editorial

Sobre el atentado contra Miguel Uribe Turbay

El proletariado revolucionario rechaza el atentado contra el senador y aspirante a la presidencia Miguel Uribe Turbay, y no por las razones que han esgrimido los representantes de las clases dominantes y del reformismo.

Rechaza el atentado porque como partidario de la lucha de clases, los atentados individuales contra los representantes de las clases enemigas del pueblo, no contribuyen al desarrollo de la lucha, sino que la obstaculizan porque enturbian los objetivos del movimiento obrero que busca, no la eliminación física de uno u otro representante de los explotadores, sino eliminar la explotación misma, mediante la revolución social y política que destruya todo el poder de las clases dominantes, todas las instituciones de su podrido Estado y todo su poder económico, para construir un nuevo tipo de Estado basado en la democracia directa del pueblo armado y edificar las nuevas relaciones sociales de cooperación entre los hombres, el socialismo.

Toda la historia de la lucha de clases ha confirmado que es inútil el atentado personal y el asesinato de uno u otro personaje; demostración palpable en la larga historia de dirigentes eliminados en Colombia por las fuerzas de la reacción burguesa-terrateniente-imperialista, para quienes no ha sido suficiente el asesinato selectivo de miles de dirigentes del pueblo trabajador, sino que han recurrido a la ejecución de sus propios contradictores como Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán y Álvaro Gómez Hurtado, y de figuras destacadas del reformismo como Carlos Pizarro, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo. Asesinatos que solo han enturbiado la lucha de los explotados y oprimidos contra sus enemigos explotadores y opresores.

Los comunistas rechazamos el atentado contra Miguel Uribe porque en este caso también, como en la mayoría de los ocurridos, se convierte en un argumento de la reacción para pedir el endurecimiento de las medidas represivas contra el pueblo, especialmente contra las posiciones más radicales del movimiento obrero y revolucionario.

Detrás de la hipocresía de las clases dominantes, lamentando el atentado contra un personaje reaccionario –representante de lo más podrido de la sociedad como es la facción mafiosa y paramilitar, responsable de masacres, asesinatos selectivos, crímenes de Estado y demás vejámenes contra el pueblo– se esconde el cálculo de los politiqueros, incluidos los del Centro Democrático, a quienes el atentado les sirve para hacer politiquería con miras a las elecciones del 2026, generando la opinión de que se necesita nuevamente la “mano firme” del uribismo.

Detrás de las verdaderas o hipócritas frases de solidaridad con Uribe Turbay y su familia por parte del reformismo, se esconde el veneno de la ilusa pretensión de salvaguardar la actual dictadura feroz de los capitalistas disfrazada de democracia, insistiendo en que desde ella, con toda la podredumbre que a diario expele, se pueden resolver o “humanizar” las contradicciones antagónicas entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores. Una utopía que históricamente ha fracasado y con mayor razón ahora cuando el capitalismo imperialista agoniza y está exigiendo la revolución proletaria para hacer avanzar la sociedad.

Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)

Junio 9 2025

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