A las once de la mañana los burócratas de la Central Sindical de Trabajadores (CUT) por enésima vez desoyeron la solicitud del proletariado industrial de Acopi Yumbo y nuevamente prefirieron sus marchas a quedarse apostados allí, paralizando uno de los principales polos industriales y empresariales de Colombia, donde están instaladas grandes empresas de importancia para la burguesía nacional e internacional (de países como EE. UU., Reino Unido, México, Irlanda, Ecuador, Venezuela, Italia, Guatemala, Brasil y Austria); un lugar que económicamente representa el 34 % de las exportaciones del Valle del Cauca (según cifras de la Cámara de Comercio en el 2013).
Pero, «aunque la central sindical como siempre nos dejó tirados», el proletariado industrial concurrente, representado por los compañeros agremiados en sindicatos como Sintrapub, Sintracarcol, Sintrametal; la Asociación de Camioneros Unidos y los habitantes de los barrios aledaños a la zona industrial ratificaron su decisión de parar la producción de ese sector y continuaron con el bloqueo, en medio de barricadas que desde la madrugada habían sido instaladas con ramas secas de árboles, bloques de cemento, maletines viales plásticos, tejas de eternit, estibas de madera; y allí, tras un lazo que iba de lado a lado de la carretera y del que colgaban sus pancartas sindicales y un gran letrero de «Paro Nacional» bullía la lucha, la indignación no solo contra un Estado corrupto, opresor y explotador, sino contra unas centrales sindicales que le dan la espalda al proletariado, para ser sustentáculo de la burguesía dentro del movimiento obrero.
A las once de la mañana los burócratas de la Central Sindical de Trabajadores (CUT), sin ninguna vergüenza, les decían a los obreros industriales que se habían citado a las dos de la madrugada a bloquear la zona industrial, que el bloqueo no iba y que lo que iba era la marcha.
Pero Sintrapub es una organización sindical no afiliada a la CUT, dado que la considera parte de los Gobiernos para atacar a los trabajadores; ellos están afiliados a la federación sindical Funtramiexco y, como federación regional suroccidente, tomaron una decisión: «Nosotros no vamos a marchar, nosotros vamos a bloquear; y eso es lo que estamos haciendo aquí. Estamos en representación de unas organizaciones sindicales como lo es Sintraime, Sintrapub, Sintracarcol… Lo que hacemos es defender nuestros derechos, a raíz de la violación que hacen los grupos empresariales quienes viene atropellando, generando una reducción y una desmejora de los puestos de trabajo. Cuando se desmejoran los puestos de trabajo nosotros nos vemos abocados a tirarnos a las calles, a asistir a las marchas y, sobre todo, a los bloqueos; porque las marchas no es lo que más nos conviene, nos convienen son los bloqueos porque si bloqueamos las empresas no hay generación de plusvalía y eso es lo que más les duele. Si no vamos a dar plusvalía, entonces, las empresas van a empezar a dar alaridos al Gobierno y eso es lo que necesitamos. La invitación es a que sigamos viniendo a estos plantones en Sameco y en las principales entradas de los centros de producción».
Estos obreros combativos, clasistas y no burócratas aprovecharon que el proletariado industrial y sus organizaciones sindicales son muy organizadas para bloquear las diferentes entradas de la ciudad de Yumbo. «Desde las dos de la mañana bloqueamos las diferentes entradas a la ciudad de Yumbo y después pasamos a Sameco; aquí en Sameco bloqueamos desde las 5:15 de la mañana. Nos demoramos mucho en pasar a Sameco porque las empresas hicieron cambios en los turnos y les pusieron taxis».
Bloquear las entradas en Yumbo fue lo que dio resultado. El bloqueo fue tan bueno que Cartón de Colombia tuvo bloqueada toda la producción y eso es un dolor de cabeza para esa organización.
«Así las cosas, la tarea a futuro es que debemos llamar a más organizaciones sindicales y poder concentrarnos en Sameco y en las diferentes entradas donde generamos la plusvalía. El balance es para mí de un gran éxito, aunque la central nos haya dado la espalda, pudimos seguir con esto. El llamado es a las organizaciones sindicales para que se unan y que podamos seguir en estos plantones, mostrando nuestra postura combativa para realmente defender nuestros derechos».
