DESTRUIR EL MODERNO ESTABLO DE AUGÍAS

DESTRUIR EL MODERNO ESTABLO DE AUGÍAS 1

Cuenta la mitología griega que por designio de los dioses, el ganado de Augías, rey de la Élide, se convirtió en el mayor del país. Sus establos jamás habían sido limpiados y con el fin de humillar y ridiculizar a Hércules o Heracles —un héroe de grandes hazañas y vencedor de monstruos terribles—, Euristeo le impuso el trabajo de limpiar el establo en un solo día. Nadie esperaba que Hércules lo consiguiera; sin embargo, logró su hazaña desviando el cauce de los ríos Alfeo y Peneo que se encargaron de arrastrar la suciedad.

Como se sabe, el famoso cuento de la mitología sirvió para designar con el nombre de establo al moderno parlamento de la sociedad burguesa por sus idénticas características: podredumbre y estiércol.

De esas características no escapa el Congreso colombiano y quedaron en evidencia en la propia instalación el 20 de julio. Y no solo por la circense presentación de Antanas Mockus mostrando el trasero para que escucharan el discurso, que a nadie le importaba, del saliente presidente del Senado Efraín Cepeda; no únicamente por la pandilla de criminales investidos de «honorables padres de la patria»: parapolíticos, timadores, ladrones, serrucheros… cebados con el erario; ni tampoco por el trapicheo politiquero por los cargos directivos que garantizan las componendas de la contratación; sino además el papel del Congreso como instrumento de la asquerosa y sanguinaria dictadura de los explotadores revestida con el manto de la democracia. Con razón a los «Honorables Parlamentarios» popularmente se les distingue como los HP del Congreso.

Como instrumento de la dictadura de los explotadores el Congreso apesta a corrupción, reacción y odio contra el pueblo trabajador, manifiesto en los proyectos de las nuevas y lesivas reformas que buscan aumentar la ganancia de los capitalistas a cuenta de aumentar la superexplotación de los asalariados con nuevas reformas pensional, laboral y tributaria; culminar la legalización del despojo de los desplazados, y estrangular aún más a los pequeños campesinos, empresarios y comerciantes; privatizar los servicios esenciales; entregar las riquezas naturales a las compañías imperialistas… a la vez y como complemento a la ofensiva económica y social, intensificar la opresión para tratar de impedir o aplastar la lucha de los trabajadores, como ya anunció el nuevo Ministro de Defensa con el eufemismo de «regular la protesta».

Es tal la pestilencia de ese establo, inútil para el pueblo, que incluso ellos mismos, los corruptos, se inventaron la burla de la consulta anticorrupción para sembrar ilusiones en que se puede limpiar la podredumbre de las instituciones del Estado burgués.

De ese juego inmundo de sembrar ilusiones en la utilización del parlamentarismo en beneficio de los trabajadores, cuando en realidad hace parte de la máquina estatal hecha para defender los privilegios de los holgazanes y aplastar al pueblo, hacen parte los congresistas de la llamada izquierda, hoy presentada con el pomposo nombre de «bancada por la paz, la vida, la democracia y los derechos humanos», una coalición de la que hacen parte Colombia Humana, Polo Alternativo, Decentes, UP, FARC y MAIS, cumpliendo bien su tarea de bufones para darle la apariencia democrática a la dictadura de los capitalistas.

Por ejemplo, el senador Iván Cepeda del Polo Democrático declaró ante los medios sin sonrojarse siquiera: «Nunca antes la centroizquiera había contado en el Congreso con un número tan significativos de representantes. Somos cerca de 50 en Cámara y Senado. Nunca antes se había presentado una circunstancia similar y eso significa que vamos a tener muchas perspectivas de trabajo. Vamos a hacer un control político muy férreo, porque hay gente con mucha experiencia en eso y también gente nueva con ideas sólidas». Palabras más, palabras menos, todo el papelón de la que llama «centroizquierda» queda reducido a «hacer control político muy férreo»; es decir, a los alegatos que siempre han resultado inútiles pero entretienen a los electores engañados.

Ángela María Robledo, fórmula a la vicepresidencia de Petro, ahora en la Cámara de Representantes, por su parte aseguró: «Esta oposición tendrá una aspiración de poder, será democrática y propositiva, pero también clara y contundentemente abierta a defender nuestra libertad, la precaria democracia que tenemos y la justicia social». Es decir, más de lo mismo.

De ahí que los 14 proyectos que presentará la tal “bancada por la paz y la vida” son letra muerta y solo servirán para distraer la atención de los votantes porque ninguno pasará, sirviendo sí para ponerle la máscara democrática a los proyectos que impondrá la Agenda Empresarial de los monopolios, el verdadero programa del nuevo Gobierno.

Para completar la pestilencia de ese establo de Augías, ingresaron por la puerta grande los jefes arrepentidos de las FARC cuya presencia también fue destacada por la prensa oficial: «Literalmente la Farc cambió las balas por los votos. Aunque siempre se creyó que era impensable que se presentara ese cambio, este 20 de julio se selló esa parte del acuerdo y 10 integrantes de ese partido político llegaron a asumir tareas legislativas».

¡Qué gran favor a los explotadores oxigenando su establo de parlanchines y qué vil engaño al pueblo sembrándole ilusiones en las instituciones de sus enemigos!

Pero contrario a lo que piensan los enemigos y las ilusiones que siembran sus falsos amigos el pueblo laborioso se ve obligado, por la terrible situación que padece y por la actividad consciente de los revolucionarios, a desechar las ilusiones y a enfrentar con la lucha directa, con la movilización, el bloqueo y la huelga las pretensiones de empeorar sus condiciones de superexplotación y de opresión. Así crece el cauce que alimenta el torrente de la revolución.

En esa lucha que no es posible conciliar, en esa confrontación entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores surge el Hércules moderno, el Proletariado que está llamado a realizar la tarea de «limpiar» no blanqueando sino destruyendo el establo parlamentario y demás instituciones de la falsa y mutilada democracia de los explotadores. Una tarea necesaria para suprimir la máquina burocrático-militar que asfixia la sociedad con su parasitismo y putrefacción. Una tarea posible si como clase dirigente, el Hércules moderno conduce el cauce de la rebelión popular a la Revolución que instaure la democracia directa de los trabajadores: con asambleas obreras y campesinas, con instituciones ejecutivas y legislativas al mismo tiempo; con funcionarios elegibles y removibles en cualquier momento y cuyos salarios sean iguales a los de cualquier trabajador.

¡Destruir el moderno establo de Augías, he ahí la misión de la Alianza Obrero-Campesina!

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