Declaraciones de Zapateiro: el asesino excomandante del Ejército Nacional

Declaraciones de Zapateiro: el asesino excomandante del Ejército Nacional 1

Semana, el pasquín uribista que le da tribuna a la burguesía mafiosa en su portal y revista, le hizo una entrevista en voz de su cabeza visible, la propagandista Vicky Dávila al asesino general del Ejército, Eduardo Zapateiro el pasado 24 de julio. Una entrevista “light”, sin contratiempos, sin preguntas “incómodas”, más parecida a un publirreportaje pagado por el Ejército Nacional y el régimen de la mafia.

“Me siento tranquilo. Me voy con el honor del deber cumplido.” Afirmó Zapateiro, y claro que lo cumplió, pues su deber como general de esa institución fue defender a sangre y fuego los intereses de las clases dominantes y su podrido Estado, y para ello, el excomandante dirigió por un buen tiempo una institución podrida que violó niñas en el campo, que bombardeó campamentos sabiendo que había presencia de menores de edad, que ordenó levantar a bala los puntos de bloqueo durante el Paro Nacional de abril del 2021, que fue la mano derecha de Uribe y Santos para realizar ejecuciones extrajudiciales o mal llamados “falsos positivos”, que ordenó a la tropa cuidar las grandes extensiones de tierra de los ganaderos, palmeros, imperialistas, etc., de las recuperaciones de tierra que, por ejemplo, hacen los indígenas en el Cauca. Sí, Zapateiro le cumplió a los enemigos del pueblo como era su misión.

El excomandante miente cuando dice: “Los generales no somos ningunos sinvergüenzas, ni estamos haciendo pactos con narcotraficantes […] nos debemos a nuestra carrera, a nuestro pueblo…” ¡Falso! Los generales se deben a los intereses de la burguesía industrial, comercial, agraria, financiera, de los terratenientes, e imperialistas. Al pueblo lo tienen como diana para tirar a matarlo. Y si la tropa se niega a cumplir sus órdenes, serán tratados como indisciplinados sobre los que unas veces les cae el peso de la justicia penal militar y otras simplemente son asesinados. Además, es conocido que muchos mandos altos les ordenan a sus hombres proteger a los capos mafiosos o a los narcóticos que circulan en muchas zonas del país.

Es falso que: “Los ascensos no son amañados, el procedimiento es muy riguroso.”, pues, es vox populi que para poder ascender a altos cargos, se deben pagar grandes sumas de dinero en favores y cursos, esto hace parte de la lucha de clases en el interior de las fuerzas armadas, pues no están “por encima” de la sociedad, y un militar raso que provenga de la clase obrera, tiene muy pocas oportunidades de llegar a ser general.

Ante la pregunta de Vicky Dávila: “Esas confesiones de militares asesinos, ¿qué sentimiento le generan?”, contesta: “Dolor. Eso no nos lo enseñan en ninguna escuela. No son las instrucciones ni el pénsum que recibimos. Nuestra institución es sagrada.” Respuesta cínica e hipócrita de un asesino y criminal que fue una de las principales cabezas del Ejército que tiene como cátedra para sus integrantes reforzar la falsa idea del “enemigo interno” según la cual, cualquier voz disidente o contraria al Estado de los ricos, es un enemigo al que toca “neutralizar” o “dar de baja”. Ligado a esto, Zapateiro negó hipócritamente que los mal llamados “falsos positivos” fueran una política de Estado y apela en últimas a la teoría de las “manzanas podridas” al decir que: “Si algún comandante dio esas órdenes, tendrá que responder.” Y sí, se sabe de casos en que soldados han sido condenados por estos repudiables actos criminales, pero, ¿cuándo rodarán las cabezas que ordenan el asesinato de vidas inocentes para incrementar las bajas en las estadísticas? Evidentemente, cuando sean juzgados por la fuerza de una rebelión popular de grandes dimensiones, o incluso, por una revolución proletaria en Colombia.

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Cuando Vicky Dávila le pregunta: Y en todo ese tiempo, ¿cuál fue su día más difícil?, Zapateiro no duda en responder que: “Fueron varios días en medio de las marchas violentas que tuvimos. Fue un momento crítico como comandante del Ejército. Algunas personas trataron de cerrar y estrangular el país sin pensar en los colombianos. Fue un momento de caos.”… “Nuestros colombianos no son nuestros enemigos, nuestra preocupación era que se manifestaran de manera pacífica y no violenta. No nos podíamos equivocar tomando decisiones, estábamos preparados para enfrentar criminales en la selva, ¿pero en la parte urbana?, donde usted cree que jamás podría pasar lo qué pasó, casi destruyen a nuestra nación y no pasó absolutamente nada.”

Evidentemente el Paro Nacional del año pasado, como culmen de una serie de levantamientos populares anteriores, fue un poderoso golpe de las masas contra el régimen de la mafia. Un golpe que las clases dominantes no se esperaban y que puso a tambalear su aparente estabilidad. De estas declaraciones deben aprender los dirigentes de masas, los comunistas, los organizadores y tribunos populares, pues lo que realmente les duele a los dueños de los medios de producción es que se hagan manifestaciones masivas que bloqueen la circulación de las mercancías, que impidan la llegada de los obreros a sus puestos de trabajo. Ya lo dijimos en su momento: sin bloqueos no hay Paro, romper los bloqueos significa romper el Paro. Esta es una poderosa enseñanza que nos deja esta entrevista a un fiel sirviente de la burguesía y los terratenientes.

Así se podrían seguir sacando extractos de la entrevista y lecciones de la misma. A grandes rasgos nos deja ver la hipocresía con que el Estado burgués maneja el aspecto de la violencia, haciéndola ver como la respuesta de las fuerzas armadas al desorden generado por un grupo de inadaptados; cuando en realidad la violencia del pueblo es la justa respuesta a los ataques de las clases reaccionarias, es la violencia justa del pueblo como respuesta a la violencia injusta de las clases dominantes. Pero además, deja ver que militarmente el pueblo debe ir a la ofensiva, debe prepararse para asestarle duros golpes al enemigo que no ahorrará esfuerzos para sofocar por medio de la violencia la rebeldía popular.

De ahí la importancia de organizar las fuerzas para próximos levantamientos populares, pues a pesar de que se inicie un gobierno reformista, las contradicciones de clase propias del sistema capitalista, siguen vigentes y más temprano que tarde el pueblo deberá levantarse ante los incumplimientos del nuevo gobierno que evidentemente no puede quedar bien con todo el mundo, porque finalmente los intereses de las masas populares serán los sacrificados. Aunque ya no esté Zapateiro, de igual forma será nombrado un alfil de la burguesía al frente de las fuerzas armadas burguesas para seguir garantizando los intereses de los explotadores, ante lo cual, el pueblo deberá levantarse en poderosas Huelgas Políticas de Masas para conquistar y defender los derechos ya ganados, teniendo como perspectiva siempre, la necesidad de organizar la triunfante Revolución Socialista en Colombia como parte de la Revolución Proletaria Mundial.

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