A ORGANIZAR EL PARO INDEFINIDO, LA HUELGA POLÍTICA DE MASAS

Paro

A pesar de la censura oficial, diversas y variadas luchas han ocupado los medios del país durante el primer trimestre del año, que empezó con la gigantesca movilización nacional del 24 de enero por alza de salarios, contra las medidas tributarias anunciadas, contra la feria de empresas estatales y la corrupción, donde las masas dejaron ver su ánimo de lucha, que no cesa en ningún rincón de Colombia.

Los trabajadores estatales también presentaron sus pliegos al Gobierno en medio de numerosas marchas el 25 de febrero, y en Bogotá un pliego de la Coordinadora Distrital Sindical y Social al gobierno local; así mismo los trabajadores de la rama judicial, han resistido los violentos ataques del Esmad, ante su protesta contra los Centros de Servicio Judiciales.

Por su parte, los obreros de El Cerrejón presentaron su pliego, contando con la solidaridad y respaldo de los guajiros en la manifestación del 8 de marzo, donde campesinos, trabajadores, estudiantes y el pueblo en general, además de protestar por la muerte de niños Wayuu, la desaparición de reservas hídricas y la falta de alimento, apoyaron combativamente el pliego de Sintracarbón, conflicto que culminó (por ahora) con la firma de la Convención Colectiva para 2016 y 2017.

Trabajadores y usuarios del sector de la salud están en alerta en todo el país y a diario se presentan protestas contra el mal servicio y la amenaza de nuevos cierres de hospitales. De particular importancia es el conflicto en el Valle de Cauca contra la decisión de acoger el Hospital Universitario del Valle – HUV, a la Ley 550 o de insolvencia económica, pues el Estado a través de la Gobernación persiste en la intención de liquidarlo; en todo caso, solo la lucha y la unidad de usuarios, trabajadores y estudiantes, podrá echar atrás el cierre del más importante centro hospitalario del suroccidente del país. Igualmente es caótica y motivo de lucha permanente la situación de médicos, trabajadores y usuarios de la liquidada SaludCoop.

En este ambiente de lucha general del pueblo, cabe destacar la heroica resistencia de los hermanos indígenas en el Cauca, quienes siguen firmes en rescatar La Emperatriz al norte del departamento; hacienda que les fue arrebatada y lugar en el cual fue planeada una de las más atroces masacres donde fueron asesinados 20 indígenas, producto de la alianza criminal entre agentes del Estado, terratenientes y narcotraficantes. Escenario ahora de una feroz arremetida de las fuerzas del Esmad y de enfrentamientos donde recientemente fue muerto un agente de la policía.

A estos hechos de rebeldía popular, se suman las frecuentes protestas en Transmilenio, las manifestaciones de vendedores ambulantes, recicladores, mujeres, etc. en Bogotá. Así como también las protestas en todo el país contra el asesinato, desaparición y persecución de dirigentes campesinos y populares. Innumerables concentraciones, plantones, bloqueos y en general una creciente oleada de luchas protagonizadas por las masas en defensa de sus derechos y contra la miseria y la opresión impuestas por los capitalistas y el Estado a su servicio.

Fue este magnífico ambiente de paro general, de Huelga Política de Masas, el que obligó a los jefes de los partidos reformistas y oportunistas y a las camarillas de las centrales sindicales a revivir el “Comando Nacional Unitario” para cumplir con su misión de desviar la lucha y servir de apagafuegos, convocando para el 17 de marzo otra “jornada nacional de protesta”, solo que esta vez desvergonzadamente la llamaron paro, dejando al descubierto su compromiso con los explotadores y su servilismo al Gobierno de Santos a quien ayudaron a reelegir. Por eso en la carta zalamera donde presentaron algunas de las reivindicaciones populares, pusieron de presente y en primera instancia su apoyo a la mentirosa paz del sanguinario y criminal Gobierno.

Pero la realidad sobrepasa las pretensiones de reformistas, oportunistas, vendeobreros y burgueses. Por eso el 17 de marzo lejos de ser una movilización en apoyo a la paz burguesa, fue una jornada donde las bases nuevamente salieron a las calles deseosas de luchar, con puntos claros por sector, pero también con puntos muy comunes entre los que se destacan el alza general de salarios, salud y educación para el pueblo, mejores condiciones de trabajo, contratación directa y, sobre todo, cumplimiento a sus exigencias dilatadas en las inútiles Mesas de Trabajo. Y las masas lo dejaron bien claro, con sus consignas e intervenciones arrebatadas a los jefes de las centrales, ahogando sus promesas y hurras por la paz. Esta vez el sentir del pueblo se reflejó en el descontento hacia los dirigentes que no representan los intereses de las bases y en el llamado a la organización y lucha independientes.

