Pese a que el evidente acto sexual abusivo fue registrado, el lunes 24 de mayo, la Fiscalía General de la Nación descartó el abuso sexual de Alison Meléndez en la URI de Popayán; apenas está «examinado» y según las «evidencias» recogidas este delito no fue cometido contra la joven.
Lo que pretende el Estado colombiano es que la muerte de Alison, así como las de miles de mujeres en Colombia, queden impunes; demostrando una vez más que la igualdad y la protección que ofrecen para las mujeres es una farsa. Cuan hipócrita es su propaganda «Línea 155, una llamada puede marcar la diferencia», que farisea su intención: «En su firme propósito de continuar trabajando para garantizar a las mujeres una vida libre de violencias y en el marco de la celebración del Día de la NO Violencia contra la Mujer, el Gobierno Nacional a través de la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer con el apoyo de la Policía Nacional, pone en operación hoy en todo el país la Línea 155».
Iván Duque, con su cara de solapado y de yo no fui, da la orden de matar, desaparecer y violar, mientras se hace la víctima, pues cuenta con el apoyo del poder jurídico, que es cómplice e igual de culpable de los crímenes cometidos por el Estado, pues su deber es proteger la institucionalidad, sacar en limpio a los verdugos del pueblo y esconder con «profundas investigaciones» los crímenes de Estado.
Qué se puede esperar de una institución como la Fiscalía General de la Nación, con un fiscal nombrado a dedo por Duque, que no se pronuncia frente a las desapariciones en el marco del Paro Nacional, que revictimiza a las mujeres y, ahora en menos de 15 días, presenta resultados de una supuesta investigación, cuando miles de violaciones y feminicidios quedan impunes por su desinterés, incapacidad e inoperancia.
No creemos en el falso veredicto de la Fiscalía, le creemos a Alison cuando dice «Me bajaron el pantalón y me manosearon hasta el alma». Nos identificamos con el dolor que ella sintió y que la llevó a la decisión lamentable de acabar con su vida; por todas las Alison vale la pena incendiarlo todo.
No vamos a permitir que nos sigan manoseando, torturando, desapareciendo o asesinando. Al Estado y a la burguesía le duelen sus CAI, sus almacenes de cadena, sus grandes monumentos; al pueblo nos duelen nuestros muertos, por eso el paro no parará hasta que paguen los violadores y asesinos, hasta que aparezcan los desaparecidos, hasta que se solucionen las exigencias del pueblo, porque ¡SI TOCAN A UNA, RESPONDEMOS TODOS!
Ante sus crímenes de Estado, el pueblo responde con lucha directa y cada vez más organizada; cada segundo queda demostrada la putrefacción de este sistema, la inestabilidad política y lo inservible del podrido Estado burgués.