundir las reformas y desconocer las reivindicaciones.
Jamás la derecha estará de acuerdo en una reforma agraria integral y democrática, entregando la tierra a las comunidades campesinas, negras y pueblos indígenas, reconociendo que tienen derecho a un territorio; todos los ministros que han pasado por el Ministerio de Agricultura no estuvieron de acuerdo con reformar la Ley 160, haciendo que los trámites fueran más ágiles para comprarle tierra a las comunidades rurales, con ello se quedaron haciéndole el mandado a los terratenientes, a los capitalistas agroindustriales y multinacionales del imperialismo que están interesados en seguir monopolizando la tierra para sembrar plantaciones de pino, eucaliptos, caña de azúcar, palma de aceite y pastos.
Los explotadores y la derecha nunca estarán de acuerdo en que la educación, la salud y la vivienda sean gratuitas y dignas para el pueblo colombiano; por eso seguirán poniendo ministros para impedir la construcción de vivienda popular, como lo hicieron con este gobierno que tampoco ha querido aprobar el decreto para la autoconstrucción, defendiendo así los intereses de las grandes constructoras. Esos sectores más retardatarios de los explotadores mucho menos estarán de acuerdo con reformas que beneficien a la clase obrera y las comunidades de los barrios populares de la ciudad.
Creer que el Congreso de la República aprobará las reformas que sirven al pueblo es un error de las comunidades; el congreso solo aprobará reformas que beneficien al pueblo con la presión por medio de la movilización y el levantamiento político; el congreso no representa al pueblo, el congreso representa a los terratenientes y a los burgueses (a los grandes empresarios, a los bancos y grandes comerciantes, transportadores, casa tenientes y grandes constructoras) y a los politiqueros corruptos que los representan; este es un congreso que no está con el pueblo. Este es un congreso que además se arrodilla ante los intereses de las multinacionales del imperialismo.
El gobierno reformista de Petro, a pesar que ha contado con el respaldo de amplios sectores populares, no está en capacidad de producir transformaciones ya que todas las ramas del poder las dominan las fuerzas económicas que no están con el pueblo y obstaculizan hasta el más mínimo cambio que beneficie a las comunidades de la ciudad y del campo; ya este portal denunciaba que Petro tiene parte del gobierno pero el poder está en los grandes grupos económicos del capital financiero, aliados con los terratenientes y al imperialismo.
No podemos esperar que las transformaciones económicas, sociales y políticas las haga la derecha; esta es una obra que tan solo el pueblo puede realizar, aliándose los pobres del campo con los pobres de la ciudad.
La crisis económica, social y política que vive el país tiende a profundizarse y esta es la base para un segundo levantamiento social y político que debe ir preparando al pueblo, de levantamiento en levantamiento, hasta propiciar un levantamiento insurreccional general.
Hoy los revolucionarios más que ayer deben estar preparados para reconectarse con el pueblo, desarrollando verdaderos desencadenamientos sociales y políticos alrededor de los derechos de las comunidades de la ciudad y del campo; ningún revolucionario debe estar aislado de las comunidades, su alto deber es estar emboscado en el pueblo estimulando y propiciando la movilización constante de las comunidades para generar luchas que le den pequeñas victorias al pueblo, acumulando y construyendo tejido social que nos permita ganarnos un puesto de combate en el levantamiento social.
Si trabajamos con entrega constante y disciplinada el futuro en Colombia y en el mundo es luminoso y las transformaciones políticas se desarrollarán fortaleciendo el proceso de construcción de una nueva sociedad, la sociedad socialista.
La crisis mundial que vive el capitalismo no tiene condiciones de solución y ello nos crea las alternativas para fortalecernos y desarrollarnos, poniendo a prueba todas las iniciativas de creación revolucionaria, de cambio, propiciando levantamientos que nos conduzcan a la construcción de la nueva sociedad.
Miguel Hernández






