El Partido y el Movimiento Campesino

El Partido y el Movimiento Campesino 1

Las organizaciones campesinas en Colombia atraviesan una profunda crisis económica, social y política. La base campesina presenta baja organización en todo el país, y el sector organizado está fragmentado y dividido ideológica y políticamente. La influencia de partidos tradicionales y pequeños grupos impide una coordinación unificada con un programa común de lucha por los derechos del campesinado. Esto limita la posibilidad de lograr mejoras en sus condiciones de vida y de impulsar transformaciones económicas, sociales y políticas desde abajo, con participación real y protagónica del campesinado.

Si analizamos la participación del campesinado en las diversas cadenas productivas encontramos una debilidad muy acentuada de las comunidades campesinas de base y de sus organizaciones, donde el campesinado se ha quedado en simple productor de materias primas pero está  muy aislado  de la generación de valor agregado, ya que no participa en el desarrollo pleno de la cadena productiva; esto quiere decir que el campesinado y sus organizaciones campesinas como sector productivo están alejados del proceso de transformación,  comercialización y distribución de los productos que produce.

Los índices de producción en la parcela campesina y la capacidad técnica del campesinado en este proceso son muy bajos, por eso el desarrollo del narcotráfico ha monopolizado la mano de obra. Ello lleva al control del territorio a través de las armas del narcotráfico con diversidad de grupos que se disputan a muerte para cobrar el impuesto de gramaje, e imponerle a la población del campesinado otros impuestos que no permiten el desarrollo productivo del campesinado con cultivos e iniciativas lícitas.

Por ejemplo, en la cadena productiva del café que es en la que más ha participado el campesinado colombiano, su papel es de productor de materias primas, en este caso, de la producción del grano de café, pero en el proceso de transformación, el campesinado no tiene   participación puesto que la maquinaria está en manos de empresas privadas que poseen el capital para adquirirla. Para desarrollar el proceso de transformación se requieren técnicas y un conocimiento que el campesinado no tiene o, no tiene el capital para pagar los técnicos, ni para adquirir el conocimiento de planeación, administración, comercialización y distribución del producto a nivel nacional e internacional. Hasta el momento son muy pocas las organizaciones campesinas que han llegado a ese nivel técnico y para el campesinado no es fácil abrirse paso y luchar por su participación de la cadena productiva del café, cuando a nivel internacional todo el proceso es monopolizado por una transnacional del imperialismo que ejerce el control en el mundo de toda la cadena productiva.

De ahí que la lucha contra este monopolio hace parte de una lucha contra el dominio y explotación del imperialismo que tiene a su favor la dominación de todos los países que producen café donde el Estado de cada uno de estos países son serviles al imperialismo.

Esto no quiere decir que no se puede hacer nada contra el dominio y la explotación del imperialismo, pues el reto de los revolucionarios es unir fuerzas y procesos de alianza para luchar contra el imperialismo en todas las áreas donde nos encontramos, teniendo en cuenta que, en todas partes del mundo existen pueblos y fuerzas aliadas en la lucha contra el imperialismo que requieren ser identificadas y unificadas en un plan de acción antiimperialista construyendo un frente en común. En todas las cadenas productivas está pasando lo mismo, en algunas de ellas los campesinos están totalmente aislados, en otras hay una mediana participación, pero el común denominador es que el campesinado en el proceso de transformación está aislado.

El papel del Partido en la producción, la transformación y comercialización debe estar en línea con la capacidad de generar una política clara que oriente los procesos de transformación real de esta sociedad en el campo y en la ciudad. La construcción de una nueva sociedad no se puede lograr si estamos aislados o de espaldas a los procesos de producción y transformación de materias primas, y de la comercialización y distribución de la producción del campo y de todo el proceso productivo de la ciudad.

Todos estos procesos son de una valiosa importancia en la construcción de una nueva sociedad, pues la escuela de los comunistas revolucionarios del Partido necesita conocer y manejar el proceso productivo, que el poder proletario planificará y dirigirá en el futuro socialista. De ahí la importancia en que el Partido se vincule a través de células de fábrica, donde investigue y obtenga la experiencia y el conocimiento necesario, para orientar las transformaciones que se requieren en la construcción de una nueva sociedad.

El Partido debe entonces vincularse, evaluar, construir conocimiento y experiencia en el proceso productivo. Sin ello, no se puede comprobar una teoría económica viva que le permita aplicar el marxismo y transformar la práctica del sistema capitalista en un nuevo pensamiento, método y práctica que realmente le sirva a toda la sociedad.

Así mismo, en el proceso de transformación económica de un pueblo requiere  que los pobres del campo como los campesinos, los pueblos indígenas y las comunidades afro, estén aliadas para producir esas transformaciones en el campo en relación con el proceso productivo que se da en la ciudad, esto quiere decir que el nuevo sistema económico que se vaya construyendo en el campo debe estar relacionado y suficientemente aliado con el proceso de transformación económica y política de la ciudad.

En otras palabras la política de transformación agraria en el campo debe estar relacionada con una política de transformación productiva y económica en la ciudad, constituyendo la base real de construcción de una nueva sociedad, de un nuevo sistema económico social y político que fundamenta la alianza de los trabajadores del campo con los trabajadores de la ciudad, que son la base y el sustento de la nueva sociedad, del nuevo sistema económico social y político, son los cimientos de la construcción del socialismo.

MIGUEL HERNÁNDEZ

Comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *