El 27 de septiembre del 2018 se reunieron diferentes organizaciones pertenecientes a la Coordinadora de Organizaciones Sociales y Políticas – COS y firmaron una comunicación en la que decían: «Con las experiencias positivas que tuvimos en la lucha política y electoral de marzo y de junio en donde hay avances importantes desde el campo popular, democrático y progresista, es importante que hagamos esfuerzos para unificarnos en lo programático y táctica para afrontar las elecciones del año 2019 por las gobernaciones, alcaldías, asambleas departamentales, consejos (sic) municipales y edilatos. Para ser alternativa de poder y de ser gobierno desde el campo popular en el 2019 y el 2022».
El 28 de enero pasado la Central Unitaria de Trabajadores – CUT, la COS y la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y popular – CACEP convocaron al «ENCUENTRO NACIONAL DE ORGANIZACIONES SOCIALES Y POLÍTICAS por la defensa de la soberanía, la democracia, la vida, los territorios, los derechos laborales, la paz y la producción nacional el próximo 9 y 10 de febrero en Bogotá».
Y en efecto realizaron un Encuentro Nacional en el cual, según sus promotores, las discusiones: «permitieron definir campañas y concretar estrategias organizadas para las elecciones del 2019 por medio del ejercicio de convergencia social y política. Además se estableció una hoja de ruta en común de movilización de cara al Paro Nacional en el primer semestre de este año…» Es decir, los politiqueros en campaña nuevamente tomaron la consigna del paro nacional para manosearla, pero en realidad su verdadero objetivo era la participación en la próxima farsa electorera.
Las masas populares y el proletariado no pueden poner sus esperanzas en este tipo de encuentros que se corresponden con la política burguesa de conciliación y concertación de clases en el movimiento sindical y de masas en general. Las Centrales sindicales, caso de la CUT, es un directorio politiquero de la burguesía y de la pequeña burguesía; muestra de ello es que por ningún lado exponen con claridad qué están haciendo por preparar un Paro Nacional Indefinido, forma de lucha directa que realmente golpea los intereses de los dueños del capital y los fuerce a ceder las exigencias generales del pueblo.
El Comando Nacional Unitario, en donde participan detestables personajes vendeobreros como Julio Roberto Gómez de la CGT, de lo máximo que habla en sus comunicados, es de «acción de movilización», «concentraciones y marchas», «jornadas de indignación»… todas ellas necesarias y válidas si estuvieran encaminadas hacia la preparación y concreción de un Paro que afectara las ganancias de los monopolios y tuviera como plataforma de lucha un pliego aprobado por los diferentes sectores de las masas afectados por el capital como los obreros, campesinos, indígenas, desplazados, estudiantes, recicladores, entre otros.
En el Encuentro Nacional del 9 y 10 de febrero fue evidente la desconfianza de las masas en las declaraciones mentirosas de los politiqueros y los agentes de las clases dominantes en el movimiento obrero y popular; gran parte de los asistentes reclamaron no seguir dilatando la fecha del Paro, para ellos es clara la patraña ya conocida de hablar de paro y terminar en «jornadas de protesta» como ocurrió el año pasado cuando convocaron a un «paro nacional» para el 13 de diciembre y al final lo convirtieron en otra «jornada de movilización» más.
Hablan de Paro Nacional, pero en lugar de prepararlo y organizarlo todo su esfuerzo se centra en la contienda electorera; es decir, en que los pobres del campo y la ciudad confíen en el Estado de los explotadores y en sus instituciones y en la democracia burguesa que es dictadura contra el pueblo. Las clases trabajadoras, explotadas y oprimidas por el capital, no pueden confiar en los cascarones vacíos de las centrales sindicales actuales, pues a pesar de sus aparatajes organizativos, sus direcciones aburguesadas nunca se han comprometido en serio con la preparación de un Paro de verdad porque simplemente no les interesa prepararlo. La razón es que desde siempre, llegar a la presidencia de dichas organizaciones, ha sido utilizado como trampolín para acceder a cargos dentro de la burocracia del Estado, como ministerios, la vicepresidencia o consejerías al servicio del Gobierno de turno.
Los obreros no deben confiar en las direcciones de las centrales sindicales que concertaron con la burguesía y su Estado hoy en cabeza de la mafia uribista el salario mínimo que condena al hambre y a la miseria a la clase obrera en su conjunto. El movimiento sindical necesita conquistar su independencia ideológica, política y organizativa en una nueva Central Sindical para no depender de las burocracias de las centrales sindicales que hoy trabajan para los partidos interesados en mantener la esclavitud asalariada o cuando más hacerle remiendos, tales como el Partido Liberal, el falso Partido Comunista conocido entre los obreros como «mamerto», el trotskista PST, el Movimiento Marcha Patriótica o el MOIR y otros tantos que no están interesados en afectar en nada a la burguesía lacaya y a sus socios imperialistas.
Hoy la clase obrera y el pueblo colombiano, necesitan que los sindicatos actúen con independencia de clase, con independencia del Estado y los politiqueros, encabezando la preparación del Paro Nacional Indefinido para frenar la ola de muerte y la generalización de la miseria, y para impedir con la Huelga y lucha en las calles la imposición de las nuevas reformas antiobreras y antipopulares de laAgenda Empresarial del Gobierno de Duque y el imperialismo.