El año 2020 arranca con la huelga más grande en la historia. Esta vez fueron 250 millones de trabajadores que paralizaron todo el país el pasado 8 y 9 de enero en el segundo país más poblado del mundo y la sexta economía más poderosa; se cerraron hospitales, aeropuertos, fábricas, gran parte del transporte, asimismo los trabajadores del sistema bancario pararon y paralizaron los bancos, además del sector minero, especialmente del carbón, pararon también los obreros “informales”, que conformaron un grueso considerable del movimiento huelguístico; igualmente, los campesinos se vincularon a la huelga y las escuelas hicieron lo propio cerrando sus puertas… ¡todo el sistema reaccionario hindú, debió contar los días sombríos y contener el aliento!
Las razones de la poderosa huelga son casi idénticas a las que sacuden a muchos países hoy: contra el paquete de reformas y políticas antiobreras y antipopulares impulsadas por los gobiernos de turno para descargar la crisis mundial del sistema sobre las espaldas de los trabajadores. Las consignas del movimiento son eminentemente obreras y van por rechazar y derogar las reformas pensional y laboral, contra el desempleo, la informalidad y tercerización laboral, por aumentar el salario mínimo, y de igual forma frenar toda la política de privatizaciones de empresas estatales y la venta de la salud pública al capital privado, frenar la venta de los recursos naturales y evitar la creciente deuda pública al parasitario capital financiero.
La Gran Huelga o “Bharat Bandh”, fue convocada por lo menos por 10 grandes sindicatos, que rápidamente jalonaron a los trabajadores informales, campesinos y estudiantes. Las mujeres ocuparon un lugar destacado en el movimiento; denunciaron allí no solo la brutal explotación patronal sino que exigieron igualar sus salarios con los de los hombres, además rechazaron el descarado machismo que se practica en la sociedad. Las masas bloquearon las principales carreteras y ferrocarriles con neumáticos quemados y se produjeron enfrentamientos con la policía; los informes dicen que hay más de 150 trabajadores detenidos y que en algunos lugares la policía hizo disparos al aire, además de lanzar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
La huelga más grande en la historia es un magnífico indicio de que este año será para la lucha de clases un año convulsionado y sacudido por la marea popular, y que la gran contradicción hoy en el mundo y la principal, entre el capital y el trabajo, lejos de apaciguarse, tomará proporciones explosivas. Muy esperanzador y prometedor para el elemento consciente resulta este movimiento porque sabe que en el proletariado encontrará los brazos que sepultarán al sistema moribundo. Es de igual forma inevitable que las llamas de la rebeldía popular se propaguen por muchos más países. Para los comunistas y la clase obrera en Colombia, es incentivo para avanzar en la lucha contra el régimen criminal. Y para el proletariado y los pueblos del mundo, es la debacle y la lenta muerte del sistema capitalista mundial.
Nunca en la historia humana se habían movilizado tantos individuos con un grito y exigencia común, el único referente en el pasado fueron las enormes movilizaciones que se desataron en la Gran Revolución Cultural Proletaria en China; en las décadas del 60 y 70 del siglo pasado, para evitar la restauración del capitalismo, cuya arquitecta e ingeniera fue la línea proletaria del Partido Comunista de China, liderada por Mao Tse-tung.
Hoy lo de la India, es un hecho demoledor y un mentís a los intelectualoides que proclamaron a todos los vientos la muerte del proletariado como clase social, que pronosticaron su desaparición y la pérdida de su oportunidad histórica para dirigir la sociedad y gobernarla bajo la dictadura del proletariado; argumentos hoy refinados por el revisionismo avakianista. Los proletarios, muy lejos de desaparecer muestran su fuerza. Allí están, en la India, en Hong Kong, en Chile, en Colombia, en Francia y muchas otras partes del mundo, levantando la cabeza y exigiendo al capital, por el momento, mejores condiciones de vida.
En la India desde mediados de los años 60 se desarrolló un fuerte proceso de Guerra Popular Prolongada y que hoy es dirigida por el Partido Comunista de la India (maoísta); una revolución que agrupa a decenas de millones de personas, en especial a tribus indígenas, en remotas zonas rurales que han sido liberadas y controladas ahora por gobiernos populares defendidos por las masas armadas y su Ejército Guerrillero Popular de Liberación.
El proceso de la India es considerado como la esperanza de los oprimidos en el mundo, ahora con la Gran Huelga, los auténticos revolucionarios en la india y el PCI(m), deben encontrar en esa colosal fuerza proletaria los puños para revolucionar la sociedad entera.