Galiza: el imperialismo prepara una nueva geurra mundial (Galiza Vermelha)

Galiza: el imperialismo prepara una nueva geurra mundial (Galiza Vermelha) 1

Traducción al Español: Revolución Obrera

Consultar versión original en:

http://dazibaorojo08.blogspot.com/2023/01/galiza-o-imperialismo-prepara-umha-nova.html

Introducción.

La trascendencia histórica de la actual política militarista de prácticamente todos los estados supera la comprensión de un revisionismo “radical”, que se deja llevar por la propaganda burguesa de estados como Rusia o Irán. El revisionismo “radical” reproduce lo que cuentan en sus medios periodistas e intelectuales al servicio de estos regímenes. Pero históricamente el marxismo ha sido capaz de descubrir tendencias generales e incluso ha predicho grandes acontecimientos en la historia humana como la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Ya en el siglo XIX Engels predijo que el desarrollo de los estados de su tiempo conduciría a una guerra en la que se mataría gente de manera industrial y que el dominio mundial de las relaciones capitalistas conduciría a una guerra de escala mundial nunca antes vista. También a partir de 1925 el PCUS y desde 1926 en la Tercera Internacional, aparecen documentos que tratan de la situación del mundo en ese momento específico y se expone la tesis de que los estados burgueses conducirán al mundo a una nueva guerra mundial. Una nueva, auténtica, y aún peor carnicería humana.

Imperialismo y militarismo.

Cuando hablamos de “imperialismo” no podemos pensar que es sinónimo de “un imperio”. El imperialismo es una etapa en el desarrollo del capitalismo.

El imperialismo es una etapa histórica dentro del período del modo de producción capitalista, aunque al hablar de “modo de producción capitalista” tenemos que saber que no es simplemente un factor económico sino que “el capitalismo” o, “el sistema capitalista”, implica cosas como la existencia de un estado burgués, una ideología burguesa, una academia burguesa, una moral burguesa, una alianza entre las burguesías de unos países con otros, alianzas entre la burguesía y el clero, etc., etc. En resumen, cuando hablamos del período histórico del modo de producción capitalista estamos hablando tanto de la existencia de una sociedad capitalista determinada como de los intereses mundiales de la burguesía. Unos intereses que nacen cuando el gran capital logra una verdadera división mundial del trabajo, es decir, en el imperialismo. Una vez entendido esto, podemos entender que el Imperio Romano fue un auténtico imperio, pero esto no transforma ese período en un período histórico de “imperialismo”. Antes de que existiera el imperialismo ya había muchos grandes imperios.

La lenta decadencia del poder estadounidense no crea un “mundo multipolar” ni nada por el estilo. Lo que pasa es que aparecen nuevas “oportunidades” para otras potencias imperialistas.

Igual que durante el Imperio Romano el gran poder de Roma creó la “Pax Romana” donde las guerras solo ocurrían en la periferia del imperio, mientras que cuando llegó a su decadencia creó inestabilidades y guerras en todo su territorio. La decadencia de Estados Unidos no produce un mundo más justo, lo que produce es una tendencia a las guerras. Contra lo que nos dice la lógica formal, o ideología burguesa, taoísmo, confucionismo, budismo, etc; vemos cómo de manera “contraria a la intuición” el equilibrio entre las potencias imperialistas conduce a la guerra imperialista. Del mismo modo, el equilibrio entre las clases sociales de un determinado país conduce espontáneamente a la guerra civil entre clases, y precisamente a evitar esta guerra civil la razón principal de la existencia de los estados.

Los estados burgueses emplean el militarismo, es decir, la preparación de ejércitos a nivel industrial, la preparación de la industria y de la población para la guerra en gran escala contra otros estados también militarizados.

El militarismo tiene una dimensión económica (gastos militares, industria militar, comercio de armas, etc.), una dimensión más ideológica (propaganda nacionalista y belicista, censura, etc.), una dimensión más política y poblacional (servicio militar) y, más estrictamente dimensión jurídica (como las nuevas leyes que permiten la expropiación de propiedades, medios de producción de industriales privados, medios de transporte, también censura, etc.), naturalmente todo ello en caso de decretar la ley marcial y apelar a un supuesto “bien común”, el interés nacional y la defensa de la patria que, naturalmente, no es más que el interés de las burguesías de un bloque imperialista.

Gasto militar.

Desde un punto de vista cuantitativo, vemos que si en la década de 1990 hubo una tendencia a reducir el gasto militar por parte de los estados, esta tendencia se revirtió a partir de 2001. Nunca volverán a dar. En los años 1999 y 2000 vimos un nivel más bajo en el gasto militar a nivel mundial que no se volverá a dar nunca más.

El último informe del SIPRI (Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo), que finaliza en 2021, constata un incremento mundial del gasto militar por séptimo año consecutivo. Este año (2021), el gasto militar mundial superó por primera vez los 2.000 millones de dólares (2.110 millones de dólares). En este mismo informe calculan que si sumamos el gasto militar de: Estados Unidos, China, India, Reino Unido y Rusia; ellos solos representan el 62% del gasto militar mundial.

Aparte del aspecto cuantitativo, también tenemos que ver en qué tipo de armamento están gastando los fondos los estados, sin olvidar qué tipo de investigación tecnológica están haciendo.

