En medio del paro, las movilizaciones y la rebeldía general del pueblo colombiano, donde demostró su enorme capacidad de lucha y heroísmo desde el 21 de noviembre, el gobierno de Duque siguió aprobando reformas y medidas antipopulares, como el Honding Financiero, la Reforma Tributaria, la rebaja real del salario mínimo e imponiendo a la fuerza lo que se ha llamado el “paquetazo”, ante la respuesta timorata y conciliadora del Comité Nacional de Paro.
Estas contradicciones objetivas hacen que los de abajo se muevan y luchen por organizarse con independencia del Estado, las burocracias de las centrales sindicales y los politiqueros, como ocurrió en el Encuentro realizado el 29 de enero en la ciudad de Bogotá, donde representantes obreros, campesinos, estudiantes y de otros sectores populares de varias regiones se dieron cita para acordar su actuación frente al Paro Nacional y al Encuentro a realizarse el 30 y 31, teniendo claro que el Comité Nacional de Paro, compuesto principalmente por la burocracia de las centrales sindicales, por momias como Julio Roberto Gómez de la CGT, Morantes de la CTC y los burócratas de la CUT, como bien lo agitaba la juventud, es un comité autonombrado por arriba y no representa a los de abajo como lo exigían los luchadores, a quienes se les quería impedir el ingreso al Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales.
Desde abajo se lucha por conquistar la dirección revolucionaria del Paro Nacional Indefinido; desde abajo, una vez más, se exigió el 30 de enero en el teatro Jorge Eliecer Gaitán la participación democrática, al confirmar la maquinación orquestada por esa burocracia rancia, que impedía la entrada libre a todos los dirigentes, activistas y participantes del paro del 21 de noviembre, arguyendo que no había espacio. Ese fue el detonante que despertó la indignación y la beligerancia de los luchadores y en especial la juventud que, violentando las barandas, obligaron a que se abrieran las puertas del teatro; mayor indignación causó aún darse cuenta que el teatro estaba vacío. Desbaratada la maniobra de la burocracia, quedo en evidencia que cuando los de abajo se mueven los de arriba se caen; y en efecto esos supuestos dirigentes salieron despavoridos del recinto cuando desde el auditorio se impuso el Himno Internacional de la clase obrera y se exigía que se discutiera el orden del día y las propuestas para acordar un Plan de Lucha para generalizar el Paro Nacional. No aguantaron y salieron de las instalaciones, informando que por la tarde se daría inicio al Encuentro, pero en realidad se trataba de otro engaño, por cuanto ya habían decidido dividir el movimiento e irse ellos a sesionar aparte. Engaño que llenó aún más de indignación a las delegaciones que después del medio día estuvieron a las afueras del teatro, esperando que llegaran y nunca aparecieron… Nuevamente hubo forcejeo en las puertas del teatro, se realizaron reuniones por grupos y delegaciones analizando la situación. Finalmente, el día 31 sesionaron, la burocracia de las centrales sindicales y una parte de los obreros de base en el auditorio de Cafam y el resto, obreros, campesinos, indígenas, negritudes, estudiantes, feministas, ambientalistas, recicladores, carretilleros, pobladores… en la Concha Acústica de la Universidad Nacional.
Sin embargo, también allí, a la Concha Acústica, los burócratas enviaron sus agentes para autonombrarse, generando la repulsa de los asistentes que lograron imponer al menos una mesa donde participaron otros compañeros representativos. Pero el forcejeo sigue, la Declaración fue elaborada y se le siguen haciendo correcciones, y a cada paso se le ponen talanqueras no aceptando las posiciones de los luchadores; mientras tanto, la declaración de la burocracia reunida en el auditorio de Cafam circula por todos lados y aparece como si fuera la del Comité Nacional de Paro, cuando el verdadero Comité de Paro fue el elegido en la Universidad Nacional; y en lugar de marcar distancia con la burocracia divisionista y enemiga del Paro, por el contrario, se le llama a marchar unidos.
Las organizaciones obreras y populares, y las fuerzas revolucionarias que de verdad buscan hacer retroceder al régimen y enterrar el “paquetazo” de Duque, tienen que seguir en la pelea para aislar a la burocracia y construir una dirección revolucionaria del Paro Nacional Indefinido. En el Encuentro del 30 y 31 de enero se demostró que sí se puede: cuando los de abajo se mueven los de arriba se caen, y ese es el camino para avanzar hasta hacer retroceder todas las medidas antiobreras y antipopulares de las clases dominantes, con la Huelga Política de Masas.
¡Si los de abajo se mueven los de arriba se caen! Esa moraleja también se aplica para las clases parásitas colombianas, socias y lacayas del imperialismo, y hacia allí deben mirar los revolucionarios y las organizaciones populares empeñadas en desatar la rebeldía del pueblo, transformándola en acción consciente y revolucionaria para demoler en sus cimientos este asqueroso orden social, cuya vida depende de devorar a los hombres y destruir la naturaleza.
¡A luchar por una dirección revolucionaria del Paro Nacional Indefinido!
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm) Febrero 5 de 2020