Primero de Mayo, eternamente en el corazón de los trabajadores

Primero de Mayo, eternamente en el corazón de los trabajadores 1

Apreciados lectores:

A nuestro correo llegó la siguiente opinión de un compañero que reproducimos completamente. Nos comparte su análisis sobre el Primero de Mayo y algunos aspectos destacados del discurso que dio el presidente Gustavo Petro en la Plaza de Bolívar. Pero no se queda apenas en el análisis, el compañero nos comparte algunas ideas sobre el qué hacer inmediato (Asambleas Populares) y a largo plazo o a nivel estratégico (lucha por el Socialismo y el Comunismo). De igual forma, hace un llamado a la unidad de los comunistas revolucionarios para cumplir las grandes tareas que nos exige cumplir la realidad. Esperamos que lo lean y opinen al respecto haciéndonos llegar sus comentarios. Agradecemos al Camarada Lucio por dedicarle estas ideas al Portal Revolución Obrera.

Revolución Obrera

Primero de Mayo, eternamente en el corazón de los trabajadores

En las grietas de la memoria de muchos colombianos el primero de Mayo del 2025 va a ser recordado como una de las mayores movilizaciones populares para conmemorar el día internacional de la clase obrera.

No se puede ocultar el efecto del llamado a la opinión ciudadana por el gobierno de Gustavo Petro para manifestar en esta fecha el apoyo a la Consulta Popular por la reforma laboral. Los hechos han demostrado la apremiante necesidad que la masa trabajadora tiene de mejorar las condiciones laborales que dignifiquen su existencia por lo que requiere irrestrictamente la solidaridad de los comunistas y revolucionarios.

Tal fue la magnitud y el impacto de la movilización registrada el primero de mayo, que los mastines del lupanar mediático, esta vez, decidieron ignorar la expresión popular.

Igualmente trascendental, fue la participación del Bloque Internacionalista independiente, anti imperialista y revolucionario, por su significación más que por la cantidad, pues refleja un salto importante en la conciencia de unir esfuerzos para enfrentar los retos del mundo convulsionado por intensas confrontaciones y luchas. Sin duda, no será la única vez e irá creciendo en participación y fogosidad derrotando el espíritu de feudo que aún existe en numerosos pequeños grupos que se proclaman comunistas revolucionarios pero se resisten a los acuerdos y acciones conjuntas.

Como ya es costumbre en el gobierno del Pacto Histórico, no podía faltar la intervención del presidente Gustavo Petro, que en esta ocasión estuvo antecedida por el ingreso —en una suerte de comedia circense— de la espada del Libertador Simón Bolívar que desde tiempos del Movimiento 19 de Abril (M-19) ocupa un lugar de privilegio en su ideario político.

Con este símbolo se quiere imponer una ruta y destino a las luchas del pueblo colombiano, lo que no se puede calificar sino como un anacronismo histórico, pues el contenido de la gesta bolivariana estuvo ceñido a un contexto histórico particular de independencia de la colonización española, que no puede interpretar de manera alguna las contradicciones de la época actual del sistema capitalista-imperialista que enfrenta entre otros, a la burguesía y al proletariado, a los países y naciones oprimidas contra los países imperialistas, a los países y monopolios imperialistas entre sí.

No es el tiempo que ha transcurrido entre esa época y la actual que hace caduco el ideal de Bolívar sino el marco de las contradicciones que solventó, y limitó a una región y momento histórico muy particular.

No se puede decir lo mismo del Marxismo que después de haber promulgado su memorable e histórica convocatoria a los oprimidos y explotados del mundo en 1848, hoy,177 años después sigue vivo, vigente y universal, porque a diferencia de las ideas de Bolívar la doctrina de Marx se basó para su formulación en el materialismo histórico y en el materialismo dialéctico lo que le confiere, inobjetablemente el carácter de Ciencia.

La «Revolución en Marcha» fue otra vieja «nueva» idea del presidente Gustavo Petro expuesta en este día conmemorativo. No sorprende que desempolvara el programa de gobierno de su referente político Alfonso López Pumarejo, quien gobernó a Colombia en dos períodos 1934-1938 y 1942-1945, e impulsó medidas reformistas, que otros denominan desarrollistas en el campo de la economía, educación y organización estatal; siendo lo más prominente el desarrollo de la industria, la modernización de la tenencia y producción agrícola en lucha contra los terratenientes y sus formas atrasadas que se constituían en un obstáculo para el desarrollo del capitalismo en ese sector; y no menos importante en su gobierno, fue la lucha que desplegó en el campo de la superestructura ideológica contra la hegemonía de la iglesia católica en el campo de la educación y contra el oscurantismo en todas sus formas; además abanderó reformas que favorecieron las condiciones laborales de los trabajadores; todas necesarias, en ese momento, para permitir la inserción de la economía colombiana en el mundo capitalista.

López Pumarejo sin duda fue un destacado dirigente burgués que comprendió el momento histórico, que hacía imprescindibles reformas que permitieran el avance y consolidación del capitalismo en Colombia. Esas propuestas que no cuajaron en su totalidad fueron en parte asumidas por los gobiernos posteriores de Carlos Lleras Restrepo y Alfonso López Michelsen con el «MRL» (Movimiento Revolucionario Liberal) y que no eran nada diferente a impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas enfocadas a estimular la producción capitalista.

Petro transpone, sin consideración, épocas e intereses de clase de ese período al momento actual como modelo a seguir para la solución de los problemas que afronta la sociedad colombiana.

En el momento histórico de Colombia la contradicción principal es entre los intereses de la burguesía, los terratenientes, sus amos imperialistas, sobre todo estadounidenses y los intereses del proletariado, campesinado y las masas populares, donde ya no caben reformas al capitalismo para hacerlo humano.

El desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas no soluciona la contradicción entre el capital y el trabajo y sí la profundiza. Pero, a fin de cuentas, Petro es coherente con su visión de cómo se debe organizar la sociedad y el Estado conservando las formas, leyes y dinámicas del capitalismo.

Para concluir su discurso y revelando su faceta conciliadora, entrelazada con las situaciones comentadas arriba, lanzó un flotador a la burguesía convocándola a un gran «Acuerdo Nacional», que no es otra cosa que pretender detener el avance de la sociedad a una forma nueva, diferente y superior de organización del Estado y de la sociedad, donde las masas luchen por aplastar a la burguesía, no por salvarla del naufragio.

La tarea que está al orden del día para los comunistas y revolucionarios en Colombia, sin ambigüedades y aplazamientos, es la construcción de la vanguardia comunista para dirigir las luchas actuales y futuras, que sin duda serán en tiempos recios de avances y retrocesos.

Las Asambleas Populares son la propuesta táctica para profundizar las reformas sociales y por qué no decirlo, instaurar un gobierno popular transitorio que consiga determinadas reformas bajo el capitalismo y prepare la organización, la conciencia y las luchas populares para alcanzar su objetivo futuro socialista, preámbulo de un mundo comunista.

La formación de las Asambleas Populares será el fruto de duras y enconadas luchas, huelgas generales y diferentes formas de confrontación con el Estado burgués: no podrá ser el resultado de acuerdos por lo alto o pactos conciliatorios.

La unidad de los comunistas y revolucionarios en un contexto de exposición lucha y debate de ideas es el camino correcto para afrontar los compromisos que impone la lucha de clases.

Lucio

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