Como organización obrera, la decisión de si, en medio de una pandemia se participaba o no de un bloqueo [se tomó de forma democrática: «Al interior de la directiva sindical de Sintracarcol hicimos una consulta interna y lanzamos una convocatoria a los afiliados, y fue acogida en gran manera y aquí estamos presentes, gracias a eso. Quedamos en que los compañeros que salían de trasnocho nos acompañarían aquí en Sameco a los directivos que estamos con el permiso, igual que a los que salieran de las dos de la tarde, pero como hubo bloqueo desde tan temprano, la gente que iba a trabajar no pudo entrar y, entonces, se devolvieron a los puntos de bloqueo como lo teníamos pactado. Esa fue, más o menos, la dinámica de la jornada de hoy».
Así relata cómo fue la organización de la jornada: «Se filtró la información de que las empresas habían cambiado horarios para que se pudiera producir, entonces, los promotores lo que empezaron a hacer es que se bloqueará desde más temprano, lo que generó que la gente no pudiera llegar las plantas, por ese motivo, la gente que viajaba en las rutas temprano en la mañana se bajaron y se devolvieron, y nos pudieron acompañar en la jornada en la que estamos en este momento».
Haciendo un balance de los aciertos y los desaciertos de la jornada los compañeros manifiestan: «Hubo acierto en la convocatoria que fue masiva. Pero venimos viendo con gran preocupación cómo las cabezas de las centrales obreras, que son las que en sí deberían dirigirnos, reducen la fuerza de la congregación que teníamos aquí en horas de la mañana, se la llevan; a mí me parece que en una especie de sabotaje a lo que estamos haciendo aquí. Porque no es la primera vez que pasa, es su modus operandi, el 21N hicieron lo mismo: diezmaron la fuerza. Aun cuando sabemos que sí talla mucho en una ciudad que haya marcha, a los empresarios lo que les talla es que tengan que apagar sus máquinas. Como lo que realmente les duele es que les tengamos paradas las máquinas de la industria, entonces, nosotros estamos tratando de sostener esto un tiempo más, pero las centrales obreras siempre nos hacen lo mismo, es lo que consideramos como error, lo que deberíamos de conseguir son unas formas diferentes de participar y de sostener el paro, porque nosotros en sí hacemos presión, pero hacen más presión los empresarios cuando comienzan a hablarle al Gobierno y hacerle exigencias de que retire la reforma y arregle con la gente, pero ellos hacen mucha más presión cuando tiene las maquinarias paradas».
«El llamado es a que tenemos que concientizarnos de qué es lo que realmente presiona. Las marchas, digamos entre comillas, es muy fácil de resolver, porque mandan a la fuerza pública: gases, bombas de aturdimiento y mucha gente le da miedo enfrentar a la fuerza pública. Es normal, nosotros no estamos armados de ninguna forma y todo lo de nosotros es pacífico, pero ellos dispersan la marcha, la masa se dispersa; por eso tenemos que concientizar a la gente de que lo que realmente funciona es hacer el bloqueo, es hacer el paro, eso es lo que les duele a los dueños del país, que paremos sus maquinarias, la plusvalía es lo que realmente le duele. Ahí es donde tenemos que hacer conciencia, educación desde la parte sindical, con nuestras bases, explicarles porqué es más efectivo hacer un paro que hacer una marcha. Una marcha se disuelve, pero un paro indefinido puede remover realmente las fibras del país desde la base y ahí podemos nosotros medir el aceite del Gobierno para ver cómo estamos y así logramos eso».
La nueva jornada de paro de este 28 de abril nos deja importantes lecciones para la lucha: se destaca especialmente el papel del proletariado industrial cuando los obreros entienden su importante papel en la línea de producción de riqueza y toman el camino de la independencia política y la lucha directa para distanciarse de las practicas burocráticas y entreguistas de los dirigentes de las centrales.