«No es la primera operación donde caen mujeres embarazadas y menores de edad combatientes». Así se refirió el carnicero asesino, general Eduardo Zapateiro, jefe del Ejército burgués de Colombia, en referencia a la masacre cometida por la institución armada el pasado 28 de marzo en la vereda de El Alto Remanso, del municipio de Puerto Leguízamo, Putumayo. Entre los once asesinados en un bazar que llevaba a cabo la comunidad, se encontraban una mujer embarazada y un joven de 16 años.
Según la política terrorista del podrido Estado burgués, esos son blancos legítimos y los menores de edad son “máquinas de guerra” como dijo el hoy Ministro de Defensa del régimen de la mafia, Diego Molano, en un inservible debate en el Congreso cuando esa misma institución castrense asesinó a menores de edad en un operativo contra las disidencias de las Farc. Por lo tanto, no son de extrañar las palabras del General Zapateiro, el mismo que amenazó con “pacificar a Cali en 24 horas” en medio del pasado Paro Nacional que inició el 28 de abril de 2021.
Para el Estado burgués-terrateniente los blancos de ataque son las masas populares y ejemplos de ello hay muchos: el reciente Paro Nacional fue uno de los casos en que la Policía Nacional y fuerzas paraestatales dispararon sus armas de fuego contra los manifestantes; el Ejército Nacional constantemente incursiona en poblaciones rurales y abre fuego contra comunidades desarmadas o viola niñas indefensas. Ese es el carácter del podrido Estado de los monopolios y sus instituciones, que defienden a sangre y fuego los intereses de los dueños del capital y por eso es inútil tratar de reformarlo “desde adentro”, como plantean los socialdemócratas y demócratas burgueses. Zapateiro no miente, así funciona el Estado, la dictadura de las clases dominantes sobre las masas trabajadoras.
Para acabar con una dictadura de clase que normalizó el asesinato de mujeres embarazadas y menores de edad por parte de las fuerzas armadas estatales, es necesario oponer la fuerza organizada de las masas populares; oponer a la violencia reaccionaria de las clases dominantes y su podrido Estado, la violencia revolucionaria del pueblo en armas. Para que las declaraciones criminales de un verdugo del pueblo como lo es Zapateiro sean cosas del pasado, se necesita construir otra sociedad, una sociedad Socialista donde los obreros y campesinos ejerzan su poder político realmente, donde las fuerzas armadas no sean órganos especiales separadas y verdugos de las masas, sino que son ellas mismas las que ejecutan la dictadura de clase sobre los enemigos del pueblo.
2 respuestas
La indiferencia de la población afectada…..ni deja que esta se una en masa para derrotar a todos los opresores….que no desangran día a día……
Compañero gracias por sus opiniones. Al respecto consideramos que no es tanto la indeferencia de la gente sino la falta de una organización de vanguardia, del Partido de la clase obrera que sea capaz de canalizar la rabia, el dolor y la IMPOTENCIA del pueblo para avanzar en la lucha contra sus enemigos. Por eso es urgente la construcción de ese partdio al cual lo invitamos a hacer parte de su edificación.