Desde el domingo 11 de julio, todas las cadenas noticiosas del mundo y las redes sociales realizaron un abundante despliegue informativo sobre Cuba, la isla de la revolución. Grandes titulares anunciaron enormes manifestaciones en la isla; a las que caracterizaron como las mayores protestas contra el gobierno en más de 60 años desde que se instauró el encabezado por Fidel Castro. Los motivos iniciales informados fueron: la crisis sanitaria producida por la pandemia de la Covid-19, la escasez de medicinas, de servicios y de alimentos de primera necesidad.
Lo que ha llamado la atención, es la evidente desproporción malintencionada atribuida a las manifestaciones, y no porque no sea legítimo que el pueblo proteste y exija mejores condiciones, sino porque ha sido evidente la manipulación de los medios y las redes para crear en pocos días una opinión pública en contra del gobierno cubano, y de exacerbar y exagerar lo que está pasando allí, todo con un fin político y no precisamente humanitario y de sincera ayuda al pueblo cubano. No hay duda, los imperialistas estadounidenses son responsables directos de esta campaña mediática, para justificar una posible intervención directa, o de no poderlo hacer, para profundizar las contradicciones internas en la isla y tener una mayor capacidad de maniobra a través de sus aliados opositores al gobierno cubano.
La campaña mediática fue muy bien planeada; en pocos días y desde muchos perfiles se generaron contenidos buscando generar un caos a manera de una enorme crisis sanitaria y de hambre. Julián Macías, en entrevista concedida a Telesurtv expresó que «del 5 al 8 de julio hay unos 5.000 o 6.000 tuits; el día 9 hay unos 100.000 tuits; el día 10 hay 500.000 tuits y el 11 explotan los mensajes sobre Cuba». Las redes y las cadenas noticiosas, cierran sus ojos ante la dramática situación del pueblo en Colombia que todos los días pone muertos a manos del régimen, o de lo que está padeciendo el pueblo en Brasil, la India y muchas otras partes del planeta. Su supuesta preocupación por lo que pasa en Cuba, es clara y descaradamente una maniobra política para beneficiar al gran capital yanqui.
Protestas sí hubo en Cuba, y seguirán existiendo ya que las condiciones en que vive la mayoría de la población en la isla no se corresponden con lo que merece cualquier pueblo en el mundo. Allí hay hambre, desempleo, inequidad, falta de acceso a la educación, y muchas otras necesidades insatisfechas, como la mayoría de países del mundo. Allí, la pandemia del coronavirus ha incrementado los problemas generales, y sobre todo los del pueblo, quien es mayormente victimizado en esta aparente noche sin fin de la Covid-19, como en efecto sucede en todas partes. Cuba es un país sometido, dominado, encerrado por las fuerzas imperialistas, sobre todo de Estados Unidos, pero en contubernio con los demás, y en fuerte alianza con las clases reaccionarias cubanas que jamás han desaparecido del escenario de la sociedad.
Es decir, la isla de Cuba, también está atada a la cadena mundial del capitalismo imperialista; toda su vida económica, social y política está inmersa y depende directamente del resto de la economía; pues al fin de cuentas, y el problema principal en Cuba, es que nunca logró dar el salto cualitativo que lo llevara a transitar por el auténtico camino de la construcción del socialismo, y ese “pecado”, le ha costado su dependencia desde siempre, del resto de la economía mundial. Al comienzo de la revolución, dependencia del socialimperialismo ruso, pues ya para la época había sido tomado el poder por la nueva burguesía en la Unión Soviética, quien adoptó a Cuba como su principal base anti-yaqui en América. Y luego, cuando se redujo el “apoyo” de los rusos, reabriendo toda su economía al mercado de la explotación capitalista al tal punto que hoy, la principal fuente de ingresos es el turismo e importa más del 70% de los alimentos que consume el pueblo cubano. Así las cosas, Cuba nunca fue capaz de poner en práctica la independencia económica, una de las bases decisivas para contrarrestar el bloqueo de sus enemigos y contradictores.
Un valioso trabajo sobre la realidad cubana fue realizado por el periódico Revolución Obrera y publicado en el 2016 en el folleto Cuba: El Socialismo Ficción y el Capitalismo Verdadero¸ donde se expone «lo que fue el proceso cubano [que], no sólo permite darle el verdadero valor que tuvo como proceso revolucionario que se enfrentó al imperialismo; sino, sobre todo, comprender el por qué de lo que hoy se está viviendo en la isla». Y qué mejor ocasión que la de ahora para conocerla o reestudiarla, y comprender más a fondo lo que ha sido la rica experiencia del camino recorrido por nuestros hermanos cubanos.
Oponernos hoy con vehemencia a las maniobras de los reaccionarios e imperialistas que hoy pretenden retomar a Cuba como su semicolonia es una tarea de los revolucionarios y todos los progresistas, y hacer un análisis materialista de lo que ha pasado allí para mejorar en el futuro, es sin duda la mejor manera de darle continuidad a ese sueño tan anhelado de construir en medio del mar Caribe, una verdadera patria socialista en la hermosa Cuba.