La mujer en la restructuración del movimiento sindical

La mujer en la restructuración del movimiento sindical 1

Para analizar la situación de las mujeres en la sociedad capitalista en esta época del imperialismo, se deben considerar las condiciones materiales de las mujeres que se agudizan en la etapa de agonía del capitalismo, no solo por los vejámenes de todo tipo cometidos contra ellas, sino incluso por los feminicidios que han aumentado en un alto porcentaje, dejando cifras aproximadas de 48.800 a nivel mundial en el 2022 y, en Colombia en el 2024 a 745 casos, según la defensoría del pueblo.

Y a esta realidad se suman las condiciones materiales y económicas de las mujeres a nivel mundial; por ejemplo en lo salarial, existe una brecha en la que se encuentran muy por debajo de las condiciones de los hombres, devengando 51 centavos de un dólar que devengan los hombres, es decir las mujeres reciben un salario de un 15% inferior al de los hombres, eso sin tener en cuenta el porcentaje de mujeres que trabajan a tiempo parcial, mayor proporción que los hombres, porque ellas deben sortear sus horarios para cumplirle al capitalista y para hacer frente al trabajo no remunerado del cuidado de sus familias, sus hijos y en últimas la atención del hogar, teniendo que cumplir jornadas parciales que resultan muy mal remuneradas y de las que los patronos sacan buen provecho.

Sobre estas condiciones sociales la ideología burguesa promueve la discriminación de las mujeres, divide artificialmente a los hombres y mujeres con salarios desiguales, e impulsa esa desigualdad en todos los aspectos de la vida social y el aspecto económico no escapa a ello; en este panorama es que debemos analizar la situación actual del movimiento sindical.

El movimiento sindical no es ajeno a esa ideología, y máximo cuando por más de 50 años ha predicado y practicado una política burguesa reflejada en la conciliación y concertación de clases, que solo ha llevado a que el movimiento sindical se postre a la ideología burguesa, y por lo tanto ha maniatado su lucha, generando una degradación del movimiento sindical, reproduciendo la discriminación sobre las compañeras, utilizándolas como objeto sexual, y lo peor desconociendo sus capacidades como dirigentes; obviando que las mujeres se han atrevido a enfrentar a la burguesía, venciendo los obstáculos que la sociedad burguesa les pone en el camino al tener que cumplir con la actividad laboral, la vida familiar y la actividad sindical, y con ello convirtiendo el trabajo de las mujeres en una triple jornada, situación que ha dejado como consecuencia la poca participación de las mujeres en las organizaciones sindicales.

Sumado a esto, a las mujeres en el movimiento sindical les ha tocado luchar también contra las trabas que les ponen los compañeros hombres, allí de manera abierta en ocasiones y sutil en otras, se presentan casos donde se ponen talanqueras en el camino para que las compañeras no cumplan con sus funciones, aprovechándose de sus dificultades con las familias, los hijos etc.  Existen organizaciones sindicales que incluso siendo de empresas donde las trabajadoras son mayoría, las mesas de negociación las forman principalmente los hombres, tratándose de conflictos que tocan directamente los derechos de las compañeras.

El sindicalismo burgués que hace que sus dirigentes actúen cual burgués igual que el patrono o el capitalista; que comete vejámenes y maltratos contra las compañeras, muchos incluso de la forma más vulgar como cual capataz sobre ellas, impidiendo su posibilidad de cuestionar su accionar; que cabalgan sobre los compañeros y en especial sobre las mujeres al estar detrás de una prebenda personal, debe ser combatido y desterrado; la clase obrera no puede seguir sosteniendo a esos dirigentes y a esas burocracias como las de las centrales obreras que han cabalgado sobre los hombros de los trabajadores, detrás de un puesto en el parlamento burgués, y que algunos han sido los peores ejemplos en el trato con las compañeras.

Es por ello que desde estas páginas, seguimos planteando que el  movimiento sindical demanda urgentemente su reestructuración, lo que significa cambiar de raíz su ideología y su comportamiento. Un sindicalismo diferente, donde las compañeras sean también protagonistas en esa lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores; donde se destierre la influencia que hace ser servil al movimiento sindical frente a los patronos y a la politiquería burguesa; un sindicalismo que se apersone de verdad por representar a los trabajadores en la lucha contra el capital, y la participación de las mujeres sea decisiva e imprescindible en esa necesaria reestructuración de este movimiento.

Las organizaciones sindicales de base deben diferenciarse en su lucha por reivindicar el papel protagónico que deben jugar las mujeres en sus organizaciones sindicales, luchar por rescatar la independencia de clase con respecto a la ideología burguesa que le ha hecho tanto daño al movimiento. Es una diferencia grande cuando las mujeres también están al frente de una organización sindical defendiendo los derechos de los trabajadores, y seguramente que esto se reflejará en convenciones colectivas en beneficio para todos los trabajadores tanto para los hombres como para las compañeras.

Es por ello, que este 8 de marzo día internacional de la mujer fecha en la que se conmemora la masacre cometida por el capital contra las obreras de la fábrica  Cotton en Nueva York, es una fecha para que las organizaciones sindicales que luchan por su independencia de clase salgan a la calle en bloque y con consignas diferenciadas de la ideología burguesa; que ese día sirva para avanzar en las organización de los comités de mujeres, apoyadas por sus organizaciones sindicales, en contra el maltrato a las compañeras, en contra del machismo y de la discriminación de las mujeres y sobre todo, que como parte de la lucha sindical, empecemos a recuperar el carácter proletario y revolucionario del 8 de Marzo, uniendo esfuerzos como clase par la lucha de resistencia, donde podamos mejorar las condiciones de la clase obrera, para que su combate contra el capitalismo imperialista y su poder político, pueda librarse con mayor fuerza y tenacidad, propósito al que las mujeres aportarán con todo su ímpetu y beligerancia.

¡Viva el sindicalismo independiente con las mujeres al frente en la defensa de los derechos de la clase obrera!

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