Ante la negligencia del Estado en el caso de Sofía Delgado ¡Organizar ya el Movimiento Femenino Revolucionario!

Sofia Delgado

El asesinato de Sofía Delgado ha dejado al descubierto no solo la ya conocida negligencia del Estado burgués, sino también, y lo que es más importante, una respuesta popular que nos marca el camino hacia la defensa colectiva de las mujeres y las infancias del pueblo.

Desde el día de la desaparición de Sofía, la comunidad, movida por el dolor y la indignación, se organizó espontáneamente para hacer lo que las instituciones burguesas no hicieron: buscar a Sofía, encontrar al culpable y exigir justicia.

Sin embargo, las autoridades no actuaron con celeridad cuando se les informó sobre otro intento de secuestro en la misma zona; esta inacción no es simplemente negligencia, es la respuesta natural de las instituciones de un Estado construido para dejar en profundo desamparo a los más vulnerables, en este caso, a las infancias y las mujeres del pueblo. Este hecho nuevamente es un reflejo del desprecio sistemático que las instituciones burguesas tienen hacia el pueblo, y más aún hacia las mujeres proletarias y campesinas.

De allí que actualmente, las infancias y juventudes del pueblo estén siendo presa fácil de redes de trata, del narcotráfico y de los grupos armados que las raptan para explotarlas sexualmente; según el perfil de Instagram de Somos Jacarandas y Buscarlas Hasta Encontrarlas: «Solo en octubre, mientras se acerca la COP16, hay más de 7 niñas desaparecidas por semana». Los padres proletarios conocen esta realidad porque la viven y la sufren permanentemente, e inconscientemente saben que el Estado burgués no garantiza la seguridad ni el bienestar de las mujeres y las infancias.

El desprecio con el que las autoridades trataron este caso es evidente. El local donde se encontró al asesino de Sofía era propiedad de un hombre que desde 2018 tenía un caso (cerrado por vencimiento de términos) por violación a una menor de 14 años. ¿Por qué no se allanó el lugar desde el principio? ¿Por qué las autoridades investigaron de manera tardía y superficial? Porque las vidas de la gente del pueblo no importan para el Estado burgués, por eso ahora las masas populares deben enfrentar a la violencia machista con sus propias manos.

Ya está suficientemente claro que no podemos confiar en las instituciones del Estado burgués. Los movimientos feministas y las organizaciones por los derechos de las mujeres han luchado incansablemente durante años por la protección de las mujeres, pidiéndole al Estado de los ricos diligencia en los casos de violencia sexual y feminicidios. Pero esas demandas no son atendidas ni suficientes, el pueblo debe tomar el control. La creación de comités para la búsqueda de desaparecidos, grupos de presión que exijan celeridad a las autoridades, y la organización colectiva contra los abusadores y los feminicidas es la única vía para garantizar la seguridad de las mujeres del pueblo.

Lo que distingue el caso de Sofía no es solo la tragedia, sino la respuesta popular. Cansada de la ineficacia y el abandono, la comunidad se organizó y actuó. La casa del feminicida fue quemada, no como un acto aislado de venganza, sino como una expresión de justicia popular, de un poder que surge desde abajo.

Las masas populares están aprendiendo, desde la experiencia práctica, que solo la organización colectiva e independiente del pueblo puede proteger la vida y la dignidad de sus hijas, sus esposas, sus madres… La formación de comités de mujeres y del Movimiento Femenino Revolucionario para la defensa de las infancias, las mujeres y juventudes del pueblo es una muestra clara del poder popular a la que no solo debemos prestar atención, sino hacer consciente y generalizar. De esta manera se avanza hacia la construcción de un Movimiento Femenino Revolucionario.

Lo que hizo la comunidad de Villagorgona en el caso de Sofía es lo que debe marcar el camino, acto que obligó de hecho al abusador a aceptar su crimen, fue la acción popular la garantizó que este abusador y feminicida no escapara, ahora todo queda en manos de esta justicia, obligada a actuar frente a la presión de las masas en este caso. La consigna: ¡Solo el pueblo salva al pueblo! debe tomar cuerpo y traducirse en organización de los comités de defensa de la integridad y la vida de las mujeres del pueblo. Que los abusadores sexuales y los feminicidas, que las redes de trata, los narcotraficantes y los grupos armados sepan que, si no temen enfrentar la justicia burguesa por su evidente inoperancia y deprecio por las mujeres del pueblo, tendrán que temer a la justicia popular.

De ahora en adelante responderemos colectivamente, ya no vamos a limitarnos a depender de instituciones negligentes que no actúan o que cuando lo hacen es demasiado tarde.

Por la vida y la emancipación de la mujer,

¡Unidad y lucha en el Movimiento Femenino Revolucionario!

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