Santa Marta se levantó contra el terrorismo de Estado

Santa Marta se levantó contra el terrorismo de Estado 1

El pasado 15 de julio en Santa Marta, Érick Alberto Melo Solano de 24 años y que trabajaba como mototaxista, fue víctima de las balas policiales, supuestamente al no acatar la orden de parar en un retén mientras se movilizaba en su motocicleta. De inmediato se desató la ira y el odio de las masas en contra de todo lo que representara la podrida institucionalidad del Estado burgués terrateniente. Atacaron con piedras la Fiscalía, semáforos, cámaras de fotomultas e incluso una moto de agentes de movilidad fue incinerada. Cientos de motos bloquearon la ciudad y las fuerzas represivas del Estado se vieron desbordadas por la magnitud de las protestas.

El 18 de julio, se realizó una marcha desde el barrio Las Américas hasta la Unidad de Reacción Inmediata -URI- de la Fiscalía, y allí exigieron que se judicialice al patrullero que accionó su arma de fuego contra el joven Érick Alberto, un proletario que se ganaba la vida recorriendo las calles de esa ciudad costera de Colombia. La madre de Érick, exigió justicia y refiriéndose al patrullero que asesinó a su hijo, afirmó: … él es un sicario, él me mató a mi hijo, me lo mató porque a él le dio la gana, él y el conductor de la moto… mi hijo no estaba armado… no tenía por qué matar a mi hijo.

Este repudiable acto, en el que resulta asesinado por la Policía un joven del pueblo, expone la ideología que rigen las escuelas de formación de las instituciones armadas del podrido Estado burgués y que no es otra que la del odio contra las masas populares, contra la juventud trabajadora, el odio contra “los de abajo” que se ganan la vida trabajando en el rebusque o por un miserable jornal, todo para proteger los intereses económicos de los grandes monopolios capitalistas. La institución apenas se limitó a retirar temporalmente del cargo a los policías involucrados en el homicidio y seguramente descargarán toda la culpa sobre los uniformados que serán tratados como “manzanas podridas”, tratando inútilmente de dejar en limpio el nombre de la Policía Nacional que hace parte del pilar central del Estado y desde dónde se cometen los más terribles crímenes contra el pueblo desarmado.

Este es un nuevo crimen de Estado y es el Estado de los capitalistas el que debe ser el blanco de ataque de las masas populares, por ser la máquina de opresión usada por las clases dominantes para doblegar al pueblo y someterlo a sus mezquinos intereses. ¡La rebelión se justifica! Y por ello los comunistas respaldan las acciones de las masas contra el terrorismo de Estado.

La llamada “paz social” pregonada por el reformismo, sólo sirve para doblegar a los trabajadores frente a sus centenarios enemigos de clase (burguesía, terratenientes e imperialistas) porque busca inútilmente conciliar los intereses antagónicos entre los explotados y los explotadores. Es hora de reactivar las Asambleas Obrero Populares que organicen las fuerzas y las preparen para frenar el terrorismo de Estado y arrancar con la movilización y la lucha en las calles las reivindicaciones del pueblo.

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