Todo esto demuestra que la Huelga Política de Masas avanza. Es un fenómeno objetivo que transforma la actuación de unos y otros; por el lado del reformismo, el oportunismo y los jefes de los centrales, se ven obligados a tomar de palabra los deseos y reivindicaciones de las masas para desviarlas en apoyo a la falsa paz de los ricos y diluir sus peticiones en Mesas de Trabajo como lo han hecho durante todo el gobierno Santos; por el lado de los revolucionarios, de los verdaderos dirigentes obreros y populares, y de los luchadores consecuentes con la causa de los de abajo, está el desafío de persistir en el camino de la lucha y la defensa intransigente de las reivindicaciones populares, que les exige unir, organizar y generalizar la lucha de forma independiente del Estado, de los politiqueros y de los jefes traidores y vendeobreros.

Unir conscientemente en una sola Plataforma los intereses y reivindicaciones inmediatas de todos los trabajadores del campo y la ciudad; Plataforma en la cual se exprese que tales reivindicaciones solo será posible conquistarlas con el Paro Indefinido, con la Huelga Política de Masas, y donde se definan las formas de organización que le permitan a las masas el ejercicio de la democracia directa de abajo hacia arriba, corrigiendo los vicios del burocratismo e impidiendo que unos cuantos decidan por ellas y terminen traicionando o entregando la lucha.

Organizar también de abajo hacia arriba, porque un Paro Nacional Indefinido, una gran Huelga Política de Masas, exige la organización de Comités de Paro o de Lucha en cada empresa, barrio, vereda, centro educativo…, exige realizar Encuentros regionales y nacionales de Masas que unan a todos los sectores (obreros, campesinos, indígenas, desplazados, viviendistas, usuarios de la salud, maestros, estudiantes…) y resuelvan los puntos concretos del pliego de exigencias a conquistar, elijan a sus propios dirigentes y determinen las tareas de preparación del Paro y la fecha del mismo. Es decir, a la fuerza organizada de los explotadores representada en el Estado, el pueblo debe responder con su propia fuerza organizada. Esto es algo que los jefes de los partidos reformistas y de las centrales sindicales no promoverán porque están comprometidos con el gobierno en la defensa de la falsa paz y de las instituciones estatales que oprimen al pueblo.

Independiente además del Estado, de los politiqueros y de los jefes corruptos y traidores, porque el pueblo debe comprender que no existen salvadores supremos y su situación no cambiará con los debates inútiles en el establo parlamentario, ni confiando en los jefes que han traicionado la lucha y la han reducido a las tales Mesas de Trabajo que jamás han resuelto las exigencias del pueblo; independiente además del Estado y del Gobierno con su farsa de la paz que solo será la prolongación de la guerra contra el pueblo, con mayor persecución y criminalización de la protesta, cárcel y asesinato de dirigentes obreros, campesinos y populares. Es decir, el pueblo trabajador debe volver a confiar en la poderosa fuerza que le proporciona su unidad, su organización y su lucha que le permitirá destacar a sus verdaderos dirigentes, que representen realmente sus intereses.

Un paro de verdad que sea capaz de frenar la voracidad de los explotadores y los abusos del Gobierno exige ser preparado desde abajo para garantizar que no se produzcan mercancías (donde le duele al capital), para impedir el transporte, para romper el rutinario funcionamiento de la sociedad… y en eso no están interesados los agentes del enemigo en el seno del pueblo, porque una lucha así, no solo logrará conquistar las reivindicaciones inmediatas del pueblo, sino mostrarle el camino para acabar de raíz con las penurias a que lo han sometido las clases dominantes y el imperialismo. Ese es el mérito que tiene la Plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano que han propuesto los compañeros de los Comités de Lucha y constituye una firme base para avanzar.

Por esto es tarea de los luchadores consecuentes, de los revolucionarios conscientes y comprometidos con los intereses del pueblo, empeñarse en unir, organizar y generalizar la Huelga Política de Masas, el Paro Nacional Indefinido, para responder al infierno de la súper-explotación y a la arremetida antiobrera y antipopular del gobierno, desbrozando el camino para las nuevas batallas por abolir la explotación asalariada. No más “jornadas de protesta” encabezadas por los jefes traidores, a organizar la Huelga Política de Masas.

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