El jueves 21 de septiembre, los docentes, cansados de tantos asesinatos en su gremio a manos de los paramilitares, y en respuesta al asesinato del profesor Steven Chalarca Marulanda salieron a marchar en Medellín.
El compañero fue vilmente asesinado el pasado 12 de septiembre cuando se encontraba en plena entrega de calificaciones, asunto que poco les importó a estos criminales y prácticamente delante de la comunidad docente, alumnos y padres de familia, fue literalmente sacado de su propia aula, propinándole alrededor de 20 disparos que le cegaron la vida.
Desde hacía más de seis años era docente en la Institución Educativa Rural Guillermo Aguilar de la vereda Barro Blanco del municipio de Yolombó (Antioquia), destacándose como un gran maestro, muy apreciado por sus estudiantes. Y como lo manifestó el Coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Antioquia, Steven, cumplía su actividad pedagógica dentro y fuera del plantel, lo cual lo convirtió en persona incómoda para algunos. Palabras ciertas las del Coronel, pero dichas tratando de lavarle la cara a la institución, cuando se sabe que juntos, ejército y policía vestidos de civil son partícipes del paramilitarismo, el cual, de hecho, según el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, sería el perpetrador, a través del Clan del Golfo; grupo, al cual no le bastó con el asesinato, pues dejó varias amenazas contra los demás docentes del plantel educativo.
Las reacciones no se hicieron esperar, las instituciones del Estado se pronunciaron apelando al Derecho Internacional Humanitario, llamando a sacar las instituciones educativas del conflicto armado y bla, bla, bla, cuando en realidad, aún a pesar del gobierno del cambio, el paramilitarismo sigue campante por todo el país, defendiendo los intereses de capitalistas, terratenientes, imperialistas y narcotraficantes. Sumado a ello, el uribismo pretende la privatización de la educación, pues se niega a dejar este otro botín, que junto a la salud y al robo de tierras al campesinado, quieren continuar para seguir llenando sus arcas, sometiendo al pueblo al único lenguaje que conocen, el del terror, el desplazamiento y las masacres para hacer su voluntad.
Por tal motivo es necesario continuar con la denuncia y la movilización a cuanto atropello se presente, pues difícilmente la burguesía, los terratenientes y en particular la burguesía narcotraficante y mafiosa abandonará sus intenciones de acumular ganancia, ya sea desde el establo parlamentario o mediante la intimidación, el asesinato a los dirigentes sociales, la masacres y el desplazamiento forzado, lograrán su cometido.
Compañeros, el llamado es muy puntual y concreto, aun cuando el actual gobierno tenga buena voluntad, esta no le va a alcanzar para que el pueblo obtenga las libertades y derechos que tanto necesita para avanzar en su lucha revolucionaria, pues solamente con su organización, movilización y lucha, podrá conquistar sus reivindicaciones inmediatas y solo al calor de dicha lucha podrá construir el Partido Comunista Revolucionario (mlm) en cuya dirección estará el verdadero porvenir de los oprimidos y explotados de Colombia.
¡Viva la educación para el pueblo!