¡Persistir en el camino de la organización, movilización y lucha!

El 9 de mayo del 2021, en medio del levantamiento popular, Gustavo Petro llamó a cesar los bloqueos y a permitirle a Duque terminar su mandato. Era su estrategia para llegar a la presidencia con la idea que desde allí era posible resolver la angustiosa situación del pueblo: «Que las movilizaciones vuelvan a ser enormes y festivas y que el Gobierno se fortalezca negociando sin trampas con la movilización unos cambios que son imprescindibles y que la sociedad colombiana necesita para avanzar», afirmó en ese momento.

Petro llegó a la presidencia porque se hizo vocero de las reivindicaciones populares, canalizando así la rebelión social que amenazaba con tumbar a Duque y el régimen mafioso, a la vez que le planteó a las clases dominantes una salida a la crisis que ponía en riesgo sus privilegios. En ese sentido la llegada de Petro a la presidencia en el 2022, es el resultado de un triunfo parcial del pueblo sobre sus enemigos, especialmente sobre el régimen uribista, así como una salida temporal a la crisis en que se encuentra sumido el capitalismo, no solo en Colombia sino en el mundo.

Petro recibió el apoyo popular porque prometió cumplir con las exigencias del levantamiento del 2021, y desde el gobierno ha tratado en vano de convencer a las clases dominantes explotadoras de la necesidad de un “Acuerdo Nacional” para impulsar algunas reformas sociales. Hoy, a más de un año del gobierno, va quedando claro lo que se advirtió desde este medio: ¡no es posible servir a Dios y al Diablo al mismo tiempo!

De hecho, los sectores más retardatarios de los explotadores mantienen la amenaza permanente de golpe de Estado, a pesar de que Petro ha respetado los acuerdos pactados con el imperialismo y de que en el Congreso los proyectos de reformas a la salud, pensional y laboral han sido mutilados una y otra vez, demostrando que los explotadores no están dispuestos a cederle nada al pueblo.

Mientras tanto, la situación del pueblo sigue agravándose porque la crisis económica, social, de la salud, de la educación, del medio ambiente… las causas más profundas del levantamiento popular, siguen sin resolverse. El alto costo de los productos básicos de la canasta familiar, el aumento permanente de los servicios públicos y la gasolina, el desempleo y subempleo galopantes, la falta de atención en salud y acceso a la educación, las masacres, el desplazamiento, el asesinato de dirigentes sociales… mejor dicho, el hambre, la miseria, la represión y la guerra siguen acumulando el odio de los de abajo que ya empiezan a desencantarse del gobierno, especialmente la juventud, ante las promesas incumplidas, como puede observase en el resultado de las elecciones recientes.

La virulenta oposición de los grandes capitalistas y el Congreso a las pequeñas medidas a favor del pueblo, frente a la dramática situación que viven quienes sostienen la sociedad con su trabajo, dejan claro que no es posible el tal Acuerdo Nacional, porque no se pueden conciliar los intereses entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores, indicando el fracaso del camino propuesto por Petro en mayo del 2021. A la vez ha revelado que el Congreso se ha convertido abiertamente en un antro antipopular al servicio de las clases parásitas explotadoras.

Tal es la situación que obligó al Presidente, justo dos años después de su llamado a desbloquear y darle fin al paro, a convocar la movilización en las calles, a retomar las Asambleas Populares y anunciar el respaldo gubernamental al fortalecimiento de las organizaciones obreras y campesinas para presionar la aprobación de las reformas. La vida enseña nuevamente que el pueblo solo puede confiar en la fuerza que emana de su unidad, organización, movilización y lucha, y por eso los comunistas, desde el portal Revolución Obrera, han planteado esa necesidad para conquistar las reivindicaciones populares.

Ahora, nuevamente le corresponde al pueblo trabajador retomar el camino de la movilización en las calles, incluso lanzarse a un nuevo paro nacional, para conquistar con su fuerza lo que los explotadores se niegan a cederle; así como culminar la otra tarea que quedó pendiente desde el 2021: desmontar completamente el régimen mafioso y paramilitar.

Los comunistas no nos oponemos a las reformas, ni somos enemigos de los acuerdos y compromisos, como se nos acusa frecuentemente. Por el contrario, como representantes de la clase obrera (y por ende de todo el pueblo trabajador), en primer lugar, defendemos los intereses inmediatos de las masas, pero a la vez defendemos sus intereses futuros, y con esa mira siempre luchamos por aliarnos y establecer compromisos con quienes estén de acuerdo en todo o en parte con nuestra posición.

Por ello, en el momento actual le proponemos a los demás destacamentos comunistas y compañeros revolucionarios, a los dirigentes y activistas sociales, y en general a las masas del campo y la ciudad, incluidos a quienes votaron por Petro y defienden las reformas, unas tareas que nos permitan conquistar las reivindicaciones y preparar las fuerzas del pueblo para los eventos por venir, incluso, prepararse para enfrentar un posible golpe militar:

1. Volver a impulsar, promocionar y conformar las Asambleas Populares de abajo hacia arriba hasta llegar a la Asamblea Nacional Popular con un programa inmediato que recoja las reivindicaciones del levantamiento popular, las cuales Petro prometió en campaña, así como las reivindicaciones planteadas por las mismas masas desde abajo: ¡A la unidad de los explotadores y opresores se debe responder con la unidad de los explotados y oprimidos!
2. Las Asambleas deben actuar como verdaderos embriones de poder popular aprendiendo del levantamiento popular. Así sean muy pequeñas y muy pocas ahora, deben decidir sobre asuntos que puedan hacer cumplir. Igualmente, es necesario promover la organización de las masas en guardias, e incluso en milicias para proteger las comunidades y dirigentes, y para respaldar también en este terreno las decisiones de las Asambleas.
3. Que las masas actúen por ellas mismas y con los métodos definidos por la Asamblea en oposición al Congreso que no representa los intereses del pueblo.
4. Participar e incidir en las Asambleas Populares impulsadas por el gobierno para promover el Programa Inmediato y la necesidad de la Asamblea Nacional Popular, además de promover y realizar las impulsadas con independencia.
5. Crear las condiciones y la opinión pública para un paro nacional, pero con ese programa como bandera: ¡Un paro contra los ricos y su Estado!
6. Fortalecer las organizaciones de las masas obreras, campesinas, indígenas, juveniles, estudiantiles, de las mujeres… con independencia del Estado y el gobierno. En ese sentido, promover y respaldar los Encuentros y Asambleas como las que han venido realizando las organizaciones sindicales en las cumbres y encuentros de solidaridad, las comunidades campesinas, los estudiantes. Eventos que deben definir una actitud clara frente a las reivindicaciones populares, los enemigos del pueblo y las Asambleas Populares.

Como comunistas, nos comprometemos a llevar estas tareas adelante; pero nuestra mira va más allá de conquistar las reivindicaciones inmediatas de los explotados y oprimidos, y por ello la lucha presente hace parte de preparar las fuerzas para la necesaria revolución socialista, la cual sí puede resolver definitivamente los grandes problemas que enfrenta la sociedad colombiana y mundial.

Por ello no podemos disolvernos en un acuerdo de frente, ni olvidarnos de la necesidad más imperiosa y urgente como lo es construir el Partido de la clase obrera, sin el cual todos los esfuerzos serán en vano; por ello persistimos en la tarea de Avanzar al Congreso de Restauración del Partido en Colombia, como parte de la nueva Internacional Comunista que dirija al proletariado y los pueblos del mundo al triunfo de la Revolución Proletaria Mundial.

Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Noviembre 9 2023