En este valioso documento, Engels racionaliza la derrota del movimiento campesino en Alemania después del gran levantamiento obrero por toda Europa en el año de 1848, trazando un paralelo entre la revolución alemana de 1525 y la revolución de 1848-1849 extrae importantes lecciones para los futuros movimientos campesinos.
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“Frente a la revolución se olvidaron los viejos rencores; en comparación con las bandas de campesinos, los servidores de la Sodoma romana eran mansos corderos, inocentes hijos de Dios; burgueses y príncipes, nobles curas, Lutero y el Papa se aliaron «contra las bandas asesinas de campesinos ladrones». «Hay que despedazarlos, degollarlos y apuñalarlos, en secreto y en público; ¡y los que puedan que los maten como se mata a un perro rabioso!», gritaba Lutero.”
