Los trapitos al sol de Francia Márquez en el Consejo de Ministros

Los trapitos al sol de Francia Márquez en el Consejo de Ministros 1

En el Consejo de Ministros desarrollado el 4 de febrero, la vicepresidenta Francia Márquez con su discurso encendió el debate alrededor de la gestión y el funcionamiento del actual gobierno. Con un tono franco, directo y sin titubeos, expuso su preocupación por la falta de transparencia y la corrupción en el gobierno, lo que demuestra el análisis marxista acerca del Estado burgués: una máquina a favor de las clases dominantes, corrupta hasta la médula, costosa e inservible para los intereses del pueblo y, ningún gobierno que se ciña a esa maquinaria estatal está exento de sus males. De ahí que el gobierno Petro ha tenido dos opciones: asumir y hacer parte de esa máquina o rebelarse ante ella, y ya vemos por donde se va fijando el camino.

La vicepresidenta señaló, además, sin rodeos las deficiencias en la gestión gubernamental, criticando no solo la corrupción presente en diversas esferas del poder, sino poniendo en evidencia situaciones internas que, según su perspectiva, han mermado la eficacia y la credibilidad del gobierno por el que ella apostó, confiando en que desde adentro se puede cambiar el podrido Estado de los explotadores. Su llamado de atención se da en un contexto en el que la lucha contra la corrupción es una exigencia permanente del pueblo colombiano, y su intervención deja ver que esta reivindicación, como muchas otras expresadas en el levantamiento popular del 2021, siguen vigentes.

Otro aspecto que destacó Francia Márquez fue la existencia de tensiones dentro del gabinete. La vicepresidenta criticó abiertamente actitudes que considera irrespetuosas, citando episodios en los que tuvo que exigir el debido respeto, por ejemplo a Laura Sarabia, a su posición; a ello se suma la polémica designación de ciertos funcionarios, como el nombramiento de Armando Benedetti como jefe de despacho. Además, resaltó la problemática de haber recibido una designación sin la estructura ni los recursos necesarios para desempeñar de manera eficaz las funciones del Ministerio de la Igualdad, organismo que se encuentra en sus primeras etapas de consolidación tras casi tres años de gobierno. Un reclamo no menor, pues pone en evidencia una disincronía entre las expectativas del mismo gobierno en cuanto a la transformación social y los medios para lograrlo, máxime cuando la desigualdad en todos los aspectos de la realidad nacional es más evidente.

El consejo de ministros tiene mucho por analizar, pero lo cierto es que el discurso de Francia Márquez se desarrolla en un momento en el que el mismo presidente puso de presente la exigencia de rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción, aspectos que en definitiva no han dejado bien parado al gobierno y la razón principal está en querer perfumar la hediondez de un Estado burócrata, corrupto, podrido e inservible para el pueblo. De ahí que el llamado a insistir en la transparencia para recuperar la confianza del pueblo, el llamado a enfrentar de frente las prácticas corruptas y las tensiones internas no sea más que, desde el punto de vista marxista, una falacia pues el Estado burgués tal y como se está demostrando una vez más, no puede ser reformado, debe ser destruido con la violencia revolucionaria.

Si bien el discurso de Francia Márquez puede representar un desafío al gobierno Petro, el verdadero desafío es comprender que el Estado actual, en manos de la burguesía y los terratenientes, jamás dejará de ser corrupto, represor y dañino para la inmensa mayoría que además de producir, debe sostener con su trabajo a esta inservible máquina burocrático-militar. ¡No más confianza en el Estado de los explotadores!

¡Ni el Estado ni los politiqueros, solo el pueblo salva al pueblo!

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