Sri Lanka necesita un programa político y un fuerte Partido Comunista Revolucionario

Sri Lanka necesita un programa político y un fuerte Partido Comunista Revolucionario 1

El primero de abril en Sri-Lanka se inició un rápido proceso de convulsión social luego de una caída vertiginosa de toda su economía y de todas las políticas de choque lanzadas desde el gobierno central, quién descaradamente descargó sobre toda la población una escalada de medidas, profundizando la miseria y aumentando el desespero de la mayoría de la sociedad en este país insular ubicado cerca al poderoso país de la India.

La crisis en este país no es de los últimos meses, sino de muchos años, precisamente porque ha sido como en muchas otras partes del mundo, un país expoliado y además sometido a la dominación de los países más poderosos del planeta; en este caso ha sido estrangulada su economía por las imposiciones económicas de China, Rusia, e incluso del propio Estados Unidos, y también del vecino de la India. Pero además de eso porque ha estado gobernado por una familia que durante más de 20 años ha patrocinado y ha servido de puente para que esos países poderosos devasten la economía y pongan sobre los hombros de los trabajadores todo el peso de esa crisis profunda, a tal punto que el acontecimiento más importante de los últimos meses se dio porque producto de esa crisis se rebosó la copa y el pueblo se lanzó a las calles en una lucha desesperada por buscarle solución de alguna manera al hambre, a la miseria, la desatención en todos los órdenes; llegando al punto de obligar, en primer lugar al Primer Ministro a renunciar y posteriormente al presidente, quien tuvo que salir huyendo del país.

En pocas semanas el pueblo mostró su enorme capacidad al movilizarse en contra de las fuerzas militares que lanzaron toda su fuerza brutal para impedir que el pueblo tomara en sus manos las riendas; y en una campaña reaccionaria atacaron en distintas partes, no solo de la capital, sino en otras regiones del país, a los manifestantes que pedían soluciones a sus necesidades básicas; tal fue la furia del pueblo que se tomaron el palacio presidencial y otras instituciones representativas del Estado.

Eso es lo más destacado, que nos permite ver la enorme capacidad del pueblo cuando se moviliza y está dispuesto a darlo todo por buscar transformaciones reales en beneficio de sus hijos; pero también puso en evidencia la necesidad tan grande que hay de una dirección revolucionaria a través de un fuerte Partido Comunista Revolucionario que cuente con un Programa comunista, que pueda ser realmente una alternativa para buscar transformaciones radicales que empiecen por la destrucción total de ese nauseabundo y podrido Estado, pues es el estorbo principal que hay, no solamente en ese país insular sino en todas partes del planeta.

En ese país el pueblo tiene que sentirse satisfecho, porque hizo lo que tenía que hacer, salir a las calles y crear toda una convulsión social para poner a temblar todas las instituciones y mostrar lo caducó reaccionario y podrido, pero además DEBIL, qué es este sistema capitalista, en cualquiera de sus versiones; además muy valioso lo sucedido porque llamó la atención de los revolucionarios sobre la urgencia que hay de que se constituyan poderosos Partidos Políticos con profundas raíces entre las masas del campo y la ciudad que puedan llevar a verdaderas transformaciones, con órganos de poder de masas.

Hoy, en Sri Lanka se ha constituido un gobierno de transición encabezado por el Primer Ministro, un tipo de la misma calaña, de la misma catadura de los gobernantes anteriores, pues él mismo ha sido ministro en varios períodos presidenciales. Con este ministro y su papel, el pueblo no tiene absolutamente ninguna posibilidad de conquistar lo que necesita para su bienestar; con seguridad se constituirá un nuevo gobierno al servicio de los poderosos, al servicio de los imperialistas.

La economía del país está totalmente estrangulada por los empréstitos y la deuda con los imperialistas, el gobierno de la isla incumplió el pago de la deuda pública por 12.000 millones de dólares en el mes de abril y su inflación se elevó por encima del 60% en el mes de julio, sufriendo una de las peores crisis por desabastecimiento de hidrocarburos, por escasez de alimentos; y por todas las tragedias que lleva consigo esta situación. Mientras tanto los países poderosos siguen estrangulando la economía a través de préstamos impagables, peleándose unos y otros por pescar en río revuelto y profundizar su dominio en el país; así se disputan China, Rusia, Estados Unidos a través del fondo monetario internacional, y hasta la India para brindarle una supuesta ayuda económica y ganar de esta manera más poder en esa región; el pueblo de Sri Lanka y el país, siguen siendo una presa que está siendo destruida por el apetito voraz de estas hienas asesinas.

Para el pueblo de Sri Lanka solamente hay un camino posible en esa lucha por resolver sus problemas, el único camino es avanzar hacia una lucha revolucionaria que destruya todo el poder estatal de los reaccionarios y construya una sociedad basada en el poder armado de obreros y campesinos, un poder que tome medidas urgentes para una economía auto sostenible que le resuelva los problemas inmediatos básicos a la población y que mediante nuevas tecnologías puedan desarrollar poco a poco una producción de los bienes y servicios necesarios para mantenerse.

Y como parte de esas medidas desconocer toda la deuda externa con absolutamente todos los acreedores que pretenden mantener al país bajo su égida de poder; no negociar absolutamente ninguna deuda, negarse a pagarla poniendo por encima la solución a los problemas internos de la población, y acudiendo a la solidaridad internacional, para contribuir a la solución inmediata de las necesidades básicas de la población.

Todo ello solo es posible, organizando un proceso de Lucha Revolucionaria, sea a corto, mediano o largo plazo, pero que tenga como objetivo la destrucción del aparato Estatal y la construcción de un nuevo Estado, avanzando hacia el desarrollo de una revolución de tipo socialista, como parte de la Revolución Proletaria Mundial.

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