Ayer, diferentes grupos y colectivos de jóvenes rebeldes, conmemoraron el inicio del gran Paro Nacional que estalló el 28 de abril. En las calles, con consignas, bloqueos y pancartas, en distintas ciudades del país los muchachos salieron a recordarle al régimen de la mafia que el fuego de la lucha sigue vivo, que siguen en rebeldía contra un puñado de mafiosos, despojadores y masacradores uribistas, que la burguesía y los terratenientes nombraron para que administren sus negocios desde el gobierno.
En Bucaramanga, se evidenciaron varios abusos policiales en contra de los manifestantes. Agentes del ESMAD perfilaron a defensores de Derechos Humanos que hicieron presencia en las protestas, mediante grabaciones ilegales, toma de fotos a los carnés y demás, con el fin de realizar seguimientos y estigmatizar la labor que cumplen los defensores. En el Parque de los Niños, la policía agredió físicamente a los defensores y la prensa independiente que grabó los abusos que se estaban cometiendo contra los jóvenes que estaban protestando, a uno de ellos le rompieron su cámara Go-pro que tenía sujetada al casco que le protegía la cabeza. La policía se robó los instrumentos musicales de un grupo de estudiantes que se encontraban cerca de la Universidad Industrial de Santander, después de golpearlos. El alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, es el responsable de enviar una cantidad desproporcional de agentes policiales a descargar su odio contra los jóvenes del pueblo, pues es él quien ordena en dicha ciudad que se ejecuten las políticas de terror estatal ideadas por las clases dominantes de dicha región del país.
En Bogotá, un día antes, el 27 de octubre, fueron detenidos los comunicadores independientes Jonathan Cortés y Karo Cepeda del medio Z11Suba y dos personas más, cerca de su sitio de vivienda, con acusaciones infundadas y mal intencionadas. La alcaldesa “alternativa” Claudia López, envió al ESMAD a reprimir con violencia extrema las manifestaciones que se dieron en las localidades de Usme, Suba y Kennedy el 28 de octubre. En el Portal Américas, la policía lanzó gases lacrimógenos hacia la prensa independiente y los conjuntos residenciales, afectando la salud de los vecinos que no estaban involucrados en las confrontaciones. También apagaron una olla comunitaria en Bosa Chicalá con la que se alimentaban varios jóvenes que no tienen recursos para comer, mientras las “ollas” o expendederos de droga siguen siendo una fuente de recursos para los patrulleros en todos los barrios de la ciudad.
En Usme, en el Puente de la Dignidad, el 27 de octubre fue destruida una huerta comunitaria, razón por la cual al día siguiente se reunieron jóvenes de la localidad para restaurarla; sin embargo, el ESMAD disparó indiscriminadamente gases lacrimógenos y aturdidoras contra el cuerpo de los mismos, resultando impactado en la cabeza un joven que sufrió trauma craneoencefálico y que fue llevado al Hospital de Meissen donde se debate entre la vida y la muerte, además de otro joven impactado en un ojo. En todos los puntos, fue evidente el accionar desproporcionado de la policía que disparó directamente contra la humanidad de defensores de Derechos Humanos, prensa independiente y manifestantes, como quedó documentado en varios videos.
En Cali, si bien no estrictamente conmemorando el paro, marcharon los trabajadores de la 14 denunciando a la patronal por el despido masivo y el no pago de sus acreencias laborales, los carretilleros de oficio estuvieron concentrados en el CAM desde el 27, pues la Alcaldía los ha timado y no les ha resuelto su situación de sustento; allí fueron acompañados por la juventud luchadora.
¡No perdonamos, no olvidamos! El pueblo no olvida a sus muertos, desaparecidos, mutilados y detenidos por este régimen de la muerte comandado por el capo mafioso Álvaro Uribe Vélez, además los problemas del pueblo no han sido resueltos, por eso continúa en las calles luchando en diferentes partes del país.
En este periodo de rebalse, los jóvenes se están reorganizando en caliente, es decir, las confrontaciones directas continúan, las calles siguen siendo escenario de combativas luchas y de aprendizaje colectivo, que es de gran importancia para los futuros, masivos y contundentes enfrentamientos que se librarán entre las masas populares y las fuerzas enemigas representantes del Estado de los ricos y del régimen de la muerte que hoy gobierna en Colombia. A pesar de los cantos de sirena de los reformistas -Pacto, Coalición y demás- que buscan adormecer la lucha popular y las energías revolucionarias en las urnas, un amplio sector del pueblo no cae en la trampa del electorerismo que alarga la agonía del capitalismo, mientras se lleva consigo la vida de cientos de personas agobiadas por el hambre, el desempleo, enfermedades curables, el terrorismo de Estado, entre otros males propios del capitalismo.
¡A las calles a combatir contra el régimen de la mafia! Así se forja la unidad de un amplio sector antiuribista que desea tumbar al cartel que hoy está en el poder estatal. En estos tiempos es de gran importancia aprender de los luchadores y elevar la consciencia de las masas al nivel del Socialismo científico, única esperanza que tienen los pueblos del mundo para zafarse del dominio de las clases explotadoras y opresoras.
En medio de las luchas que libran las masas por no dejarse morir de hambre, se crean condiciones magníficas para construir el Partido político del proletariado, dispositivo estratégico necesario para que triunfe la Revolución en Colombia, pues sin esta organización, por más luchas y muertos que el pueblo ponga, bastará con que la burguesía y los terratenientes nombren otro títere para que la dictadura de los ricos se siga imponiendo sobre las masas trabajadoras.
Construir el Partido como parte de la Nueva Internacional Comunista, es el llamado urgente que hacemos desde este Portal Digital, pues los obreros, campesinos, jóvenes luchadores deben proponerse seriamente organizarse políticamente en la Unión Obrera Comuinista (mlm) y aportar con su trabajo desinteresado a esta noble causa, que es la causa del proletariado revolucionario a nivel mundial.