La delincuencia es una lacra del capitalismo

Sobre las declaraciones xenofóbicas de Claudia López

La delincuencia es una lacra del capitalismo 1

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López se ha ido lanza en ristre contra los venezolanos, asegurando que son un azote para Bogotá y los responsables del 48% de los robos en Transmilenio. Rechazamos rotundamente tal afirmación xenofóbica. Hay que dejar claro que la lumpenización de una parte de los hermanos venezolanos, no es nada diferente a la lumpenización también, de una parte de los colombianos; es un problema social que nada tiene que ver con la nacionalidad, sino con las condiciones socioeconómicas a las que ha sido llevada gran parte de la población, aquí y en muchas partes del mundo. Estigmatizar a los venezolanos es una abierta y clara muestra de xenofobia, y peor aún, en boca de alguien que se ha autoproclamado contraria a la discriminación.

¿Han aumentado los robos y la delincuencia? Por supuesto que sí: aumentó en 1,2% el número de homicidios comparado con el último año; aumentó en 1.333 el hurto de bicicletas respecto al mismo periodo del 2019 y un total 5.927 robos de este tipo en el 2020. Y claro que existen muchas más cifras que ponen en evidencia el incremento de todas las formas del crimen en las calles, no solo de Bogotá, sino en todo el país; una muestra de la gran inseguridad que viven los trabajadores, algo apenas lógico, pues es sobre ellos que recaen las lacras que produce el sistema: desempleo, hambre, miseria, desatención en salud, sobreexplotación, asesinatos, etc.

En mayo la cifra de despedidos era de 5 millones y aunque el último reporte del gobierno es que se han recuperado 2 millones de empleos (suponiendo que son ciertas), quedan 3 millones sumados al porcentaje de desempleados y trabajadores informales, que de por sí el sistema anacrónico capitalista mantiene y reproduce, pues por sus propias leyes económicas, no puede garantizar empleo para todo el mundo.

El desempleo necesariamente genera una capa de la sociedad que se lumpeniza, dando origen a los ladrones, los asesinos, las prostitutas, las bandas delincuenciales que son aprovechadas por los capos del narcotráfico; esa capa no solo es sostenida por los trabajadores, sino que principalmente se ensañan con ellos, como en el caso de los robos, donde las masas populares son presa fácil, pues los ricos están bien protegidos, no solamente por la seguridad privada, sino por el mismo Estado.

La delincuencia trae como respuesta lógica y justificada plenamente, el odio y la repulsa del pueblo, mucho más cuando de la mano del hurto viene el maltrato, que en varios casos termina en el asesinato por una bicicleta, un celular o unos billetes. Pero lo de Claudia López es una canallada, pues aprovecharse de ese odio y del caso particular de Oswaldo Muñoz asesinado por robarle el celular en Transmilenio, para enfocarlo contra los venezolanos es pura y vil xenofobia.

Es evidente que con ese discurso, la alcaldesa que lleva en campaña política todo el año, quiere obtener réditos para las elecciones del 2022. Pues apoyada en la indignación e incertidumbre de las masas, enfoca la responsabilidad del aumento en la criminalidad a la emigración venezolana y no en su inútil gestión ni en las lacras del sistema.

No se puede esperar más de esta defensora del sistema, quien deja intactos los reales problemas de fondo; sobre todo, que los capitalistas descargan las consecuencias de su crisis sobre quienes precisamente han producido su riqueza. Así que el principal responsable del aumento de robos, asesinatos, hambre, miseria, desplazamiento, emigración, destrucción de la naturaleza es el sistema capitalista e ineptos gobernantes como en el caso de Duque y la misma Claudia López.

¿Qué se puede esperar de la alcaldesa, que sin ninguna vergüenza es capaz de utilizar la xenofobia, cuando en campaña electoral opinaba lo contrario, que es capaz de discriminar, siendo ella homosexual y por ende, víctima de la discriminación? ¡Pues nada! Lo que evidencia es cómo son todos los politiqueros, quienes adecuan sus discursos al momento, pero en realidad no les importa la seguridad ni bienestar del pueblo.

El discurso xenofóbico siempre ha sido utilizado por las clases dominantes como una estrategia para dividir a la clase obrera, que en realidad es una a nivel mundial, con unos mismos enemigos y unos mismos objetivos. Fue así como el fascismo logró captar el apoyo de una parte del pueblo alemán para organizar la persecución y asesinato del pueblo judío.

No dejemos que nos oculten quiénes son nuestros enemigos: el régimen paramilitar de Duque y todos los gobiernos nacionales y regionales, la burguesía, los terratenientes y los imperialistas. A todos ellos es a quienes debemos enfrentar unidos, los miles de emigrantes venezolanos con el pueblo trabajador colombiano, preparando ahora el Paro General Indefinido y garantizando que el próximo 21 de noviembre sea un paso decisivo hacia ese objetivo, por ¡Alza General de Salarios, empleo y subsidio para los desempleados! medidas esas sí eficaces para combatir la delincuencia.

A nuestros hermanos venezolanos, al igual que a las masas colombianas, el llamado es a ¡nadar contra la corriente! Pues mientras las reaccionarias clases dominantes las empujan a la miseria y el hambre, la historia les tiene una enorme y satisfactoria responsabilidad: unirse por encima de raza, sexo, nacionalidad, creencias religiosas, etc., para tumbar al único responsable de la tragedia de todos los pueblos hermanos: el Estado burgués y el capitalismo imperialista.

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