
Hoy se celebra este importante día para los poetas y las poetisas a nivel mundial. Un día para celebrar la palabra, que entre versos y estrofas, le ha servido a los pueblos para expresar sus más profundos sentimientos, y si hablamos de la poesía que le sirve al proletariado mundial, hablamos de las letras con las que han expresado el odio de clase contra sus más despiadados enemigos; del honor que le rinden a las víctimas del pueblo que terminaron sembrados en medio de batallas o gracias a odiadas dictaduras burguesas; letras con las que se le rinde un homenaje a las clases oprimidas históricamente por los opulentos; al proletariado, la única clase que es revolucionaria hasta el fin; al Socialismo y al Comunismo como porvenir de la sociedad.
Les compartimos estos poemas para que los lean y compartan, pero, además para que nos hagan llegar sus aportes en torno a la poesía revolucionaria y nuestra clase pueda elevar su moral en medio del combate contra los dueños del capital.
SOBRE DOLORES DE CABEZA
Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.
Y es que el dolor de cabeza de los comunistas
se supone histórico, es decir
que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra.
Así es la cosa.
Bajo el capitalismo nos duele la cabeza
y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo.
En la construcción socialista planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.
El comunismo será, entre otras cosas,
Una aspirina del tamaño del sol.
Roque Dalton

EL CRIMEN FUE EN GRANADA
I
El Crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
…Que fue en Granada el crimen sabed -¡pobre Granada-, en su Granada…
II
El Poeta y la Muerte
Se le vio caminar sólo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
III
Se le vio caminar…
Labrad amigos,
de piedra y sueño, en la Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
Antonio Machado (Sobre el fusilamiento De Federico García Lorca en 1936 en plena Guerra Civil Española)

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que, entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Miguel Hernández
