
Lo primero que debemos resaltar es la fuerza y la valentía que demuestran siempre las mujeres en los momentos más cruciales sobre todo a la hora de defender a los hijos.
El capitalismo involucró a la mujer en el trabajo de producción y explotación asalariada, recordemos que antes quienes asumían esta labor eran los hombres. Con este avance “las familias ya no cuentan con la mujer en casa que asuma en su totalidad el cuidado de los hijos” durante el día. Esto abre paso a que el Estado se haga cargo de una parte del cuidado de los pequeños y se crean entonces los jardines infantiles. Cabe aclarar que en algunos casos trabajan padre y madre y en otras ocasiones solamente las mujeres cuando son madres solteras, este último siendo un caso más complejo y que evidencia una doble explotación hacia la mujer, ya que asume la carga económica del hogar y el cuidado de los hijos y eso sin mencionar todas las trabas que debe atravesar en este sistema explotador.
Por estos días hemos escuchado el caso del presunto abusador de niños en el jardín infantil Canadá del ICBF en el sur de Bogotá, jardín que se supone debe cuidar, proteger y educar a los infantes. No es raro y tampoco es la primera vez que se presenta que esta institución (institución de un Estado capitalista representante de clases parasitas y explotadoras) que no cumple la labor para la que se supone fue creada, de papel y de palabra hablan de los derechos de los niños, pero a la hora de velar por ellos, esto no se cumple.
El caso destapado por una madre de familia quien cree en la versión de su pequeña al no querer asistir al jardín, pone en evidencia dos cosas importantes; una, que el Estado burgués no protege a los niños como pregonan y dos, que solamente a través de la presión de la comunidad y de las vías de hecho se logran exigir los derechos e incluso conseguir algunas mejoras. Inicialmente la madre pidió una explicación al instituto, y estos «desprotectores» y cómplices de abusos e incluso de venta de niños, le respondieron que el tema era confuso, luego de que la madre logró llevar este tema más allá con los demás acudientes de otros pequeños mediante acciones de hecho como crear un grupo de WhatsApp, hacer escándalo en el jardín y entablar varias denuncias de 3 posibles casos más, deciden interponer la denuncia al “profesor”.
Una vez más, gracias a la población se exige una investigación seria de la situación, una vez más los padres de familia unidos logran requerir el cuidado y protección de los más pequeños y vulnerables, una vez más este sistema decadente y explotador demuestra su ineficacia y evidencia que no es necesario, solamente entre la misma comunidad organizada es posible resguardar a los chiquitos.
Por eso hoy más que nunca es inevitable juntarse para crear colectivos de jóvenes, mujeres, padres de familia, personas trans, profesores, médicos trabajadores y pueblo en general para discutir los verdaderos cambios que la sociedad necesita, ya la práctica demuestra no solo que se puede, sino que es el método más conveniente y funcional, incluso entre los niños más pequeños se usan las asambleas como espacios de discusión de temas que atañen a un grupo. La invitación es a crear estos espacios, a liderar nuestros propios cambios y ponerlos en práctica. Solo la unidad y la organización será la consecuencia de los grandes cambios de la sociedad.