Enfrentar el abuso a nuestras niñas con la fuerza organizada de las mujeres

Enfrentar el abuso a nuestras niñas con la fuerza organizada de las mujeres 1

¡El Movimiento Femenino Revolucionario no es solo necesario, es indispensable!

El 1 de mayo, en diferentes ciudades de Colombia, muchas mujeres marchamos por las calles con dignidad al lado de nuestros compañeros y compañeras de clase conmemorando el día Internacional de la clase trabajadora, por supuesto aprovechamos esta importante fecha para denunciar los abusos, discriminación, violencia, desigualdad económica, entre otras injusticias que nos ofrece este sistema decadente a las mujeres o a quienes se identifican con este género. Además de la importante propuesta de organizarnos en un Movimiento Femenino de vanguardia. ¿Por qué? Porque solo con la organización de las mujeres en el movimiento obrero será posible conquistar un mundo más justo, porque como mujeres no podemos ser indiferentes a la situación de la explotación del pueblo empobrecido y menos a nuestra propia condición de doble explotación y sometimiento que nos ofrece este repugnante sistema.

No hace mucho escribíamos un artículo del criminal y fascista caso del transfeminicidio, cuando ya debemos denunciar el caso de la niña de 13 años violada, secuestrada y torturada por su padrastro en el departamento de Caldas, el culpable de este aberrante hecho, José Erley Ramírez Garces, aparece en un video persiguiendo a la pequeña quien logró escapar del lugar donde la tenía amarrada y amordazada. El asqueroso y repudiable “hombre” es pastor de una iglesia en Risaralda y, según un vecino quien fue el primero en auxiliar a la menor al escuchar sus gritos, mientras la sometía a sus vejámenes escuchaba música cristiana y para completar la fechoría había cavado un hueco en la tierra donde cabía un cuerpo humano. Así es, una historia que parece sobrehumana, un cuerpo de una niña, indefensa, mujer, en una condición vulnerable y a manos de alguien quien se supone debiera protegerla pero que terminó siendo el peor monstruo que ha dejado heridas imborrables no solo en su cuerpo, sino en su mente y en su alma.

Dicho pastor fue imputado por la Fiscalía por secuestro agravado y acceso carnal violento a menor de 14 años, faltó añadir tortura ya que como se mencionó la pequeña estaba amarrada y amordazada. Algunos feligreses, convencidos y cegados por su fe y fanatismo religioso, por no decir desorden mental, proponen que se le deje en libertad argumentando que estaba poseído por un demonio… el único demonio que este desagradable ser tenía “metido” es aquel que engendra este agonizante sistema, el del fanatismo, el odio, el sometimiento, estaba poseído por el demonio que engendra este sistema fascista y despiadado con las mujeres.

Como mujeres nos solidarizamos con esta pequeña quien ahora queda bajo la custodia del ICBF, nos solidarizamos también con las madres y menores del centro zonal del ICBF en el barrio Buenos Aires en la localidad de San Cristóbal Sur en Bogotá, quienes denuncian abuso sexual por parte de un profesor de este centro, es muy triste ver que ni siquiera en los espacios donde se dice proteger a la niñez los menores puedan estar seguros, es muy triste que una labor tan digna como la de la de ser cuidador o docente sea manchada y denigrada por este tipo de individuos; esperamos en un futuro eliminar de manera radical estas injusticias y que nunca más nuestras niñas y niños vuelvan a padecer estos repudiables actos.

¡Las mujeres somos fuerza y unidas somos invencibles!

¿Necesitamos más argumentos para justificar porque necesitamos un cambio de sociedad? ¿Necesitamos más razones para luchar y organizarnos como mujeres? O quizá, ¿necesitamos que nos ocurra a nosotras mismas o a alguna de nuestras hijas o hijos, hermanas, amigas etc., para darnos cuenta de que al capitalismo no ofrece más que pañitos de agua tibia a este tipo de casos, por no hablar del tema de trata de personas, la prostitución, la crianza que recae siempre sobre nosotras, el trato de violento por parte de algunos hombres a sus novias, esposas, hermanas o madres?  Pensémoslo bien, porque en otra sociedad este tipo de injusticias contra nosotras no existiría y si se llegasen a presentar serian casos aislados que castigaríamos con todo rigor. Mujeres, merecemos una sociedad que nos acoja como elemento importante y decisivo, una sociedad que valore nuestras habilidades y capacidades y que nos trate con la importancia que tiene el elemento femenino en el avance de la humanidad. Una sociedad que nos visibilice en todos los ámbitos de la vida, la ciencia, la creatividad…. Mujeres, somos fuerza y unidas somos invencibles.

¡Viva el Movimiento Femenino Revolucionario!                             

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