Hace unos días el ministro de trabajo Ángel Custodio Cabrera sacó un proyecto de reforma al Decreto 1072 de 2015, el cual posibilita a todas las organizaciones sindicales de una misma empresa presentar pliego de peticiones y realizar su negociación colectiva.
Para los trabajadores este proyecto de reforma atenta contra el libre derecho de asociación porque ataca precisamente la razón de ser de las organizaciones sindicales: poder presentar un pliego petitorio que refleje las reivindicaciones de los trabajadores a los que representa.
La reforma dice que es necesario realizar una modificación al artículo 2.2.2.7.1 del Decreto 1072 de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector Trabajo, en referencia a la obligatoriedad que tienen varios sindicatos en una misma empresa de concurrir a la negociación colectiva con un solo pliego de condiciones e integrar conjuntamente la comisión negociadora sindical. En apariencia los capitalistas quieren contribuir a la unidad de las organizaciones sindicales, pero hay que dejar claro que todo lo que ofrezcan los explotadores con absoluta seguridad va en detrimento de los trabajadores. El presidente de la CUT, Francisco Maltés, también se manifestó por los medios de comunicación asegurando que la reforma ayuda a la unidad, aunque también la rechazó enfáticamente, en una posición ambivalente.
Hay un hecho que no se menciona, ni por el presidente de la CUT ni mucho menos por el ministro de trabajo, es que ante la crisis del movimiento obrero y en particular del movimiento sindical durante más de 4 décadas, la clase obrera perdió la estabilidad laboral con la nefasta Ley 50 del 90, lo que obligó a los nuevos trabajadores, a los tercerizados a enfrentar los despidos creando varios sindicatos en una misma empresa, ante la falta de lucha y solidaridad de los sindicatos viejos que aun conservaban condiciones laborales favorables, otrora conquistadas gracias a la lucha. Esta atomización, representada en la existencia de varios sindicatos en una misma empresa, ha servido para resistir la arremetida de los capitalistas de forma temporal, pero al final no se ha logrado garantizar la estabilidad laboral. Aun así, es tanta la voracidad de los patronos que no están dispuestos a permitir la existencia de los sindicatos que le han dado la pelea y por eso con esta reforma pretenden amarrarlos, obligándolos a disolverse en los sindicatos abiertamente patronalistas o dirigidos por la ideología burguesa de conciliación y concertación de clases.
La reforma de este decreto en una de sus partes dice: Si no hubiere acuerdo entre todos los sindicatos respecto de la unificación del pliego de peticiones, los diversos pliegos presentados se integrarán y negociarán en una sola mesa de negociación para la solución del conflicto. Con esto el gobierno les facilita a los patronos acabar con las pequeñas organizaciones sindicales, apoyándose en el sindicalismo burgués; justamente acabar con las organizaciones surgidas en rebelión contra esa dirección vendeobrera que le ha dado la mano a la burguesía y al gobierno.
Sigamos, la reforma agrega: Si el desacuerdo fuere respecto de la conformación de la comisión negociadora, ésta se entenderá integrada en forma objetivamente proporcional al número de sus afiliados debidamente certificado por el secretario conforme al libro de afiliación consagrado en el artículo 393 del Código Sustantivo del Trabajo. La misma regla aplicará en caso de coexistencia de sindicatos de industria o de rama, gremiales o de oficios varios. Que coincidencia con lo que se dijo en el VI Congreso de la CUT en una de sus conclusiones: Adicionalmente, el congreso ratificó su decisión de trabajar por una estructura organizativa por medio de grandes sindicatos por rama o actividad económica que dé respuesta a nuestra debilidad y dispersión, incrementando significativamente su membresía y concentrando, de esta manera, su accionar. Cae como anillo al dedo, pues muchos de esos sindicatos de industria son manejados por la burocracia sindical, claro no son todos, pues hay casos de sindicatos luchadores, pero son una minoría.
En ese sentido es justo rebelarse contra esta reforma, que evidentemente atenta contra los trabajadores, especialmente, contra los más golpeados por las reformas antiobreras, y contra las organizaciones que buscan rescatar la independencia de clase y trabajan, ellas sí, por una verdadera unidad por la base y al calor de la lucha. Es por eso que saludamos las últimas manifestaciones que se han impulsado por distintas organizaciones obreras y escuelas como la José María Carbonell y la Escuela Sindical María Cano contra esta reforma.
Luchar contra la reforma del Decreto 1072 con la movilización, debe contribuir a la vez a la verdadera unidad y fortalecimiento de las organizaciones sindicales para hacerlas grandes y potentes, que les permita enfrentar en mejores condiciones a la burguesía, clase parásita que también se une férreamente cuando se trata de atacar a los trabajadores.
Hay que crear las federaciones independientes en todas las regiones, unidas conscientemente alrededor de unos principios; los cuales fueron recogidos en una Plataforma de Lucha, expuesta desde hace años por Revolución Obrera. Es hora que los trabajadores analicen a conciencia esta propuesta y se decidan conscientemente a seguir el camino de la lucha por rescatar la independencia de clase en el movimiento sindical, independencia con respecto al imperialismo, la burguesía, los patrones y el Estado, y de sus partidos burgueses y pequeñoburgueses; independencia de clase que les permitirá rescatar las conquistas que le han sido arrebatadas por los capitalistas y el Estado, con la complicidad de los jefes del sindicalismo burgués, empotrados en las centrales sindicales.