Sí al Retorno a Clases Presenciales, ¡Pero con Inversión Estatal!

Sí al Retorno a Clases Presenciales, ¡Pero con Inversión Estatal! 1

La senadora Paloma Valencia, proveniente de los despojadores del Cauca, quiere como sea privatizar la educación pública. Para ello, después de afirmar tendenciosamente que «Fecode no quiere volver a clases», propuso que el régimen le diera un bono a los padres para que estos lleven sus hijos a colegios privados sin garantizar a mediano plazo que los padres puedan pagar los costos que exigen los colegios privados, como ruta, refrigerio, bonos, matrícula, pensión y otros gastos extras como salidas pedagógicas, fiestas o excursiones los cuales no serán contemplados en el dichoso «bono» propuesto por Valencia.

A la vez que el régimen ignora las propuestas elaboradas por Fecode para retornar de forma segura a clases presenciales, minimizando al máximo el riesgo de contagio por medio de protocolos e inversiones en elementos de bioseguridad en los colegios; mientras los maestros trabajan desde sus casas pagando planes de internet y de minutos para comunicarse con padres y estudiantes, o fotocopiando guías de su bolsillo en zonas rurales donde no hay red de internet; o mientras los maestros realizan llamadas y videollamadas según la disponibilidad de los padres por lo que sus jornadas de trabajo se extienden desde las 6:00 a.m. hasta bien entrada la noche, a la vez que revisan cientos de correos electrónicos para calificar trabajos y guías y se reúnen con sus coordinadores, rectores y compañeros de trabajo…

Mientras hacen todos estos esfuerzos para garantizar la educación de los hijos del pueblo, son atacados por los medios de comunicación de los monopolios, desde los cuales periodistas prepagados por el capital, infunden la idea de que los docentes son «vagos», «perezosos», o que «no trabajan» o «trabajan menos» y que por lo tanto no deberían recibir sueldo; periodistas agitadores pro-régimen, que tienen la posibilidad de pagarle colegios privados a sus hijos, con mensualidades de más de un millón de pesos, que gozan de todas las garantías de bioseguridad y alternancia y por tanto pueden regresar paulatinamente a la presencialidad.

Vagos y perezosos los congresistas y senadores como Valencia que exigen retorno presencial a clases de los hijos del pueblo sin la inversión necesaria en infraestructura y demás medidas sanitarias; mientras los HP («Honorables» Parlamentarios) siguen recibiendo su sueldo de ¡33 millones de pesos! sin asistir en sus camionetas blindadas a «trabajar» al Congreso. Esos burócratas son parte del parasitismo del Estado burgués-terrateniente que se come gran parte del erario pagado por el pueblo por medio de onerosos impuestos, mientras se rascan la barriga desde sus casas de campo y penthouses, convirtiéndose en los voceros y defensores del capital privado, incluso en la educación. El régimen está forzando a un paro nacional del sector educación en todo el país, el cual deberá ser apoyado por estudiantes y padres de familia, pues no es suficiente la «desobediencia civil» que no les da garantías para la lucha a los maestros en provisionalidad. El afán del retorno a clases por parte de la burguesía y los terratenientes, no es porque estén preocupados por el desarrollo de los niños: las clases dominantes quieren a los hijos del pueblo en los colegios públicos sin invertir mayor cosa, empujando a la comunidad educativa al contagio masivo, todo por el afán de que la clase obrera no se vea atada a la hora de tener que ir a producir a sus centros industriales, comerciales, financieros o agrícolas.

Por eso el llamado es a defender la educación pública en las calles, por medio del Paro General Indefinido, exigiendo el retorno a la presencialidad garantizando la inversión estatal necesaria para dotar a los colegios públicos de baterías sanitarias, distanciamiento y alternancia, refrigerios de calidad que les suban las defensas a los estudiantes, que la COVID-19 sea considerada enfermedad laboral, enfermerías y personal médico en cada institución, protocolos de bioseguridad establecidos y financiados por el Estado y no por los padres, entre otras reivindicaciones.

Mientras subsista el capitalismo, la educación, al igual que la salud, será considerada un lucrativo negocio por parte de las clases reaccionarias, por ello de fondo se necesita barrer con todo el orden de los capitalistas, destruir su máquina Estatal de dominación y sustituirla por el Estado de Obreros y Campesinos, único capaz de garantizar educación universal, gratuita, científica y de calidad al servicio del pueblo.

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