Rechazar la intervención militar imperialista en Venezuela

Rechazar la intervención militar imperialista en Venezuela 1

Nuevamente somos testigos de una agudización en las relaciones entre los Estados Unidos y Venezuela. Aunque el gobierno del archirreaccionario Donald Trump no había reconocido la victoria electoral de Nicolás Maduro, ni la legitimidad de su gobierno, eso no había impedido a ambos gobiernos establecer ciertos acuerdos como la aprobación por parte del gobierno norteamericano de la licencia de explotación y comercialización de petróleo venezolano por parte de la multinacional estadounidense Chevron, que según se informa espera producir 200    000 barriles diarios; o la negociación para el intercambio de presos, iniciativa liderada por Marco Rubio, secretario de Estado de EE. UU., que buscaba liberar a 80 presos políticos y 11 ciudadanos estadounidenses de las cárceles venezolanas a cambio de que el país norteamericano liberase los cerca de 250 migrantes venezolanos que fueron expulsados de ese país y que se encuentran recluidos en El Salvador.

La relación entre ambos países volvió a agudizarse con el anuncio por parte del gobierno Trump de aumentar la cifra de la recompensa por Nicolás Maduro, que pasó de 25 a 50 millones de dólares. Fue en 2020 en el primer gobierno de Trump cuando se emitió orden de captura contra Maduro, acusado por los delitos de narcoterrorismo y conspiración para exportar cocaína hacia Estados Unidos, la recompensa que se ofreció en ese entonces era de 15 millones de dólares. Posteriormente, en el gobierno de Joe Biden, dicha cifra aumentó a 25 millones, y ahora con Trump adquiere los 50 millones, una recompensa mucho más grande incluso que la que se ofrecía por Osama Bin Laden.

Terry Cole, director de la DEA, acusa a Venezuela de ser un «Estado narco-terrorista» que mantiene relaciones con las disidencias de las FARC y el ELN para enviar cargamentos de droga desde Colombia y Venezuela hacia México, en donde los carteles mexicanos se encargarían de distribuirla en Estados Unidos. Además de enviar a integrantes del Tren de Aragua a delinquir en ese país. La fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, anunció que el aumento de la recompensa por Maduro se debe a que este «es uno de los mayores narcos del mundo y una amenaza a nuestra seguridad nacional». En el cartel de captura contra Maduro se indica que el presidente venezolano es el jefe del llamado «Cartel de los Soles».

Días después del aumento de la cifra por la captura de Nicolás Maduro, el gobierno norteamericano hizo un despliegue militar naval hacia el sur del mar Caribe, cerca de la costa venezolana, bajo la excusa de «combatir las drogas y el narcotráfico en la zona sur del Caribe». Fueron enviados tres buques destructores con misiles guiados: el USS Gravely, USS Jason Dunham y el USS Sampson, que estaban acompañados de submarinos nucleares, acorazados y aviones de espionaje P8 Poseidón, con 4000 marines abordo. Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, aseguró que Estados Unidos utilizará «todo su poder» para impedir el tráfico de drogas que salen de Venezuela, reafirmó que el gobierno de Maduro no es legítimo y que lo consideran como narcotraficante.

Hay que tener en cuenta que previamente, Trump había firmado en secreto una directiva dirigida al Pentágono que autorizaba la utilización de las fuerzas armadas contra los carteles de la droga, incluso les daba vía libre para operaciones en territorio, por lo cual no sorprende esa operación de despliegue militar.

La recompensa por Maduro y la acción militarista por parte de Estados Unidos generó diversas reacciones en el sur del continente americano; fue calificada por el canciller venezolano Yván Gil de ser una «cortina de humo ridícula» que busca una «desesperada distracción de sus propias miserias» (refiriéndose al escándalo por abuso sexual infantil por parte del fallecido multimillonario Jeffrey Epstein que salpica a Trump). Además, aseguró que las amenazas de Estados Unidos no solo ponen en riesgo a Venezuela, sino que «ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región».

Por su parte, Nicolás Maduro rechazó la tentativa intervencionista de Estados Unidos, en televisión nacional afirmó «que el mundo lo sepa, que lo sepan los imperios: Venezuela hoy más que nunca tiene con qué. Por eso estamos en paz y vamos a seguir en paz», luego agregó que Venezuela lleva «la fuerza de David contra Goliat». Igualmente, ordenó el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el país.

Por el lado de la derecha, los reaccionarios principalmente de Venezuela y Colombia, se frotaban las manos imaginando una invasión militar estadounidense que le pusiera fin al gobierno chavista. En cambio, desde los sectores de la izquierda se ha rechazado cualquier intento de invasión por parte de Estados Unidos. El presidente Gustavo Petro, durante la más reciente sesión del consejo de ministros, dijo que una invasión por parte de los Estados Unidos convertiría a Venezuela en otra Siria y que ello traería consecuencias directas en toda la región.

El gobierno reaccionario de Trump utiliza la excusa de la lucha contra el narcotráfico para justificar la invasión militar. Es entendible que varios trabajadores colombianos piensen que es necesario que Estados Unidos intervenga en Venezuela para derrocar al gobierno chavista pues han sido testigos de la crisis migratoria padecida por miles de trabajadores venezolanos, los cuales muchos viven en nuestro país. Pero en realidad eso no va a solucionar la situación del pueblo venezolano, el gobierno gringo no busca invadir Venezuela pensando en mejorar la situación de los venezolanos, sino que sus intenciones son establecer un régimen títere y al servicio de sus intereses. Sus contradicciones con el chavismo se deben a que es un gobierno que tiene relación y mayor afinidad con otros países imperialistas rivales como China y Rusia.

Venezuela no es un país socialista, el PSUV no es un partido revolucionario, el gobierno de Maduro ha tomado medidas anti obreras y ha sido represivo hacia otros sectores de la izquierda venezolana, a pesar de eso, los revolucionarios y trabajadores debemos rechazar tajantemente una invasión militar por parte de los Estados Unidos sobre Venezuela pues como ya mencionamos se trata de una agresión imperialista la cual generará, sin duda, una situación humanitaria grave no solo en Venezuela sino también en Colombia y otros países. Ante una invasión militar yankee sobre el vecino país nuestra la labor es manifestarnos en contra de ésta y llamar a los trabajadores estadounidenses a manifestarse contra su gobierno y su accionar militar.

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