El movimiento de masas desborda en sus demostraciones de fuerza y ganas de lucha; la tendencia revolucionaria de masas se mantuvo a pesar de los cánticos de paz con el que han endulzado los oídos de las masas, pues tanto en el gobierno de la paz de Santos como en el gobierno uribista de Duque, la paz para los pobres solo ha representado incumplimiento, persecución, guerra y muerte.
Lo cierto es que las masas en lucha no retroceden, confirmando la tendencia descrita desde Revolución Obrera; una tendencia no inventada, no desfasada de la realidad, sino extraída de los mismos elementos que la realidad objetiva brinda, donde se destaca la agudización de la crisis económica y social; una crisis propia del capitalismo, que en su sed de ganancia no planifica su producción, sino que lanza un sin número de mercancías al mercado ocasionando una sobre producción que impide la realización de la mercancía y deviene en esas crisis que las masas sienten sobre sus espaldas con despidos masivos, rebaja de salarios, intensificación de las jornadas de trabajo, reducción de garantías laborales y claro, una incontenible crisis social manifiesta en la pobreza y la miseria crecientes, en la falta de atención en salud, la privatización de la educación, la arremetida contra mujeres, niños, discapacitados y en general contra los sectores más vulnerables de la sociedad; todo ello resulta de la avaricia y ansias de ganancia de unos pocos en la sociedad. Todas estas condiciones objetivas son la base y materia prima de la rebelión persistente de las masas.
Confirmando que la opresión genera resistencia, la respuesta de las masas ha sido revolucionaria; demostrando con su movimiento que no se rinden y no están dispuestas a dejarse degradar, luchando por impedir que los burgueses, terratenientes e imperialistas hagan de las suyas con las dos únicas fuerzas que pueden mantener viva a la humanidad: la naturaleza y la fuerza de trabajo de los hombres.
No obstante, la lucha de las masas aunque es cada vez más continua y radical, sigue siendo todavía contenida por el dique interpuesto por el oportunismo y el reformismo, evidenciado en llamados a la lucha para reducirla a desfiles en las calles de las principales ciudades y encausar la rebeldía popular en la defensa de la curul de uno u otro politiquero de la oposición, para defender la democracia burguesa y las instituciones estatales, etc. Se necesita de la labor independiente para que el pueblo movilizado contra las condiciones objetivas de miseria y opresión, conquiste con la lucha, la movilización y el Paro Nacional Indefinido los derechos pisoteados y engavetados por los politiqueros y gobernantes que siguen aprobando leyes y medidas para paliar la crisis capitalista y mantener su paraíso de explotación.
Va en aumento el nivel de conciencia de las masas, y aunque sea todavía incipiente, el movimiento ya comprende que el Estado capitalista no le va a regalar nada y por tanto no es allí donde se van a conquistar las reivindicaciones para el pueblo colombiano; esto es precisamente lo que espontáneamente las masas demuestran en las calles y en los campos; es por la fuerza como se lograrán arrancar los derechos y a la vez acumular experiencia de lucha, aprendizaje en la dirección de la misma y fuerza material para cambiar la sociedad yendo más allá de las necesarias reformas actuales.
De ahí que intensificar los preparativos del Paro Nacional Indefinido sea la tarea correcta, porque es la forma que adquiere ahora la Huelga Política de Masas; es la forma que se corresponde con el contenido revolucionario de la táctica que le apuesta a la fuerza y determinación de las masas para hacer ley lo que los burgueses, terratenientes e imperialistas han negado con sus decretos, reformas y leyes contra el pueblo, hasta el punto de querer someter más ferozmente a la mayoría trabajadora de la sociedad.
Intensificar los preparativos del Paro Nacional Indefinido requiere entonces la creación y fortalecimiento de los Comités de Paro, la unidad de los sectores en lucha a través de Encuentros Regionales y Nacionales. Pero ¡cuidado! Unidad para la lucha y por las reivindicaciones comunes. Unidad para generalizar y ampliar la fuerza del Paro y no para enfriar la lucha de las masas. Unidad para no dar lugar a engaños definiendo el correcto método de dirección en la lucha de masas, donde sean las Asambleas las que decidan el rumbo del Paro de acuerdo a las reivindicaciones que se están luchando.
Todo ello ya lo han empezado a hacer las masas, como lo demostró la Minga Indígena y Campesina, siendo necesario retomar su ejemplo; destacar a los más honestos dirigentes e influir con las ideas correctas y los métodos proletarios de lucha. Éste es el llamado a todos aquellos que estén hastiados del reinado de los capitalistas en el mundo. La tarea es ahora y cada compañero debe tomar su puesto.