Tomado de Dazibao Rojo, 15 de noviembre de 2023
Contra la colonización de Palestina y por su independencia
La situación palestina.
En Palestina estamos asistiendo a un proceso de colonización a una escala que hoy no podemos ver en ningún otro lugar de la Tierra. Es el mismo proceso de colonización que en el pasado, pero la diferencia es que esta vez podemos verlo en directo gracias a la tecnología del siglo XXI. Es el mismo proceso que tuvo lugar en América o África en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.
La ocupación de Palestina es un proceso de colonización que se declara ideológicamente como un proceso que consiste en «llevar la cultura, la industria, el progreso y la civilización a los pueblos bárbaros», pero en realidad, la colonización no consiste en difundir «cultura» de ningún tipo, ni progreso, sino en la encarnación de la barbarie absoluta. La colonización es un proceso social de esclavización, destierro, implantación del racismo, Apartheid, «reservas indias» (en EEUU) también conocidas como «bantustanes» (en Sudáfrica), exterminio étnico y genocidio. El colonialismo no sólo degrada a los pueblos indígenas, sino que también degrada psicológicamente a los propios colonialistas.
El colonialismo roba a los indígenas sus tierras y sus hogares, expulsa a la población indígena y entrega la tierra a colonos armados que ocupan el territorio. En realidad no es algo nuevo, sino una práctica bien conocida desde hace siglos.
El colonialismo es una práctica de los Estados burgueses que son grandes potencias y el Estado de Israel es un instrumento de los Estados Unidos de América y de sus aliados (OTAN-UE).
En torno a Palestina tenemos cinco millones de refugiados (la mayoría de ellos en campos establecidos para ellos en países vecinos), a los que hay que añadir los más de tres millones de personas que viven detrás del muro que rodea Cisjordania, así como los más de dos millones de personas que se encuentran dentro del campo de concentración de Gaza. La suma de estas personas supera por sí sola la población de Israel con pasaporte. Pero en realidad, a la población palestina total hay que añadir casi dos millones de palestinos con pasaporte israelí y clasificados legalmente como «árabes-israelíes».
El Estado de Israel se sustenta ideológicamente en un nacionalismo que toma como base el discurso racista y clerical del sionismo, y que emplea como base su particular visión de la mitología religiosa, pero otros grupos religiosos judíos ortodoxos tienen una postura abiertamente antisionista. Esto demuestra que la interpretación de los mismos textos religiosos en cualquier religión puede crear posturas políticas totalmente diferentes y enfrentadas.
Los comunistas y Palestina.
Palestina sufre una opresión nacional y su lucha, su guerra por la independencia, es una guerra justa que debe ser apoyada por el Movimiento Comunista Internacional (MCI). Tanto los comunistas de Israel como los comunistas de Gaza, Cisjordania y los campos de refugiados del Líbano, Siria y Jordania deben apoyar la lucha de liberación nacional del pueblo palestino.
La colonización de Palestina significa que incluso la burguesía palestina está objetivamente interesada en la independencia nacional. Esto hace posible que una organización reaccionaria como Hamás, que representa los intereses de la burguesía palestina y del clero, tenga una práctica revolucionaria en una situación dada. Es precisamente esta práctica revolucionaria de Hamás la que hace posible la política del frente único con Hamás, pero que debe realizarse manteniendo la independencia política del proletariado.
Sólo el trotskismo y el bordiguismo menospreciaron abiertamente la lucha por la liberación nacional de los pueblos, colocándose así del lado de la reacción.
El trotskismo y el bordiguismo ocultan la diferencia entre una guerra entre potencias imperialistas (como la Primera Guerra Mundial, la Guerra de Ucrania, etc.) y una guerra justa contra la opresión. Ocultan la diferencia entre cómo el MCI ha tratado históricamente la Primera Guerra Mundial (una guerra interimperialista) y cómo ha tratado el apoyo a las guerras de liberación nacional (Irlanda, Cuba, Angola, etc., etc.).
El futuro del pueblo palestino.
Parece que los comunistas palestinos no están en condiciones de dirigir toda la lucha por la liberación nacional, ni de transformar esta lucha en una guerra popular prolongada de las masas armadas y conscientemente organizadas. En estas condiciones, la lucha por la independencia significa en la práctica la creación de un Estado burgués independiente, pero esto no significa que los hombres y mujeres comunistas dejen de luchar por la independencia. Significa simplemente que el ajuste de cuentas con la burguesía, no habiendo tenido lugar antes, tendrá que tener lugar después, cuando se convierta en la principal contradicción social.
La existencia de asentamientos de colonos en Cisjordania es incompatible con la descolonización de Palestina. Así que en el futuro, de una forma u otra, estos colonos tendrán que marchar de Cisjordania.
Dividir Palestina en dos Estados no es la solución para un pueblo colonizado. La solución a la opresión palestina es que desaparezca el colonialismo, y para ello es necesario que desaparezca el Estado de Israel. Por supuesto, la desaparición del Estado de Israel no es la expulsión de la población judía de Israel. La población de Palestina no debe seguir siendo discriminada por su religión, el color de su piel o quiénes eran sus padres. Los judíos de Palestina deben poder seguir viviendo en Palestina tras la desaparición del Estado de Israel.
¡Apoyo proletario total a la guerra de liberación nacional en Palestina!
¡El colonialismo es el enemigo mortal del proletariado!
¡La Revolución Proletaria Mundial destruirá el colonialismo y el capitalismo de una vez por todas!
Red Galicia.