Hace unos años, las armas más demandadas eran las que se utilizaban para lo que los militares definían como “guerras asimétricas” y los cuerpos políticos definían como “la guerra contra el terrorismo”. Tipo de guerra en la que un ejército regular actúa contra una guerrilla, o un estado muy débil sin fuerza aérea, etc. Ahora el enemigo son otras potencias imperialistas, como Rusia y China en el caso del Régimen español y otros miembros de la OTAN. Esto es lo que cambia la industria militar y la investigación. Desde el desarrollo de vehículos blindados ligeros para el transporte de infantería hasta la investigación y adquisición de nuevos misiles balísticos intercontinentales (ICBM), submarinos, cazas de “dominio aéreo”, sistemas de defensa antiaérea terrestres y marinos, misiles hipersónicos, sistemas de “guerra electrónica”, aviones de alerta y control (AWACS) y toda una larga serie de sofisticados y costosos equipos que no brindan una adecuada relación costo-beneficio para hacer la guerra contra una guerrilla.

En cuanto al gasto en investigación sobre armas en Estados Unidos, el instituto SIPRI afirma que entre 2012 y 2021 este gasto aumentó un 24%.

La propaganda nacionalista española y el trato que los medios dan a Rusia y China son parte del mismo proceso de preparación para la guerra imperialista mundial.

Los diferentes intentos de reimplantar el “Servicio Militar” (algunos con éxito y otros sin él) en diferentes estados de Europa, también responden a esta misma preparación para la guerra mundial. Porque si se quiere combatir una guerrilla lejos del centro imperialista, lo más efectivo es un “ejército profesional” (un ejército de mercenarios). Resulta que para luchar en una guerra mundial (debido a la gran cantidad de bajas que se producen) es imprescindible contar con una inmensa cantidad de personas, por lo que es necesario un ejército de reclutas mediante el reclutamiento forzoso de la población.

Igualmente, nueva legislación como la Ley de Seguridad Nacional del actual gobierno del Régimen español permite la movilización forzosa de cualquier civil mayor de 18 años, para realizar obligatoriamente las “prestaciones personales que requieran las autoridades…”. Permitir que cualquiera se convierta en soldado en contra de su voluntad. Esta misma ley permite la expropiación de empresas privadas y otras propiedades. Hacer posible la militarización de la economía aun cuando sea en contra de la voluntad de los dueños de un determinado capital individual.

Una guerra mundial exige la militarización de la economía como sabe todo militar burgués.

La guerra imperialista y el proletariado.

El proletariado, ante la guerra imperialista, tiene que recordar que rebelarse es justo.

Una nueva guerra imperialista mundial será una carnicería humana mayor que la última hace poco más de 75 años. La guerra nuclear moderna puede poner en peligro la supervivencia de la propia especie humana. Como nos mostró Mao, la única forma de detener la guerra imperialista es la revolución. Cuando comience la guerra imperialista, no dejará de ser históricamente necesario que el proletariado ponga en práctica su programa revolucionario para conquistar el poder político y abolir las clases sociales. Mientras existan sociedades humanas divididas en clases sociales, seguirán la contradicción, la lucha y la guerra; entre clases sociales.

La próxima guerra mundial tiene lugar en condiciones muy similares a las que tuvieron lugar en la Primera Guerra Mundial. Así como en esta guerra no hay un lado bueno, el proletariado debe declarar la “guerra a la guerra imperialista”, debemos denunciar el militarismo, debemos tratar de transformar “la guerra imperialista en una guerra civil revolucionaria”, debemos apoyar la confraternización entre los soldados de los diferentes estados y nunca apoyar a una banda imperialista, debemos destapar el carácter de clase de cualquier estado. En resumen, en un conflicto como el de la Primera Guerra Mundial, la línea política correcta pasa por tener como prioridad la defensa de la independencia política del proletariado. En este momento, al igual que en 1914, la postura de las distintas organizaciones obreras se encuentra con un momento histórico trascendental. Así como en 1914 los hechos separaron la línea política revolucionaria del populismo oportunista.

Hay organizaciones que se dicen marxistas pero no denuncian la clara preparación de los estados para una guerra mundial. Siendo este un hecho que cada día está más claro. Todas estas organizaciones supuestamente “comunistas” terminan apoyando a un bloque imperialista, terminan haciendo un trabajo que crea confusión en las filas de la clase obrera, terminan pidiendo el voto por el menos malo y pudriéndose en la ideología burguesa.

En este momento está en marcha una declaración internacional contra la preparación de la guerra imperialista mundial lanzada desde las organizaciones marxista-leninista-maoístas de diferentes países. El Movimiento Comunista de Galicia suscribió desde el primer momento esta declaración internacional. Porque la oposición a las guerras injustas y el apoyo a las guerras populares y de liberación nacional es una obligación para cualquier persona comunista. Desconocer la creciente importancia de la contradicción interimperialista entre las distintas potencias, esta constante tendencia histórica a la guerra, como si ésta no fuera un fenómeno social de primer orden, nos deja indefensos ante las mentiras difundidas por los medios de comunicación de los distintos bloques imperialistas. Además, ignorar esta realidad objetiva es simplemente renunciar a la independencia política del proletariado.

¡Contra la guerra imperialista es justo rebelarse!
¡Transformar la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria!
¡O la revolución detiene la guerra o la guerra imperialista desatará la revolución!

Galiza Vermelha

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