Para el 31 de agosto, con un discurso que aparenta ser un reconocimiento a las luchas de nuestros hermanos y hermanas afrodescendientes —a quienes el capitalismo ha explotado, marginado y oprimido por siglos— nos convocan al Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, designado por la ONU en 2020, buscando visibilizar las desigualdades y luchar contra el racismo estructural. ¡Pero no nos engañemos!
El imperialismo no nos regala nada. Este «día conmemorativo» no es más que otro intento del capitalismo imperialista por lavar su imagen; mientras la ONU habla de derechos, las balas de la policía siguen perforando los cuerpos de nuestros hermanos afrodescendientes en Estados Unidos, en Colombia y en el mundo entero. Recordemos que en el mismo 2020, año en que la ONU creó esta celebración, Estados Unidos ardía en llamas por la indignación popular tras el brutal asesinato de George Floyd. Ese año, miles de afrodescendientes alzaron sus puños en las calles, desafiando a la policía, desafiando al sistema capitalista, desafiando al imperialismo que los ha mantenido en las cadenas del racismo y la explotación durante generaciones.
En Colombia el racismo estructural sigue desangrando a los pueblos negros, lo vemos una y otra vez en barrios como El Vallado en Cali. Apenas este mes, un joven afrodescendiente fue víctima del odio racial de un policía que, sin ninguna vergüenza, le dijo: «Nosotros no confiamos en los negros». Este hecho no es aislado, ni se trata del racismo de una manzana podrida dentro de la institución —como acostumbran a hacerlo ver—, es un reflejo del Estado capitalista que explota, oprime y discrimina.
Las cifras de la Fiscalía General de la Nación lo confirman: entre 2020 y noviembre de 2022 se registraron 2006 casos de delitos relacionados con discriminación racial. A lo que se le suma que el capitalismo imperialista ha profundizado la pobreza en Chocó, en Valle del Cauca, en Bolívar, donde miles de proletarios y campesinos afrodescendientes viven en condiciones de miseria.
Además, en la guerra reaccionaria que ha azotado a nuestro país durante más de siete décadas, los pueblos negros han sido aplastados con especial saña. El 38,38 % de las víctimas del conflicto armado (1.144.486 personas, según cifras de entidades del Estado burgués) son afrodescendientes. Millones de nuestros hermanos y hermanas han sufrido bajo las botas del capital, de la violencia reaccionaria y del racismo. Recordemos las masacres de Los Coquitos en Urabá (1988), Punta Coquitos en Turbo (1998); Mampuján en Bolívar (2000), Bojayá en Chocó (2002), Tumaco en Nariño (2017) … Estas masacres no son cifras de crímenes, son parte de un plan del capitalismo para despojarlos de sus territorios, de su dignidad, para rompernos como clase y para debilitarnos como pueblo.
Pero aquí estamos, ¡aquí seguimos! Porque la lucha contra el racismo es también la lucha contra el capitalismo imperialista. No podemos permitir que nos dividan, no podemos permitir que nos enfrenten como enemigos, porque el enemigo real es el sistema capitalista imperialista que nos mantiene encadenados, que nos explota, nos oprime y nos asesina.
Lo dijo la Tercera Internacional en 1922: El racismo no es solo un problema individual, es una herramienta del capitalismo para sostener su dominio; por eso los obreros afrodescendientes deben unirse a la lucha internacional contra el imperialismo, porque solo destruyendo el capitalismo, lograremos la verdadera emancipación.
No podemos esperar que el capitalismo nos otorgue libertad, ni justicia, ni igualdad. Debemos arrancársela con nuestras propias manos. Debemos organizarnos y construir el Partido Revolucionario de la Clase Obrera y la Internacional Comunista que dirija esta lucha hacia la Revolución Proletaria Mundial.
¡Porque la lucha contra el racismo es la lucha contra el capital!
¡Porque la liberación de los pueblos afrodescendientes es inseparable de la destrucción del capitalismo imperialista!
¡Por el socialismo y la libertad: viva la Revolución Proletaria!
¡Obreros y campesinos afrodescendientes: a vincularse a las tareas de construcción del Partido de Vanguardia!