Llamado de los comunistas a las filas del ELN

Llamado de los comunistas a las filas del ELN 1

Hace unos días se celebró el VI Congreso del ELN, el cual definió su accionar político-militar para los próximos diez años. Uno de los puntos destacados fue la decisión de mantener su postura de paz. Aunque intentan presentarla como una paz diferente, desde el marxismo sabemos que la paz no se va a lograr mientras la burguesía siga en el poder, de allí que la lucha armada elena sea válida, pero tiene un método y un enfoque ideológico erróneo que no le deja salir a flote para convertirse en una verdadera alternativa revolucionaria.

El ELN es una organización político-militar que surgió bajo la influencia de la revolución cubana y de las luchas de la liberación nacional. Si bien en ese proceso hubo influencia marxista, también tuvo influencia revisionista, nacionalista pequeño burguesa, de la socialdemocracia, y hasta el anarquismo ha penetrado sus filas. Por ello el ELN es una organización ecléctica influenciada por varias posiciones ideológicas y políticas donde confluyen muchos programas, predominando el reformismo y la social democracia.

Por otra parte, el ELN ha mantenido cierta autonomía en sus frentes regionales, lo que afecta su centralismo y genera desorden. Por ejemplo, se observan algunos quiebres internos como el representado por el Frente Comuneros del Sur, donde uno de sus comandantes más experimentados decidió pactar la paz con el Estado burgués por aparte; un reflejo del desorden interno y de una desviación ideológica no revolucionaria que termina acomodándose a los intereses personales.

Igualmente, la base del ELN ha tenido una influencia del pensamiento camilista, el cual está ligado a la teología de la liberación, sin embargo, termina siendo dirigida ideológicamente por la pequeña burguesía del progresismo, la social democracia y el reformismo en general, ya que la composición elena en su mayoría son estudiantes universitarios y profesionales que hacen el trabajo de base, lo que lleva a generar confusión y callejones sin salida en las luchas populares que dirigen.

Asimismo, solo en algunos mandos se escucha hablar de marxismo-leninismo, pero distan mucho de adoptar íntegramente esta ideología, lo cual se ve hasta en la estructura organizativa elena que está lejos de acercarse a un Partido de la clase obrera. Es tanto el desorden ideológico que se escucha hablar en sus procesos de horizontalidad, que va de la mano con el criterio de orden y mando, perdiendo de vista el centralismo democrático que le da disciplina a la organización marxista; por esto es que el ELN se caracteriza en acercar mucha base social a “su proyecto”, pero no tiene un horizonte claro de revolución, es decir de Programa, de táctica política, de métodos correctos de dirección y de trabajo, lo que obstaculiza el verdadero camino revolucionario.

Ese mismo desorden ideológico, político y organizativo conlleva a la incursión de algunos de sus frentes en el negocio del narcotráfico, en la protección de las compañías imperialistas a cambio del tal “impuesto de guerra” (así vaya en contra vía de las aspiraciones de las masas) y otras prácticas no revolucionarias en los territorios como el “cobro de impuesto” (robo) a las masas, el control y represión sobre la población, el señalamiento, amenaza y asesinato de quienes critican sus acciones antipopulares… prácticas que no los diferencia de las fuerzas militares oficiales y otros grupos delincuenciales.

La guerra del pueblo y la necesaria lucha armada para derrotar a los enemigos del pueblo colombiano (burgueses, terratenientes e imperialistas) es muy distinta a la luchar armada que ha librado el ELN, pues la guerra popular parte del principio de que la revolución la hacen las masas organizadas y conscientes. Que ellas no necesitan supuestos salvadores, sino de dirigentes revolucionarios que les lleven la conciencia socialista, contribuyan a su organización y movilización revolucionarias, para que sean ellas quienes tomen en sus propias manos su destino. El verdadero ejército de liberación del pueblo colombiano surgirá como parte de su armamento general, y construido de abajo hacia arriba, empezando por la organización de la guardia y la milicia popular.

Los comunistas hacemos un llamado a las bases elenas a acercarse más al estudio del marxismo leninismo maoísmo, para convertir esa lucha armada en fortines para la revolución socialista en Colombia. No es entregando las armas o apoyando constituyentes para remozar el viejo estado de los explotadores donde se conseguirán los cambios, como tampoco serán procesos “nacionalistas” como el del chavismo en Venezuela o del sandinismo en Nicaragua donde se logren salidas. Solo concientizando, organizando y movilizando revolucionariamente a las masas de Colombia se lograrán las victorias. Es importante que los verdaderos revolucionarios elenos de los frentes rurales y urbanos se acerquen a los comunistas y entablemos una discusión ideológica y política sobre el carácter de la sociedad colombiana, los límites del reformismo y la vía para lograr la revolución que necesitamos.

La discusión de las divergencias y la crítica a los errores históricos del movimiento revolucionario en Colombia son necesarios y urgentes, dada la agudización de todas las contradicciones del capitalismo imperialista moribundo; en una situación así como la actual, todos los comunistas debemos unirnos en el Partido de la clase obrera, ahora en construcción; todos los revolucionarios debemos marchar junto a las masas en el mismo Frente Unido, y todos los combatientes del pueblo debemos estar en el mismo Ejército Popular.

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