En memoria de la Comuna de París

En memoria de la Comuna de París 1

El 18 de marzo de 1871 estalló la insurrección espontánea que entregó el poder a los obreros en París. El 26 de marzo fue elegida la Comuna de París y proclamada 2 días después. El nuevo gobierno nombrado por el pueblo tomó de inmediato una serie de medidas para resolver las penurias de los trabajadores que no podían hacerse sin atacar directamente a los explotadores; igualmente, la Comuna se encargó de crear unas nuevas instituciones estatales que de hecho destruyeron el viejo Estado al servicio de las clases explotadoras.

De ahí que todas las medidas de la Comuna se convirtieron en una amenaza mortal para el viejo mundo burgués y por eso las clases explotadoras franco-prusianas se juntaron para darle una lección a quienes osaron levantarse, llevando a cabo una de las más grandes matanzas en la historia. En la sangrienta semana del 22 al 28 de mayo de 1871, fueron cerca de 30.000 los parisinos asesinados; alrededor de 5000 los detenidos, muchos de ellos ejecutados después, y fueron miles los desterrados o condenados a trabajos forzados.

La Comuna fue aplastada a sangre y fuego; sin embargo, a pesar de su breve existencia dejó lecciones indelebles para la lucha de los obreros del mundo, pues fue el primer ensayo del proletariado en desatar la guerra civil revolucionaria contra las clases explotadoras dominantes, tomar el poder político en sus manos y demostrar con qué sustituir la vieja máquina burocrático militar, el viejo Estado de los explotadores, dándole vida a una nueva forma de Estado, cuyas características principales podemos resumir así:

  • La fuente de su poder está en la iniciativa directa de las masas populares desde abajo.
  • Sustitución de la policía y del ejército como instituciones apartadas del pueblo y contrapuestas a él, por el armamento general del pueblo.
  • Sustitución de la burocracia estatal por instituciones legislativas y ejecutivas al mismo tiempo, con funcionarios asalariados como cualquier obrero, elegibles y removibles por el pueblo en cualquier momento.

Federico Engels, al señalar las lecciones de este episodio dijo:

La Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase obrera, al llegar al poder, no podía seguir gobernando con la vieja máquina del Estado; que, para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tenía, de una parte, que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella, y de otra parte, precaverse contra sus propios diputados y funcionarios, declarándolos a todos, sin excepción revocables en cualquier momento.

Carlos Marx en sus trabajos sobre la Comuna afirma que el secreto de la Comuna radicaba en que «era en esencia el gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política, descubierta, al fin, bajo la cual podía llevarse a cabo la emancipación económica del trabajo…»

En 1911, Lenin destacó aquella epopeya y por qué se convirtió en un símbolo de la revolución proletaria mundial; palabras que vigentes hoy, a 154 Años de la Comuna:

«La memoria de los luchadores de la Comuna es honrada no sólo por los obreros franceses, sino también por el proletariado de todo el mundo, pues aquella no luchó por un objetivo local o estrechamente nacional, sino por la emancipación de toda la humanidad trabajadora, de todos los humillados y ofendidos. Como combatiente de vanguardia de la revolución social, la Comuna se ha ganado la simpatía en todos los lugares donde sufre y lucha el proletariado. La epopeya de su vida y de su muerte, el ejemplo de un gobierno obrero que conquistó y retuvo en sus manos durante más de dos meses la Capital del mundo, el espectáculo de la heroica lucha del proletariado y de sus sufrimientos después de la derrota, todo esto ha levantado la moral de millones de obreros, alentado sus esperanzas y ganado sus simpatías para el socialismo. El tronar de los cañones de París ha despertado de su sueño profundo a las capas más atrasadas del proletariado y ha dado en todas partes un impulso a la propaganda socialista revolucionaria. Por eso no ha muerto la causa de la Comuna, por eso sigue viviendo hasta hoy día en cada uno de nosotros.

La causa de la Comuna es la causa de la revolución social, es la causa de la completa emancipación política y económica de los trabajadores, es la causa del proletariado mundial. Y en este sentido es inmortal».

Comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *