En el conflicto ruso-ucraniano el pueblo debe actuar con independencia de los imperialistas

En el conflicto ruso-ucraniano el pueblo debe actuar con independencia de los imperialistas 1

Suenan trompetas de guerra en la frontera rusa y ucraniana. Los imperialistas rusos y estadounidenses mueven sus tropas de lado y lado de la frontera para lograr posicionarse de mejor forma en caso de que estalle el conflicto bélico, aunque ambos países, intentan con declaraciones hipócritas desescalar la magnitud de los preparativos de una posible guerra mundial interimperialista, de fondo, están los intereses económicos y geopolíticos de ambas potencias y de sus aliados.

Rusia ya anunció en septiembre del año pasado que el gasoducto Nord Stream 2, que conecta a ese país con Alemania bajo el Mar Báltico y a este con los demás países de esa franja de Europa, está listo para bombear hasta 55.000 millones de metros cúbicos de gas adicional al año. Alemania y la Unión Europea, no autoriza aún el bombeo de gas poniendo como excusa la aprobación de los reguladores que deben decidir si Rusia cumple o no con la política energética de Europa; todo, en medio de la presión que ejercen los Estados Unidos como jefe de la OTAN a la que no pertenece Rusia y a la que Ucrania está intentando ingresar desde el 2008. Mientras tanto, el precio del gas está por las nubes en los países europeos, siendo el pueblo el gran sacrificado que debe pagar de su bolsillo los costos que las burguesías de cada país les trasladan.

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El actual gobierno de Ucrania, aliado de los imperialistas yankees, tiene como ingreso fijo lo que le cobra a Rusia por transportar el gas hacia Europa por medio del actual gasoducto y que asciende al 3,8% del PIB ucraniano. Con la entrada en operación del nuevo gasoducto, el imperialismo ruso busca posicionarse geoestratégicamente de mejor forma ante los países europeos y generar una dependencia que elevaría sus ganancias y lo pondría en una mejor situación frente a los imperialistas yankees, que ven amenazados sus intereses políticos y económicos. Los imperialistas estadounidenses, proveen de armamento como misiles antitanques a Kiev, con el fin de acrecentar su relación de país opresor sobre Ucrania, cuya burguesía pone gobiernos socios y lacayos de los yanquis. Del lado ruso, alimentan fuerzas independentistas prorusas que en 2014 lograron establecer las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.

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Los imperialistas, de lado y lado, azuzan las contradicciones que en cada uno de los países de la zona tienen el pueblo y las burguesías socias de uno u otro bando imperialista, y que conllevan a conflictos internos que buscan ser capitalizados por los yankees o por los rusos en este caso específicamente. Estados Unidos cuenta con tropas, armamento y aliados supremamente peligrosos; Rusia, es una potencia nuclear igualmente peligrosa. Ambos, esgrimen el falso argumento de una tal “guerra defensiva” y se acusan mutuamente de ser “una amenaza” para la región mientras despliegan por miles soldados que están dispuestos a dar sus vidas por defender intereses ajenos a los del pueblo y el proletariado. Por ahora, se muestran los colmillos mutuamente mientras acomodan sus fuerzas ante un posible estallido guerrerista, en el que el pueblo ucraniano sería la victima de la violencia reaccionaria que los imperialistas desatarían para paliar en algo la profunda crisis en que se ahoga el capitalismo a nivel mundial.

El Planeta Tierra peligra, al igual que la sociedad misma si se desata una guerra interimperialista. El pueblo ucraniano debe unirse para luchar con independencia contra el imperialismo de todo tipo; contra las burguesías pro-yankees y pro-rusas; y contra las fuerzas neo-fascistas que tienen en ese país.

Los comunistas revolucionarios tienen el deber de agrupar las fuerzas para constituirse en auténticos Partidos revolucionarios, que enarbolen programas políticos que pongan por encima del nacionalismo estrecho, el internacionalismo proletario, que logre hermanar a los pueblos para combatir por medio de la violencia revolucionaria, por medio de poderosas Guerras Populares a los imperialistas, a las burguesías de cada país y a todos los reaccionarios en general.

Urge construir la Nueva Internacional Comunista basada en el marxismo-leninismo-maoísmo, que hoy exige «Luchar por una única Conferencia Internacional de los marxistas leninistas maoístas del mundo», que una a los comunistas revolucionarios y logre potenciar el papel de vanguardia que estos deben cumplir en las actuales luchas, rebeliones y guerras populares que los pueblos del mundo libran contra los imperialistas y demás reaccionarios.

Los revolucionarios del mundo rechazamos las guerras reaccionarias, que como en este caso, pondrían en grave peligro las vidas de millones de proletarios de lado y lado de la frontera ruso-ucraniana. Llamamos a oponer a la violencia de los imperialistas, la violencia revolucionaria de los pueblos del mundo.

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