Francia: una huelga política obligó al gobierno de Macron a recular

Francia: una huelga política obligó al gobierno de Macron a recular 1

Un artículo del 30 de noviembre en prensa digital tituló: “Protestas en Francia: Macron vs. El poder en la calle”. Y es literal lo que se está viviendo por estos días en el país de la ciudad de las luces. Un directo enfrentamiento entre las decisiones autoritarias y represivas del gobierno y el encubrimiento de la asesina policía y la repulsa del pueblo francés que salió a la calle para oponerse de manera vehemente y decidida; cerca de medio millón de personas en las calles se hicieron sentir.

Y lo mejor de todo, el pulso lo ganó la calle. El pueblo movilizado, con la fuerza de la clase obrera que encabezó las manifestaciones, obligó con su poder al arrogante Macron y su séquito de reaccionarios, a echar atrás la “nueva ley de seguridad” con la que pretendían darle protección a las fuerzas represivas para actuar a sus anchas en su misión de golpear, reprimir y asesinar a los manifestantes. La pretendida ley contenía temas como la prohibición de publicar imágenes donde se identificara a miembros de la fuerza pública, arguyendo que con ello se vulneraban los derechos y se causaban daños físicos y psicológicos a la policía.

Los ánimos se caldearon la última semana, pues al mismo tiempo que el gobierno se afanaba por “proteger” a sus asesinos, estos miserables la emprendieron contra un artista negro, a quien le propinaron una brutal golpiza; en un artículo publicado en La Cause du Peuple, de los camaradas del Partido Comunista maoísta de Francia se decía: “Es sábado 21 de noviembre y Michel, un hombre negro, productor musical, se dirige a su estudio en el distrito 17 de París cuando se cruza con la policía. Sin la máscara, se dirige rápidamente al estudio para evitar la multa de 135 €. Michel aún no lo sabe, pero sufrirá un linchamiento ultraviolento durante veinte minutos por parte de diez policías”.

Las grabaciones de una cámara de seguridad del lugar junto con las de los vecinos, fueron contundentes para poner en evidencia a los perros asesinos de la policía, quienes además de lincharlo, acusaron a Michel de amenazarlos y agredirlos. Fueron las grabaciones y los testimonios, los que dejaron las cosas en claro.

Y mucho más claro queda el carácter represivo, asesino y protector de la fuerza pública del gobierno de Macron, a quien muchos han pretendido hacer ver como un gobierno de “centro” y hasta de “izquierda”. El Estado capitalista no tiene “izquierdas”. El capitalismo imperialista es un decrepito e inservible sistema que no puede ser progresista, es reacción en toda la línea, y ningún politiquero puede cambiar esa esencia.

El pueblo francés ha vuelto a las calles, y como era de esperarse, lo ha hecho pisando fuerte, dejando muy claro que no se doblegará, ni por la bota militar, ni por el manejo criminal que los gobiernos le están dando a la pandemia, con su pretendido plan de aislar a las masas para la lucha, mientras la siguen moliendo en la brutal fábrica de la explotación asalariada.

El gobierno encabezado por el reaccionario de Macron, al igual que en todos los países, ha trazado una política, no contra uno u otro sector de los trabajadores, sino contra el conjunto de las masas, es un plan de medidas para favorecer a las clases reaccionarias, descargando sobre los trabajadores el peso de la crisis del sistema, un plan que ahora contempla un paquete amoldado a las condiciones que les ha dado la pandemia, y que están decididos a aplicar a como dé lugar.

Pero de parte del pueblo francés la respuesta no ha sido de menor envergadura, se ha lanzado nuevamente a las calles a enfrentar, no como sectores aislados, sino como una gran fuerza social a un enemigo común, al Estado, y más específicamente al gobierno de turno con la fuerza de una huelga política.

Qué tanto sirva esta nueva batalla para el avance de la revolución, dependerá de la capacidad de los revolucionarios, y sobre todo de los auténticos comunistas, para elevar la consciencia de las masas, y sobre todo de sus dirigentes, en que las medidas económicas, sociales y represivas continuarán así no siga gobernando Macron; por tanto se debe fortalecer la organización política que se proponga organizar y dirigir a las masas para destruir el Estado burgués imperialista francés con la Guerra Popular.

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