La propaganda reaccionaria que han desatado el Estado y las clases dominantes por las movilizaciones de este 21 de noviembre, persiguiendo organizaciones, dirigentes y activistas, y allanando sus sedes y residencias, según ellos, para prevenir “actos de terrorismo” y “delincuencia”, solo es manifestación del miedo que tienen.
Con esa publicidad delincuencial y terrorista, quieren ocultar el gran temor que sienten los burgueses, terratenientes e imperialistas ante la inminencia de una explosión, de un estallido social de las masas populares; temor de su esa sí, violencia revolucionaria; miedo de su ese sí, terror que infunden las masas cuando se insurreccionan.
SU TEMOR NO ES AL TERRORISMO INDIVIDUAL porque éste en alguna medida lo controlan y es controlable, mientras el terror que ejercen las masas insurreccionadas es incontrolable e imparable. Ni sus fusiles, ni sus cárceles, ni sus jueces, ni sus sacerdotes, brujos y pastores, ni todo su Estado pueden parar una gran insurrección popular.
Eso nos lo ha enseñado la historia y hoy se repite en Chile, Francia, Ecuador, Bolivia, España… Esto Enseña el Auténtico Materialismo Histórico.
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