Retomando la Huelga como instrumento de la lucha sindical

Retomando la Huelga como instrumento de la lucha sindical 1

«Cuando los obreros se enfrentan individualmente con los patronos, siguen siendo verdaderos esclavos, que trabajan siempre para un extraño por un pedazo de pan, como asalariados siempre sumisos y silenciosos. Pero cuando proclaman juntos sus reivindicaciones y se niegan a someterse a quien tiene la bolsa de oro, entonces dejan de ser esclavos, se convierten en hombres y comienzan a exigir que su trabajo no sólo sirva para enriquecer a un puñado de parásitos, sino que permita a los trabajadores vivir como seres humanos». 
Sobre las huelgas, Lenin

El fondo de pensiones privado Colfondos de capital chileno, ha sido denunciado por sus trabajadores, como una empresa negrera: en diciembre despidió a 80 compañeros, bajo la modalidad de “retiro voluntario”, aumentó la carga laboral, implementó un plan para rebajar los salarios poniendo cortapisas en las comisiones y obligando a los empleados a asumir costos que son de competencia de la empresa, y como aditivo, una incesante persecución laboral y sindical por parte de los perros de presa, hasta colmar la paciencia de los trabajadores, quienes tomaron la determinación de lanzar la huelga.

Una decisión muy importante, en las actuales circunstancias del movimiento sindical, que ha olvidado, por cuenta de más de 40 años de política burguesa de conciliación y concertación de clases, que la huelga ha sido la mejor arma que han tenido los trabajadores para enfrentar la constante arremetida de los patronos, quienes sueñan siempre con tener trabajo gratis y esclavos dóciles.

Colfondos, como todos los capitalistas, temen a una huelga pues con ella se tambalea su dominio:
Cada huelga recuerda a los capitalistas que los verdaderos dueños no son ellos, sino los obreros, que proclaman sus derechos con creciente fuerza. Cada huelga recuerda a los obreros que su situación no es desesperada y que no están solos. Lenin

Es por eso que el pasado 31 de enero y 1 de febrero en la votación de la huelga, la empresa preparó su campaña de terror para que la votación fracasara; fue así como envió un comunicado en el que “muy preocupada” por la salud de sus empleados, los envío a trabajar en casa bajo el argumento del aumento de contagios por covid, acompañando la medida con la amenaza de no pago de salarios por 60 días si se votaba la huelga.

Y aunque los directivos intentaron impedir a la organización sindical la entrada a las oficinas y que los allí presentes ejercieran su derecho al voto, se logró hacer el ejercicio; sin embargo, ganó el no por la huelga. Aun así, fue notable el voto por el SÍ demostrando la disposición de votar por la huelga a pesar del chantaje y la persecución a los trabajadores. Fue una puja política en la que se puso en jaque a esta empresa explotadora y violadora de los derechos laborales e incluso de los derechos de los afiliados, que son realmente los dueños del capital con el que le pagan los ostentosos salarios de directivos como la presidente de Colfondos, Marcela Giraldo.

La lucha continua, no se puede bajar la guardia, es necesario contrarrestar la propaganda sucia que la empresa realizará de aquí en adelante en contra de los dirigentes sindicales; es importante elevar la conciencia de la base garantizando su firmeza para las próximas batallas, pues ni la señora Marcela Giraldo ni los dueños de Colfondos pararán en su plan de obtener mayores ganancias en detrimento de los derechos laborales de sus trabajadores.

Finalmente, este pulso debe contribuir para el avance en la unidad de los diferentes conflictos que actualmente vienen librando diferentes sectores de obreros, en diferentes ciudades del país, varios de ellos preparándose para la huelga como en la siderúrgica de Caldas; acciones conjuntas de solidaridad que ayudarán a enfrentar mejor a los capitalistas; así como que esa solidaridad se materialice en una Central Sindical Revolucionaria, cuya necesidad es urgente para enfrentar la ausencia de dirección proletaria, de parte de las actuales camarillas de las centrales sindicales que continúan con su política al servicio de los patronos y el gobierno.

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