No será digno de las mujeres socialistas ver estos acontecimientos históricos con las manos cruzadas, que desde su hoy preparan el mañana. Los tiempos las llaman a grandes tareas, cuyo cumplimiento requiere toda la devoción, entusiasmo y abnegación que emana del “eterno femenino” de su naturaleza y sus convicciones. Clara Zetkin
19 de noviembre de 1914
El deber de las obreras en tiempos de guerra
Se acerca el 25 de noviembre, una fecha que en los últimos años ha sido muestra de un creciente movimiento de mujeres que a nivel internacional lucha y se levanta contra todo tipo de violencia hacia la mujer: violencia intrafamiliar, violaciones a mujeres y niñas, feminicidios, violencia económica, política…
Estos terribles acontecimientos que suceden bajo el sistema capitalista revelan su agónica decadencia. Este sistema, cada vez más reaccionario, ha llevado a una degradación física y moral que ha afectado a amplias masas de mujeres y hombres pertenecientes a la clase obrera.
Además de la lucha contra la violencia hacia la mujer hay que combatir todas las formas de opresión que las mujeres enfrentan a diario, tanto a nivel mundial como, en particular, en nuestro país. Los hechos que vienen ocurriendo en Palestina en los últimos meses exigen en este 25N una respuesta y una acción internacionalista de todas las mujeres en el mundo contra la mayor muestra de violencia del sistema capitalista: la guerra imperialista.
Tal y como lo dijera la Conferencia Extraordinaria de la Internacional de Mujeres Socialistas, del 28 de marzo de 1915: «Es el deber más sagrado de las mujeres socialistas, especialmente de las mujeres trabajadoras, dirigir la lucha por la paz con valentía, con voluntad de sacrificio y con el deseo de paz que nace del profundo dolor causado por la guerra, y proclamar este deseo como una clara y consciente voluntad de paz» 1
El 25 de noviembre tiene sus raíces en el espíritu revolucionario de mujeres que resistieron y se organizaron contra los opresores, enfrentando la vil violencia y siendo, trágicamente asesinadas por su valiente lucha. La lucha revolucionaria de las hermanas Mirabal contra la dictadura en República Dominicana es la misma que libran hoy, y desde hace más de 75 años, miles de mujeres en Palestina contra la dictadura y ocupación del Estado Sionista de Israel.
Como Patricia, Minerva y María Teresa Mirabal; como Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin e Inés Armand; como Ahed Tamimi, Anhar al-Deek y Khalida Jarrar existen cientos de mujeres en Palestina que por luchar como activistas y militantes de la resistencia están siendo encarceladas y asesinadas. Por ellas es preciso salir a las calles y levantar la voz. Miles de mujeres y niños han sido sepultados bajo los escombros de casas, escuelas y hospitales bombardeados sin miramientos por los sionistas. Por ellos es preciso salir a las calles y levantar la voz.
Así como en vísperas del triunfo de la Revolución Bolchevique, miles de mujeres salieron a movilizare en Rusia exigiendo el fin de la guerra bajo la consigna de «pan, paz y libertad», hoy las mujeres del pueblo, las mujeres revolucionarias, deben exigir que se detenga el genocidio del pueblo palestino, que se levanten los bloqueos para que ingresen las ayudas y que de una vez por todas ¡Palestina sea Libre!
Así como ante el inminente inicio de la I Guerra Mundial, la Conferencia Extraordinaria de la Internacional de Mujeres Socialistas llamó: «A las mujeres socialistas y proletarias de todos los países (…), sin temor a los obstáculos y a las persecuciones» a no perder tiempo ni la oportunidad «de utilizar todos los medios disponibles para proclamar, mediante manifestaciones masivas de todo tipo, su solidaridad y conciencia internacional y su voluntad de paz».
Instamos a que este 25N las calles se llenen de mujeres y de hombres de la clase obrera, de mujeres de los sindicatos y de las organizaciones populares, colectivas, estudiantes, artistas… que encabecen el clamor internacionalista por el fin del genocidio. Esta y todas las acciones que hagamos para poner fin a la guerra imperialista que cubre de sangre, muerte y escombros el suelo Palestino es un inmenso aporte a la lucha contra el principal culpable de la opresión y la miseria de la humanidad, en palabras de la camarada Clara Zetkin:
El espantoso crimen que representa la guerra mundial imperialista de los grandes estados capitalistas y las condiciones que ha creado, han agudizado al máximo las contradicciones sociales y las penalidades de la mayoría de las mujeres. Estas son las inevitables consecuencias del capitalismo, y sólo pueden desaparecer con su destrucción.
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Porque Palestina tiene nombre de mujer: ¡Mujeres contra el sionismo! ¡Mujeres contra el machismo! ¡Mujeres contra el capital!
Notas
1 Resolución de la Conferencia Extraordinaria de la Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Berna los días 26, 27 y 28 de marzo de 1915. Clara Zetkin, redactora y ponente.
2 Directrices para el movimiento comunista femenino, Clara Zetkin, 1920.