La región de Palestina, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, tiene una larga historia de guerra e invasiones desde antes de ser ocupado por el imperio romano. Es una región considerada sagrada por musulmanes, judíos y católicos. Pero su historia y el conflicto de más 75 años en Palestina no puede explicarse por las versiones interesadas del sionismo o por las leyendas atribuidas a los dioses de los pueblos. No voy a referirme a toda la larga historia de confrontaciones que solo pueden explicarse por los intereses económicos y políticos de las clases dominantes, sino a ocuparnos de lo ocurrido con la expansión del capitalismo y más particularmente, con lo ocurrido en su fase superior, el imperialismo la causa más profunda de la actual confrontación.
Hasta principios del siglo pasado la región pertenecía al Imperio Otomano y estaba ocupada mayormente por los pueblos árabes y minoritariamente por el pueblo judío.
Como todos sabemos, el imperialismo como capitalismo agonizante es guerra y barbarie, de ahí que en la I Guerra Mundial, la primera guerra imperialista por un nuevo reparto del mundo, fue desintegrado el Imperio Otomano y por mandato de la ONU, los imperialistas británicos o Reino Unido fueron delegados para administrar el territorio, con relativa aceptación por parte de los pueblos árabes y judíos que habían recibido promesas por parte de aquellos bandidos.
El hecho es que las promesas de los imperialistas, como siempre, fueron incumplidas porque los británicos ya se habían dividido el Medio Oriente con Francia, su socio en el reparto del mundo.
Como era de esperarse los sionistas que reclamaban desde entonces un Estado para ellos fueron, atizados por los imperialistas para enfrentarse a los pueblos árabes que respondieron en igual medida. Era necesario justificar la dominación colonial de los imperialistas europeos en el Medio Oriente y los británicos jugaron el papel de gendarme.
Tras la II Guerra Mundial y el Holocausto (el asesinato en masa del pueblo judío por parte del fascismo), la presión por establecer un Estado judío aumentó y se acordó por parte de la ONU partir el territorio palestino entre judíos y palestinos bajo el control del Reino Unido.
Así se fundó el Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, desencadenando la intervención militar de Egipto, Jordania, Siria e Irak contra el naciente Estado, que contó con la ayuda e intervención militar del Reino Unido y Estados Unidos. Este fue el primer enfrentamiento abierto árabe-israelí y como producto de esta confrontación, el territorio inicialmente previsto por las Naciones Unidas para un Estado árabe se redujo a la mitad.
Para los palestinos, comenzó la Nakba, que traduce «destrucción» o «catástrofe»: el inicio de la tragedia donde más de 750.000 palestinos fueron expulsados por tropas judías o huyeron a los países vecinos.
Para los imperialistas, principalmente estadounidenses, significó plantar un bastión militar en una región de importancia geoestratégica, tanto económica como militar: el oro negro que sigue aun dominando el mundo, y punto estratégico para el movimiento de tropas y buques a través del Canal de Suez.
En 1956, se presentó una crisis justamente por el Canal de Suez cuando Egipto nacionalizó la compañía franco-británica Suez Canal Company, donde Israel es mandado por Francia e Inglaterra a intervenir militarmente, pero no se presenta una confrontación por la presión internacional, especialmente ejercida por el campo socialista y la movilización de los pueblos del mundo contra Israel, Francia e Inglaterra.
En 1967 se presentó la llamada Guerra de los Seis Días ocurrida entre el 5 el 10 de junio, cuando nuevamente Israel como perro de presa de los imperialistas comandados por Estados Unidos y el apoyo de Reino Unido y Francia lanza una ofensiva que dejó en manos de Israel la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) a Jordania y los Altos del Golán a Siria. Medio millón de palestinos fueron expulsados de sus territorios.
En 1973 se presentó otra confrontación llamada Yom Kipur, cuando Egipto y Siria se unieron y se enfrentaron contra Israel permitiéndole a Egipto recuperar el Sinaí, pero no la franja de Gaza.
Sobre las negociaciones de Paz
Los imperialistas solo hablan de los ataques terroristas, condenando las acciones de varios de los grupos que han surgido en Palestina. En particular las llevadas a cabo por la OLP desde Jordania y Líbano.
Poco antes de la guerra de 1967, organizaciones palestinas como Fatah —liderada por Yasser Arafat— conformaron la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y lanzaron operaciones contra Israel, como también realizaron otro tipo de atentados contra objetivos israelíes en territorio europeo, incluidos, embajadas e incluso a atletas.
Tras años de atentados palestinos y asesinatos selectivos de las fuerzas de seguridad israelíes, la OLP e Israel firmaron en 1993 los acuerdos de paz de Oslo, en los que la OLP, dirigida por Yaser Arafat renunció a «la violencia y el terrorismo» y reconoció el «derecho» de Israel «a existir en paz y seguridad», un reconocimiento que la organización islámica palestina Hamas no aceptó.
Tras los acuerdos firmados en la capital noruega, fue creada la Autoridad Nacional Palestina, que representa a los palestinos ante los foros internacionales. Su presidente es elegido por voto directo y él a su vez escoge un primer ministro y a los miembros de su gabinete. Sus autoridades civiles y de seguridad controlan áreas urbanas (Área A según Oslo en la Franja de Gaza), mientras que solo sus representantes civiles —y no de seguridad— controlan áreas rurales (Área B donde tienen asentamientos los sionistas en Cisjordania). Es decir, no se creó un Estado Palestino, apenas una Autoridad, incluso desarmada en las zonas rurales.
En el año 2000 en Campo David, Estados Unidos, durante el gobierno de Bill Clinton, nuevamente tuvieron negociaciones que no llegaron a ningún acuerdo entre Arafat y el entonces primer ministro israelí, Ehud Barak.
Los palestinos han demandado que su futuro Estado se conforme de acuerdo a los límites previos al 4 de junio de 1967, antes del comienzo de la Guerra de los Seis Días, algo que Israel rechaza.
Los asentamientos sionistas son viviendas ilegales según el derecho internacional, construidas por el gobierno israelí en los territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967. En Cisjordania y Jerusalén Oriental hay más de medio millón de colonos judíos.
En la actualidad existen alrededor de 10 millones de palestinos en calidad de refugiados y la Autoridad Palestina reclama su derecho a regresar a su territorio, pero Israel se niega a aceptarlo.
Además de eso, el Estado sionista ha llevado a cabo el Apartheid, algo condenado por las propia ONU también.
Aun así, el Estado sionista cuenta con el apoyo de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, y los distintos estados mantienen una posición hipócrita y de complacencia aceptando relaciones con el Estado sionistas y el régimen fascistoide que gobierna Israel.
José N.