Una nueva guerra fronteriza en el Mundo

Una nueva guerra fronteriza en el Mundo 1

Esta vez es en el occidente del Sahara, allí desde el pasado viernes existen combates entre el frente Polisario y las fuerzas del Ejército Marroquí. El conflicto se desencadenó debido a que las fuerzas de la monarquía marroquí usaron la represión militar contra las protestas civiles que bloqueaban desde hace semanas una ruta comercial clave entre Marruecos y Mauritania.

Aunque Marruecos ejerce como fuerza invasora y opresora contra los pobladores Sahauries desde 1975 y ha recibido el amparo de los imperialistas franceses, dicha guerra hace parte de las guerras lanzadas en el mundo en defensa de los intereses imperialistas y las clases dominantes por un nuevo reposicionamiento y ajuste de cuentas. A pesar de que el frente Polisario tuvo su origen en el período de luchas de liberación nacional en los años 60 y 70 del siglo pasado, hoy no es ninguna fuerza que represente intereses populares debido a que su dirección está conducida – en el mejor de los casos – por la pequeña burguesía al servicio de las clases dominantes y los imperialistas o en la defensa de Acuerdos Internacionales que no resuelven nada.

Desde su fundación, el frente Polisario no ha demostrado ningún interés en desarrollar una guerra popular, como tampoco ha sido capaz de conducir una victoriosa y auténtica lucha de liberación nacional pese al empuje de las masas en la contienda, por el contrario, negoció en 1991 un acuerdo de rendición, hoy con las acciones de las masas en los bloqueos de las rutas comerciales que afectaron gravemente a la monarquía marroquí, se ve palpable que el frente Polisario es un instrumento inservible para el pueblo.

La confrontación bélica imperialista a lo largo del mundo, está siendo catalizada por la dura crisis económica mundial, cuya única salida es la guerra por un nuevo reparto de mercados, fuerza de trabajo, materias primas, zonas geoestratégicas y fronteras ya establecidas. Los conflictos fronterizos que han sacudido a varios países como la reciente guerra entre Armenia y Azerbaiyán, tuvo la actuación militar no solo de dichos países, sino además la confrontación indirecta entre Turquía y Rusia por el dominio del Cáucaso, resolviéndose temporalmente mediante la militarización de Armenia por fuerzas militares rusas, hecho que deparará en nuevos choques y guerras futuras, que son las escaramuzas hacia la futura Tercera Guerra Mundial. En el occidente del Sahara, los intereses de las potencias Europeas, con Francia a la cabeza, ayudan a acelerar los preparativos de guerra y a apretar aún más el dogal sobre los pueblos subyugados. Recientemente los Emiratos Árabes también han movido fichas mostrando interés por la región.

Por su parte el proletariado y las masas han venido luchando y mostrando su peso social a través de Huelgas Políticas de Masas, que por su envergadura, alcance y población comprometida sacude hoy a muchos países, tienen más peso, trastornando a todo el sistema en su conjunto, que todas las bombas lanzadas en los recientes conflictos o en la pasada guerra en Nagorno-Karabat, pese a que aún no son confrontaciones armadas. Tal ha sido el peso de las masas Sahauries con sus bloqueos de rutas comerciales exigiendo su independencia, las cuales ha afectado duramente a Marruecos de una forma como no lo ha hecho el frente Polisario. De ello se desprende la necesidad urgente de que el pueblo, bajo la dirección de un partido revolucionario, se arme e inicie su auténtica lucha de liberación nacional.

En las disputas interimperialista, no importa quien haya disparado la primera bala – al decir de Lenin-, lo importante es evitarlas a toda costa con la lucha popular y con guerras populares encaminadas a destronar a las bandidas y expoliadoras clases dominantes – único remedio para acabar con la inevitabilidad de las guerras de este sistema – y de no ser posible, transformarlas en el mismo curso de la confrontación en guerras civiles revolucionarias, practicando el derrotismo nacional por parte del proletariado de cada país comprometido en la guerra, es decir, que su país pierda la guerra injusta que lleva a cabo.

En el caso de la lucha en el occidente del Sahara, el proletariado no debe esperar a que el frente Polisario enmiende su camino y adelante una auténtica lucha de liberación nacional, por el contrario debe organizar sus propias fuerzas, crear su propio partido político guiado por la ciencia del marxismo, hoy marxismo leninismo maoísmo, y crear así su ejército popular, a fin no solo de liberarse de la tiranía Marrueca, sino de sus propias clases explotadoras.

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