El VII Congreso de la CUT

El VII Congreso de la CUT 1

Compromisos con la explotación y la dictadura de los capitalistas

El desarrollo y las declaraciones emanadas del VII Congreso Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), realizado a principios de mayo, expresan la política de concertación y conciliación con el Estado y los patronos que hoy dirige a dicha central.

En el evento la palabra la tuvieron los representantes en el movimiento sindical de los partidos políticos de la pequeña burguesía, de las centrales sindicales proimperialistas y, en general, politiqueros de distinto tipo que comulgan en común con el reformismo y la democracia burguesa, es decir, que defienden la explotación asalariada. Tuvieron tribuna la representación de las federaciones internacionales al servicio de los imperialistas yanquis encarnada en la Confederación Sindical Internacional – CSI y por la cual habló Rafael Freire y Víctor Báez de la Internacional Trade Union Confederation que también es parte de la CSI; y Alberto Reyes de la Federación Sindical Mundial – FSM que se encuentra al servicio de los imperialistas rusos y chinos. Por los partidos politiqueros y la democracia de los ricos hablaron el embajador de Cuba en Colombia; la FARC representada en el discurso de Hubert Ballesteros y Rodrigo Londoño; Alberto Castilla y Jorge Robledo (Moir), senadores del Polo; también tuvieron la palabra el Colectivo Nacional Sindical Clasista Guillermo Marín y Congreso de los Pueblos. Y por los “dirigentes” sindicales de la CUT vinculados a los diferentes partidos políticos hablaron el Fiscal de la central Fabio Arias perteneciente al “Partido del Trabajo de Colombia”, que hace parte de la “Alianza Verde” del uribista Sergio Fajardo; Over Dorado Cardona integrante del Comité Ejecutivo de la CUT perteneciente al Movimiento por la Constituyente Popular – MCP; Elías Fonseca Cortina también del Ejecutivo; y obviamente, Diógenes Orjuela Presidente de la central, entre otros. Es decir, como es propio de los jefes de la CUT, los obreros no fueron los protagonistas de dicho congreso, sino algunos jefes politiqueros y miembros del Comité Ejecutivo de la central, quienes usan dichos cargos como trampolín para acceder a cargos burocráticos dentro del Estado de los ricos, como el Ministerio del Trabajo, por ejemplo.

Las conclusiones del evento son acordes a su política de genuflexión hacia los capitalistas y su Estado dictatorial, apuntan todas hacia el respeto y la participación en la democracia burguesa, pues como buenos curanderos del capital, centran sus planes y aspiraciones en reformar el reino de la explotación capitalista. En las conclusiones se hacen llamados por la defensa del proceso de paz con las FARC y de la JEP, como también hay ruegos al gobierno uribista para que se siente a dialogar con el ELN. Mientras que la declaración llama a la defensa de Venezuela en contra de la arremetida cometida por los gringos, guarda silencio frente a la dominación de los imperialistas rusos y chinos en dicho país y le cubre la espalda a la boliburguesía y su fracasado “Socialismo del Siglo XXI”. Frente al PND uribista y las reformas antiobreras, el congreso hizo un llamado lastimero y politiquero a “avanzar con éxito en las elecciones regionales del 27 de octubre”. Y finalmente, en el papel, el congreso se comprometió a coordinar las movilizaciones y “la preparación de un paro nacional”; eso sí, siempre y cuando se encuentre dentro de la lucha “civilizada por paz, soberanía, democracia”… es decir, que como ya es su costumbre, los jefes burócratas de la CUT, van a preparar a lo máximo una “jornada civilizada” y con permiso de la burguesía y los reaccionarios, para desfilar un día por las principales calles del país, todo con el fin de no afectar las ganancias de los dueños del capital con un verdadero Paro Nacional Indefinido.

Las conclusiones del VII Congreso de la CUT, corresponden a la política de la conciliación de clases y defensa de las instituciones democrático burguesas; política que llama a las bases obreras a confiar en la democracia de los ricos (que es dictadura contra el pueblo) y no debe ser acogida por los trabajadores porque vela el carácter antagónico de la contradicción entre la clase obrera y la burguesía. Política que se evidencia en su defensa de los acuerdos de La Habana con los cuales la cúpula de las FARC y el gobierno Santos (en representación de la burguesía junto con los terratenientes y los imperialistas), legalizaron el despojo violento de las tierras de miles de campesinos pobres y medios, además de obedecer al plan imperialista de tratar de desarmar el espíritu de lucha del pueblo, llamando a defender la “paz social” con los centenarios enemigos antagónicos de la clase obrera y el pueblo colombiano.

Se requiere emprender un amplio movimiento por la Reestructuración del Movimiento Sindical para conquistar su independencia de clase (ideológica, política y organizativa) con respecto a los patronos, al Estado y a los partidos que defienden la esclavitud asalariada; pugnando por unir a todos los obreros sin distinción de tipo de contrato o de rama de la producción; haciendo esfuerzos por organizarlos en federaciones independientes como parte de una nueva Central Sindical Revolucionaria.

Se necesita un sindicalismo de nuevo tipo que sea escuela de socialismo y parte de la lucha general de la clase obrera por su emancipación; que tenga como herramienta principal de lucha la huelga, el paro de la producción y se comprometa firmemente con la preparación de las Huelgas Políticas de Masas, en estos momentos un Paro Nacional Indefinido, para frenar la voracidad de los capitalistas con la lucha unida de todo el pueblo trabajador; que dentro de sus métodos y estilos de trabajo, prime la voz de la base sobre la de los directivos y los recursos sindicales sean utilizados para organizar la lucha, para brindar la solidaridad y educar a los trabajadores, y no para viaticar, ni despilfarrarlos en parrandas y en campañas politiqueras.

Esas son las tareas de los obreros revolucionarios, de los dirigentes y activistas honrados en el movimiento sindical que de verdad desean un sindicalismo unido, fuerte y poderoso para enfrentar a los enemigos: burgueses, terratenientes e imperialistas. Algo que ni los dirigentes vendeobreros de la CUT ni de las demás centrales sindicales que hoy dividen a los proletarios harán jamás porque son agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero y para esa sucia tarea son pagados.

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