El estímulo a la actividad productiva de la tierra está llevando a la desecación inducida de cientos de miles de hectáreas de humedales bajo la complacencia de Estado. Según el instituto de investigación de recursos biológicos Alexander Von Humboldt, el país cuenta con 31 millones de hectáreas de humedales, de los cuales el 88 % no están protegidos.
El único responsable de la situación de los humedales y, en general, de la destrucción de la naturaleza es el capitalismo que, para obtener cada vez más ganancias, no tiene miramientos para destruir la naturaleza y poner en peligro la existencia misma de la humanidad. Es el capitalismo que concentra las riquezas y los medios de producción en muy pocas manos, mientras la inmensa mayoría que produce vive en pobreza.
No basta el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio de científicos y ambientalistas tratando de convencer a los explotadores de no continuar con la depredación, se necesita la movilización consciente de la clase obrera, del movimiento campesino y de la intelectualidad para enfrentar la causa de raíz, pues: la crisis ambiental es un problema del capitalismo y su solución no puede lograrse mientras subsista el capitalismo.
Necesitamos construir un sistema nuevo donde toda la sociedad tenga cabida en la planificación de su economía, donde no esté al mando la ganancia, sino la satisfacción de las necesidades del pueblo trabajador, respetando la relación del hombre con la naturaleza. Ese sistema se llama Socialismo y son los obreros y los campesinos los llamados a avanzar hacia esa sociedad con la Revolución. Están llamados a construir, sobre las ruinas del Estado burgués, el nuevo Estado que lleve a término las medias para proteger el medioambiente.
De ahí que la Unión Obrera Comunista (mlm) en el Programa para la Revolución en Colombiadedique un aparte especial al cómo salvar la naturaleza de la depredación capitalista y en particular frente a los humedales propone:
Determinar cuáles humedales, manglares, bosques, selvas, cuencas hidrográficas, mares, ríos, quebradas y suelos, deben ser declarados como sitios en peligro inminente de destrucción de la flora, la fauna y la biodiversidad. Tomar medidas especiales para evitar la desaparición de especies e individuos de flora y fauna. Crear zonas especiales con bancos genéticos para promover el desarrollo de especies de flora y fauna.